Sengun ya es uno de los grandes
El Eurobasket 2025 está confirmando a Alperen Sengun, el líder de una Turquía aspirante al oro, como uno de los mejores jugadores europeos del momento. Y tiene solo 23 años.
“Soy joven, así que no me importa que me llamen Baby Jokic. Ahora va bien, pero dentro de algunos años, que no se le ocurra a nadie llamarme así…”. Eso dijo Alperen Sengun hace precisamente eso, algunos años. Cuando llevaba poco tiempo en una NBA que empezaba a familiarizarse con un talento difícil de encasillar en el baloncesto moderno. Por eso la comparación con Jokic, el gran talento difícil de encasillar.
Por eso y por su capacidad para pasar desde sus 211 centímetros, un verdadero sietepies con visión y toque de playmaker. Ahora, en 2025, Alperen Sengun (todavía 23 años) está dejando de verdad de ser Baby Jokic. Ya es all star (se estrenó el pasado febrero) en una NBA en la que es puntal de uno de los grandes aspirantes al anillo para la próxima temporada, unos Rockets con una defensa de hierro y que han fichado a Kevin Durant para rematar su reconstrucción post James Harden. Treinta años después de las últimas Finales de la franquicia, los tiempos del monumental Hakeem Olajuwon, esa puerta se vuelve a abrir. En gran parte, por el enorme talento de Sengun, el jugador franquicia. El que quiera un momento simbólico en el que el baby dejó de serlo, puede tomar el Turquía-Serbia de hace unos días, el mejor partido de la primera fase del Eurobasket. Sengun hizo mucho más que proteger su territorio contra el (seguramente) mejor jugador del mundo: 28 puntos, 13 rebotes, 8 asistencias, 37 de valoración y victoria de una Turquía con galones de aspirante de primera al título. Básicamente, por él.
Se puede seguir: 40 de valoración contra la República Checa (23+12+9) y una segunda parte fabulosa para desactivar el sorpresón que pergeñaba Suecia en octavos (24+16+6, 34 de valoración). Promedia en el campeonato 22 puntos, 10,7 rebotes, 6,7 asistencias y 31,8 de valoración. Es, seguramente, el MVP virtual ahora mismo, con permiso de esas tandas de juego hercúleas de Luka Doncic, obligador a cargar en sus hombros con un equipo muy limitado más allá de él. Sengun es, además, un jugador que, en cierto modo, se están presentado en la alta sociedad europea. Como, a nivel FIBA, Shai Gilgeous-Alexander (hoy MVP y campeón de la NBA) en el Mundial 2024. Uno de esos con los que los aficionados a la NBA sueltan un “ya decía yo que este...”. A partir de ahora, habrá que contar con él como uno de los grandes en cualquier torneo de selecciones en el que esté. Por lo que estamos viendo en este Eurobasket, a la altura de cualquiera. Y tiene solo 23 años, todavía.
En la pasada temporada NBA, la de su confirmación como estrella en unos Rockets por fin competitivos después de unos años de andamiaje y reformas, promedió 19,1 puntos, 10,3 rebotes y 4,5 asistencias. En los playoffs, donde su equipo perdió un séptimo partido muy doloroso en su casa, en Houston, después de una eliminatoria abrasiva, agotadora, contra los veteranos y retorcidos Warriors (Stephen Curry, Draymond Green, Jimmy Butler…), cerró en 20,9, 11,9 y 5,3. Con malos porcentajes y mucho sufrimiento para producir en lo que fue una pelea por atrición; una en la que aprendió cómo son las cosas en la NBA cuando llega primavera y los partidos van en serio de verdad. Fue el primer bocado a la que será, desde ahora, su nueva realidad competitiva. La de una estrella efectivamente distinta y efectivamente con cosas que recuerdan a Jokic. Sobre todo, cómo pasa y cómo opera en el poste, donde pone mucho cuerpo y recurre a una finura de movimientos de vieja escuela. Y así es: apenas tira de tres, un bicho raro en esta NBA. A pesar de eso, es uno de los muy (muy) buenos. ¿En el estilo FIBA? Ya lo estamos viendo…
La nueva piedra angular de los Rockets
En enero de 2021, los Rockets traspasaron a James Harden y cerraron definitivamente una época (el escolta llegó en 2012) en la que fueron cada año un buen equipo (a veces, muy muy bueno) que nunca pudo derribar un muro del Oeste en el que siempre se acababa encontrando con los Warriors de Stephen Curry. El siguiente draft, unos meses después, se convirtió en el primer momento crucial para el nuevo futuro de la franquicia Texana, el equipo de la ciudad del loop de la Interestatal 610. La elección propia tenía protección top 4, y los Rocktes la salvaron con un valiosísimo número 2. El 1 cantado fue Cade Cunningham, el 3 y el 4 Evan Mobley (Cavs) y Scottie Barnes (Raptors). Pero el 2, el de los Rockets, se destinó a Jalen Green, un escolta anotador con talento de arma mortal que nunca llegó a establecerse como un jugador sólido, fiable: ganador. De hecho, ya está en los Suns como parte de la operación Durant. En ese mismo draft, los Rockets tenían los picks 23 y 24 y los invirtieron en Usman Garuba (ahora en el Real Madrid) y Joel Cristopher (vinculado a los Heat ahora en la G League).
