PREMIOS AS 2022

El técnico que creó una era

Pablo Laso se ha ido del Madrid como llegó, ganando. En junio, tras sufrir un infarto, celebró el título 22 de una etapa inolvidable. Ahora quiere llevar el Lasismo a un nuevo club.

No es sencillo ser un entrenador de éxito en la élite, donde los banquillos se cuentan con los dedos de una mano. Una profesión feroz por competencia y exigencia, con más oferta que demanda. Resulta extremadamente complicado llegar a ser un técnico de esos que ganan títulos y dejan huella; pero lo de Pablo Laso (Vitoria, 1967) en el Real Madrid ha ido más allá. Ha sido la conquista de alguien capaz de encontrar el estilo perdido en un equipo desorientado, de apostar por el juego vibrante para recuperar la pasión y devolver a la gente a las gradas, y a partir de ahí crear una era singularmente triunfal en el club más laureado del baloncesto FIBA. Y hacerlo hasta mirar de frente a las dos grandes leyendas de la historia de la entidad, a don Pedro Ferrándiz y don Lolo Sainz.

Por eso y porque cerró su etapa merengue como la empezó, ganando, con una Liga bajo el brazo, para él es este Premio AS del Deporte 2022. “Un reconocimiento a un entrenador es muy extenso porque engloba a mucha gente, a los ayudantes, al cuerpo técnico, a los jugadores…”, explica. No seguirá, de momento, batiendo nuevos récords en la Casa Blanca. El club prescindió de él tras el infarto que sufrió en junio: “No entrenar es duro, porque es mi vida, pero no tengo prisa, estoy tranquilo y muy bien de salud. Mi único plan en este momento es pasar la Navidad con mi familia. ¿Regresar al Real Madrid? No lo pienso ahora, aunque volver sería como cuando fiché, un paso adelante en mi carrera. El Madrid ha sido mi vida, mi casa”.

Los 22 títulos celebrados en 11 temporadas, cuando en las 22 campañas anteriores solo se consiguieron 10, sirven para poner en contexto su trayectoria… Para explicarla de manera veloz con un argumento de calado; sin embargo, la era Laso en el Madrid no se mide únicamente al peso, por trofeos. Fueron 11 cursos de mucho más, de frenesí y entrega, de conquistas emocionales en el día a día y de recuperar el reconocimiento y el viejo trono de Europa. De hacer camino incluso en la derrota, como aquel 19 de abril de 2016, cuando el Fenerbahçe eliminaba al campeón de la Euroliga con una barrida, un 3-0 inapelable en cuartos, y el Palacio se ponía en pie a aplaudir a sus jugadores y a Laso, a los suyos, porque habían dejado un surco profundo en el corazón blanco. Eso fue el Lasismo, una manera especial de sentir el baloncesto, algo que quiere llevar ahora a un nuevo club.

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