¡A por las medallas!

España rompió el candado de los cuartos de final, ese que le había impuesto en 2021 Serbia en el Eurobasket de Valencia y Francia en los Jugos de Tokio. Un cerrojo reventado ante Alemania (67-42) con la mejor actuación, por el momento, de un Europeo en el que se ha cumplido el primer objetivo marcado: la clasificación para semifinales (la número 11 de siempre) da un puesto en el Preolímpico. París 2024 espera a las chicas de Miguel Méndez. Y, ahora, toca el segundo, colgarse una medalla, la 11ª en la historia en 22 torneos, la 10ª en los últimos 12. Para asegurarla, la Selección deberá doblegar a la Hungría de Bernadett Hatar, el techo del Eurobasket el sábado.

Pero si sigue así, con un esfuerzo colectivo y solidario en defensa y en ataque, y la aparición importante siempre de alguna jugadora, no habrá problema. Frente a Alemania, fue de nuevo el día de Carrera, pero también de Cazorla (10 puntos y 5 asistencias) y el de Ginzo (maravilloso esfuerzo). Laura Quevedo apareció (10 tantos, 3 de 5 en triples) y Queralt Casas tuvo un momento zen. Pero, sobre todo, fue el de Laura Gil: 13 puntos y 11 rebotes para 21 de valoración. Y muchos balones tocados. Y muchas rivales detenidas. Una colección de talentos aportando en el que faltó María Conde, tocada en el hombro.

Fue una primera parte primorosa de la Selección. Un obra de arte pintada sobre la penetración sin oposición en los instantes iniciales de Queralt Casas y Maite Cazorla, la conexión Alba Torrens-Laura Gil y la aparición desde el perímetro de Laura Quevedo. Y, sobre todo y un día más en la oficina, sobre esa defensa que es acero puro. Una jaula infernal donde el rival se atora ante la resistencia empecinada y juvenil de Raquel Carrera, la inteligencia y dureza de Laura Gil (¡vaya clase maestra en los 20 minutos iniciales!) y el oxígeno asistido de Paula Ginzo, que se ha dejado llevar e imita a la perfección a las dos interiores titulares.

Con esos ingredientes por dentro más el incordio que son siempre las exteriores, desde Casas hasta Ouviña pasando por Cazorla, Alemania cortocircuito en el primer cuarto. Ni Marie Guelich ni Leonie Fiebich, las dos españolas y referentes germanas, entraron en ritmo y su equipo lo sufrió: 7 puntos en 10 minutos, solo 5 en juego y con una distancia de los dos de arranque al triple final de 6 minutos para un 2 de 12 en tiros de campo. Mientras, España volaba en ataque. Cuatro tantos seguidos de Gil ponían a la Selección por encima de los 10 (13-2). Las rotaciones no hacían bajar el ritmo ni el acierto y Ouviña colocaba el 20-7 para terminar el primer cuarto.

Alemania intentó despertar, pero el mazo seguía ahí. Fuerte. Implacable. La Selección no permitía que su rival tomase aire: lo tenía a su merced y no era plan de dejarlo ahora. Los seis puntos de Casas, con un 2+1 y tras un robo en la salida de balón alemana, hacían que la renta siguiera creciendo hasta los 17 (33-16) del descanso. Las germanas se fueron al vestuario sin saber muy bien qué estaba pasando para solo llevar un 5 de 27 en tiros de campo.

Y, claro, lo que no está roto no hay que arreglarlo. Ni tocarlo. Las chicas de Miguel Méndez salieron del descanso de caza, como si el duelo empezara de cero… y no les pudo ir mejor. Vendaval en apenas 2:30 para colocar el 45-18 tras un parcial de 12-2 muy variadito: dos tiros libres de Gil, un triple de Torrens, dos entradas a canasta de Cazorla y un 2+1 de Carrera. Mejor imposible para romper definitivamente a una Alemania que veía atravesar el ecuador del tercer periodo con solo dos puntos anotados. Su intento de levantarse de la lona (parcial de 2-9) fue en vano. España continúa firme. ¿Quién la para?