Y sin embargo, a pesar de esos tres patinazos con elecciones de primera ronda, sí acabó siendo un draft trascendental para el futuro, ya el presente, de los Rockets: el ejecutivo Rafael Stone, que llevaba menos de dos años en Houston, quería a Green como exterior de referencia y tenía entre ceja y ceja poner al lado del escolta a Alperen Sengun, un pívot turco que con 18 años llevaba dos en el nivel profesional y acababa de ser MVP en la liga de su país con el Besiktas (más de 18 puntos y casi 9 rebotes por partido). Y que en la Eurocup había promediado 23 puntos. Una joya fuera del circuito Euroliga y a muchos kilómetros de las grandes universidades estadounidenses, pocos sabían que para Stone se había convertido en una obsesión. Una que cazó dando a los Thunder dos primeras rondas de draft (una apuesta fuerte) a cambio del pick 16. Conseguido.
Así lo explicó después el propio Stone: “No fue cuestión de suerte, realmente queríamos hacernos con él y le habíamos visto mucho. Dimos dos primeras rondas, eso no se hace si no crees que vas a tener a un jugador que acabará siendo de mucho impacto. Había sido MVP de su liga con 18 años... creo que algo así con esa edad solo se lo habíamos visto hacer a Jokic y Doncic. Sabíamos que esa era la mejor señal pero cuando veíamos sus partidos, las cosas que hacía eran especiales. Fue difícil. Eran tiempos de COVID y no pudimos reunirnos con él, conocerlo en persona. Pero era nuestro gran objetivo. Sí, elegimos a Jalen con el 2. Y a partir del pick 6 empecé a hacer ofertas a otros equipos. Quería que saliéramos de ese draft con Green y Sengun como fuera. Intenté varias veces coger una ronda de otros equipos para que no se me escapara... y por suerte pudimos hacerlo”.
En octubre de 2024, antes de una temporada que tenía que ser (y fue) la del primer gran salto delante de los nuevos Rockets, Sengun firmó una extensión de cinco años y 185 millones de dólares. Una media de 37 al año. Por debajo del máximo posible y en unos números que, visto su rendimiento, convierten esas cifras en una ganga para unos Rockets que han formado un equipo tremendo, lleno de músculo y especialistas defensivos. En esa jungla de brazos y golpes, la diferencia en ataque la tienen que marcar el recién llegado Kevin Durant, uno de los mejores jugadores de la historia… y Sengun, uno de los aspirantes a súper estrella en los próximos diez años de la NBA. Su crecimiento es obvio. y exponencial: como rookie, cuando se comió muchos de los minutos que no tuvo como novato un mucho más verde (y menos talentoso) Usman Garuba, promedió 9,6 puntos, 5,5 rebotes y 2,6 asistencias. Dos años después (23-24) estaba en los citados 21,1, 9,3 y 5. Él atribuye su explosión definitiva a la llegada al banquillo, en el verano de 2023, de Ime Udoka. Un entrenador de los duros… pero con mano: se formó al lado de Gregg Popovich en San Antonio.
El viaje, impulsado por sus 2,11, su talento de jugador especial y la IQ (inteligencia en pista) de los buenos de verdad, no ha hecho más que empezar, pero ya ha dejado muy lejos los días duros de su infancia en Giresun, una ciudad al norte de Turquía, asomada al Mar Negro, donde su madre vivía en un puro disgusto porque parecía que el amor de su hijo por el baloncesto iba a dejarle el cuerpo para el arrastre: “Me ha tocado pasar por cosas muy duras. Tuve lesiones por todo el cuerpo. Los brazos, las rodillas... tengo muchas cicatrices. Pero por eso ahora juego todos los partidos. Empecé con el baloncesto porque un amigo de la infancia de mi padre quería entrenar cuando volvió a Turquía después de trabajar algunos años en Estados Unidos. Con doce años, ya me fui de casa, lejos de mi familia. Vivía en unas instalaciones en las que había otros cincuenta jugadores, algunos cinco años mayores que yo. Era duro, lloraba todos los días porque quería estar con los míos. Pero mi sueño era jugar al baloncesto y me aferré a él”.
Los recuerdos feos de la infancia no acaban ahí: “A los cinco años ya me habían tenido que operar un brazo roto. Cada verano me pasaba algo. A los seis o siete, salí corriendo de una casa en la que estaba jugando y justo pasaba un coche. Pasó por encima de mi pie, fue horrible. Mis amigos me llevaron al hospital, al que llegué sin sandalias. Se habían quedado por la calle, así que los vecinos las cogieron y se las llevaron a mi madre. Y ella, cuando los vio llegar con las sandalias y yo estaba por ninguna parte, se pensó que había muerto”.
Ahora, Alperen Sengun es una estrella de la NBA que asume con naturalidad lo de Baby Jokic y todo lo demás. Debe haber, claro, comparaciones peores para un jugador de baloncesto: “De todas formas, antes lo veía bien pero creo que ya tengo mi propio estilo. Claro que he copiado movimientos de Jokic, pero también de Dirk Nowitzki. Pero, más allá, estoy haciendo mi camino. Nunca imaginé que llegaría a la NBA, mucho menos que sería uno de los buenos de verdad allí. Pero tenía esa ambición y ahora sigo trabajando duro todos los días. Quiero ser el mejor”. De momento está siendo el mejor... del Eurobasket 2025. Un torneo en el que están Jokic, Doncic, Giannis Antetokounmpo…
Noticias relacionadas
¡Tus opiniones importan!
Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí.