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Kenny Green: “Amo Vitoria, es mi segundo hogar”

Ha sido uno de los mejores matadores de la historia en la ACB, pasó dos años y medio en la cárcel en Qatar y ahora ejerce de entrenador.

Kenny Green pasó por España en la década de los 90 del siglo pasado y, pese a sus problemas físicos por culpa de una artrosis irrecuperable que sufre en una de sus rodillas, se erigió en estrella absoluta, en uno de los mejores matadores de la historia en la ACB. Pasó por Cáceres, Zaragoza, Taugrés, Granada, Breogán e Inca, donde colgó las botas, en LEB Oro. En Vitoria es un ídolo absoluto. Allí vivió su esplendor, ganando una Copa y una Recopa. En Lugo logró el ascenso, ya casi con sus últimas gotas de clase.

Después se fue a Doha para ejercer de entrenador, durante tres años. Finalmente fue destituido, pero lo peor llegó después. Pidió un crédito de 200.000 dólares para pagar el tratamiento de cáncer de su madre, pero se vio incapaz de saldar la deuda. Las autoridades cataríes le prohibieron salir del país hasta que no satisficiera el préstamo, por lo que vivió retenido allí. Al final, acordó con las autoridades pasar dos años y medio en prisión para liquidar la deuda. Ahora regresa a la normalidad en su país, de la mano del deporte que lo encumbró.

Es una alegría ver que vuelve a estar ligado al baloncesto. ¿Qué hace actualmente?

Soy el nuevo entrenador de baloncesto del instituto de Winchendon.

Tiene tres hijos. ¿Alguno está vinculado al baloncesto?

Mi hija mediana jugaba al en UConn Avery Point antes de acudir a Indiana Tech para cerrar su carrera.

¿Cómo es su día a día en Winchendon School?

Mis días son largos, pero satisfactorios. Estoy haciendo lo que más amo: entrenar y mantenerme involucrado en el juego de baloncesto.

¿Su sueño es entrenar en Europa?

Me encantaría volver a Europa, especialmente a España, y continuar mi carrera allí como entrenador.

¿Considera un reto llegar a ser entrenador de un gran club de España?

Es un desafío convertirse en entrenador en jefe de cualquier equipo profesional en cualquier país.

¿Cómo calificaría su carrera como jugador en España?

Me encantó mi etapa como jugador en España. Hice muchos amigos y pude hacer disfrutar a diferentes equipos y ciudades cuando me veían jugar.

Manel Comas fue su descubridor, un tipo muy singular.

Su esposa Millie es como una hermana para mí. Me mantengo en contacto con ella continuamente. Ella estuvo acompañándome cuando pisé por primera vez España y en toda mi carrera, por lo que siempre tendré un lugar especial para ella en mi corazón. Manel vio mi capacidad como jugador de élite cuando estaba en Cáceres y me dijo que iba a hacer todo lo posible para llevarme a Vitoria. Ese fue un momento muy especial para mí.

Jugó con el Efes en Turquía, un club que se ha convertido en referencia continental. ¿Cómo le fue?

Me encantaba jugar en Turquía, había mucha pasión. Gané allí mi primer campeonato de liga y fue muy especial para mí.

¿La de Baskonia fue su mejor etapa? Ganó la Copa y la antigua Recopa.

En el Baskonia fue donde más tiempo pasé jugando cuando estaba en Europa, por lo que ganar la antigua Recopa fue muy especial, porque lo hice con Ramón Rivas, Pablo Laso, Perasovic y Nicola, junto con otros compañeros.

¿Recuerda que la camiseta con el número 13, la de Green, se puso una célebre estatua de Vitoria, ‘El Caminante’?

La gente de Vitoria me dio la bienvenida y me apoyó mucho y los amaba y amo por aceptarme. Nunca los olvidaré.

¿Fue muy triste no poder jugar aquella final de 1996 ante el PAOK por una hernia discal?

Me lesioné bastante antes de la final, pero me alegré de haber sido parte del equipo que nos llevó a ese punto.

Compartió equipo con Laso, Nicola, Perasovic... son entrenadores actualmente.

Todos merecen ser entrenadores, porque sé que aman el juego y todos fueron grandes deportistas, por lo que tienen mucho que ofrecer a los jugadores de hoy en día.

Pablo Laso tenía un problema de corazón y el Madrid prescindió de él.

¿Sí? No lo sabía y rezo para que esté bien.

También jugó con Ferrán López, que dirige deportivamente el Fuenlabrada. Y con Garbajosa, que ahora es presidente de la Federación Española de Baloncesto.

Ah, seguro que les va bien. Jugué con Jorge cuando era joven, pero ya veía el potencial que tenía para ser una estrella.

Pasó por Dijon, Granada, Cáceres, Zaragoza, Breogán, Inca... ¿Qué recuerda de aquellas etapas?

Me encantó cada minuto que pasé en cada una de esas ciudades. Lo del Breogán fue especial, porque ganamos la Liga LEB y el equipo subió a la ACB. El ambiente era fantástico.

Has sido uno de los mejores ‘matadores’ de la ACB. Le encantaba machacar a una mano. ¿Su legado?

Si, ja, ja, ja. Me encantaba hacer mates porque involucraba a la afición en el juego y animaban con más intensidad, lo que dificultaba más las cosas para los otros equipos.

Fue una estrella en la ACB a pesar de una artrosis irrecuperable en una rodilla. Si no fuera por eso, ¿cree que se habría hecho hueco en la NBA?

No sé si habría sido una estrella en la NBA, pero habría pasado la mayor parte de mi carrera allí en lugar de en Europa. Fue una pena, pero eso al menos me permitió disfrutar de cosas muy bonitas en otro continente.

¿Recuerda el mate en la cara de Scola cuando Luis jugaba en Gijón? Scola se enojó cuando le señaló con el dedo tras hundir la pelota y volver a campo defensivo. ¡Desafiante!

Lo recuerdo, pero fue solo la emoción del juego, un momento de excitación. Cosas de la pista, fue un jugador increíble.

En Rhode Island tiene el récord de tapones y está en el salón de la fama.

Un honor. Estar en el Salón de la Fama es más importante y especial para mí que tener el récord de tapones. Estoy emocionado porque en febrero van a retirar mi nombre y mi camiseta en la Universidad de Rhode Island.

Al final decidió ser entrenador. ¿Cómo se adaptó a Doha, en Qatar, durante tres años?

Cada año allí llegué a la final de la liga y de la copa del Emir, pero no pude ganar ninguna.

Pero la desgracia vino después. ¿Es cierto que después de ser despedido como técnico tuvo que vivir en un coche y edificios abandonados?

Eso prefiero no tocar, es pasado para mí.

Pidió un crédito de 200.000 dólares para pagar el tratamiento de cáncer de su madre, pero se encontró sin poder pagar la deuda. Las autoridades qataríes le prohibieron salir del país hasta que pagara. Al final, acordó con las autoridades pasar dos años y medio en prisión para pagar la deuda. ¿El peor momento de tu vida?

Ya digo que mejor pasar el capítulo.

¿Se sintió abandonado por la gente?

...

El Baskonia intentó sin éxito contactar con usted para que pudiera estar en Vitoria en el homenaje de marzo de 2016 al equipo que levantó la Recopa de Europa en 1996.

No sabía esto. ¡Ojalá pudiera haber estado allí!

¿Ama Vitoria?

Amo mucho Vitoria y a la gente de la ciudad, y considero esa ciudad mi segundo hogar. Planeo regresar en un futuro cercano.

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