Los secretos de ‘La Familia’
En “El Oro Inesperado”, desde este jueves a la venta, Víctor Charneco desvela las claves del éxito de la Selección en el último Eurobasket de Berlín.
El 18 de septiembre de 2022, la Selección subía a lo más alto del podio europeo en Berlín. Un nuevo título que parecía fortuito, atendiendo a las previsiones anteriores al inicio del campeonato, pero que no lo fue tanto: los jugadores creían en él antes de viajar a Tiflis (Georgia), donde arrancó su andadura en el Eurobasket, y Sergio Scariolo había ideado en su pizarra un equipo en mayúsculas en el que todos iban a dejar a un lado sus egos para centrarse en el grupo.
Víctor Charneco cuenta en “El oro inesperado”, editado por Córner y a la venta desde este 6 de julio, los secretos de un éxito en el que todas las piezas encajaron a la perfección. Con prólogo de Rudy Fernández y epílogo de Jorge Garbajosa, cada capítulo se centra en un partido y en uno de los jugadores porque, a lo largo de ese verano, cada uno tuvo su momento. “A la vuelta del campeonato vimos que lo que había ocurrido en el Eurobasket tenía historia y que daba para una serie o película”, cuenta el autor del libro. “Hablamos con una productora para hacer una serie, que al final no salió, pero había una editorial interesada en que se contara esta historia. Internamente decidieron que fuera yo el que me encargara, porque lo había vivido todo desde dentro y ya tenía experiencia en escribir un libro”.
El libro repasa el camino de un equipo, que comenzó con una derrota dolorosa ante Grecia, y acabó en lo más alto del podio en Berlín. Y lo hace también con una parte audiovisual, gracias a unos códigos QR que nos ayudan a meternos en el día a día de aquella gesta a través de las voces de sus protagonistas y de los momentos que marcaron ese Eurobasket. “Quería transmitir lo excepcional de ese Eurobasket, cómo doce jugadores, que comenzaron como los séptimos favoritos, se impusieron a esa lógica y, con una ruta muy difícil, fueron capaces de creer y generar la fuerza necesaria para hacer algo inesperado. El objetivo era contar esa heroicidad”, cuenta Charneco.
De esa capacidad de formar un grupo tan compacto tuvo mucha ‘culpa’ Rudy Fernández, que ejerció como el capitán perfecto: motivando (con un vídeo de la derrota de Bélgica para activar a sus compañeros o la bronca en el descanso ante Finlandia que despertó a la Selección), haciendo piña (una cena un día antes del inicio de la concentración y una barbacoa en su primer día libre) y preocupándose, siendo el contacto directo con la Federación para que a nadie le faltara nada, solucionando los problemas con la comida que hubo en el hotel de Tiflis o pegándole un toque a Ricky Rubio para que le destripara a Lauri Markkanen. “Ser líder no es tener un don, es saber ayudar”, confesaba en una entrevista durante un Eurobasket en el que le dijo que no hasta el mismísimo Doncic. El esloveno quería participar en las tradicionales partidas de pocha de la Selección, pero obtuvo una negativa por respuesta porque esos eran los momentos en los que España se convirtió en la España capaz de colgarse el oro.
Pero si el equipo en pista encajó a la perfección también lo hizo el cuerpo técnico con un trabajo especificado al detalle. Luis Guil fue el hombre de la defensa mientras Ángel Sánchez Cañete estuvo más preocupado por el ataque; Jorge Lorenzo realizaba las labores de scouting y Manolo Aller y Salva Camps se encargaron del análisis estadístico y el Big Data. Y al frente de todos ellos, un maestro. Posiblemente Sergio Scariolo es quién es gracias a dos figuras. De Valerio Bianchini aprendió que las estrellas deben entender que por sí solas no ganan y que a veces es mejor atraer el foco de atención hacia uno mismo para liberar al equipo de las presiones; y de su padre, Cesare Scariolo, que hay que dejar siempre que el jugador hable y se exprese por completo. Y los doce lo hicieron en la pista. De la explosión de Lorenzo Brown, cuando Garbajosa le pidió que se soltara a petición de Rudy, al trabajo defensivo de Parra, Garuba, Alberto Díaz, López-Arostegui… sin olvidar la reivindicación de los Hernangómez: la de de Willy, que acabó como MVP, y la promesa de Juancho antes de la final, porque aquel día le iban a entrar todas. Y va que si entraron... Este libro es la prueba de ello.