Laprovittola mete al Barça en cuartos

Hay jugadores que sufren los últimos minutos, hay quienes los compiten y hay quienes los disfrutan. Y en ese último grupo se debe contar siempre con Nicolás Laprovittola, un jugador mágico, a ratos superlativo, que siempre quiere el balón. Aún con 89-89 y 30 segundos en el marcador. Aún sabiendo que de él dependía la victoria. O precisamente por eso. El argentino selló con un triplazo un partido que mete matemáticamente al Barça en cuartos y deja el factor campo a una sola victoria. Una canasta que sirvió para tumbar a un Maccabi que resistió bien y atacó mejor y que exigió que tanto Abrines como Jabari Parker aparecieran en momentos vitales del partido.

El Barça entró por detrás al partido. No tanto por el marcador, igualado durante el primer cuarto, pero sí por sensaciones. Maccabi anotó mucho y fácil, Jabari estuvo impreciso y el Barça vivió de la aportación de un Da Silva que está al mejor nivel de la temporada. Pero, en líneas generales, se vio a un Barça grisáceo, lejos de su mejor nivel y falto de referentes en la pista. Ricky no estuvo tampoco especialmente acertado y aguantaron los puntos de Baldwin con la anotación de Willy (19-19).

El principal problema de los azulgranas fue sin embargo la defensa. Poco efectiva ante un Maccabi enchufado. Los israelíes acumulaban antes de llegar al Palau 16 victorias seguidas (entre Euroliga y competición doméstica) y eso se debe en gran parte al rendimiento individual de varios de sus jugadores. De hecho, tras una versión pobre de la primera unidad, fueron los suplentes quienes abrieron el primer hueco. Nebo, pero sobre todo Jasiel Rivero, fueron una pesadilla para un Barça que encajó 37 puntos en 15 minutos. Grimau, evidentemente, lo paró.

Y tuvo el efecto deseado. En un final de segundo cuarto mucho mejor, el Barça encadenó un parcial de 17-4 que le permitió irse con ventaja al descanso. Porque defendió mejor, pero sobre todo porque encontró una solución a la zona 2-3 que Maccabi convertía en individual tras el primer pase. Una solución con nombres y apellidos: Álex Abrines. Tres triples del mallorquín dieron vida a los azulgranas.

El Barça ensanchó la ventaja porque mejoró notablemente los porcentajes de tres, pero sobre todo por la aparición estelar de Jabari Parker. Un anotador que sin demasiada conexión con el juego del equipo es capaz de fabricar ventajas. Así lo hizo. Nueve puntos consecutivos para poner a su equipo diez arriba. La alegría no les duró mucho.

Mientras el Barça defendió estuvo cómodo. A la que se relajó, ni que fuera un mínimo, Maccabi se acercó. A ocho del final, cinco arriba. A siete, uno abajo (75-76). Dibartolomeo emergió con dos triples decisivos para su equipo mientras que los puntos de Baldwin, Blatt y Nebo apuntalaron la ventaja: 80-85 a menos de cuatro para el final.

Y fue entonces cuando apareció el mejor Barça. O al menos, el más mágico. Un parcial de 9-0, defendiendo bien y, sobre todo, cerrando el rebote. El quinto triple de Abrines encendió al Palau pero dos pérdidas consecutivas llenaron de incertidumbre al Barça. A todos menos a Laprovittola. En la penúltima posesión, con todos los ojos sobre él, clavó un triple tan lejano como limpio para decantar el choque.

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