La Penya sigue siendo la bestia negra del Baskonia

Lo del Baskonia con el Palau Olimpic es cosa de meigas. O de buen trabajo de Durán y sus muchachos. El año pasado, en plena explosión de exuberancia del equipo de Peñarroya, no había manera de ganar en ese pabellón. Se percutía contra el Real Madrid, Barcelona o los grandes de Europa y se hincaba la rodilla en Badalona sí o sí. Eso pasó en la Copa del Rey y luego, más doloroso, en los Playoff por el título en la Liga Endesa. Fue el principio del final del entrenador egarense.

Hoy no ha sido diferente. Final a cara o cruz y de nuevo cara para los verdinegros. El choque ha terminado con una pequeña tangana con técnica para Moneke pero realmente se había resuelto instantes antes con dos tiros libres fallados por Miller-McIntyre y una gran acción de Pau Ribas y Andrés Feliz para poner el 73-70. Luego Sedekerskis ha errado su triple porque el hombre que se suele jugar estos balones, Markus Howard, ni siquiera pudo comparecer por molestias en la espalda. Y eso que no jugó Thomas por decisión técnica y los badaloneses tenían varias bajas por lesión.

El duelo arrancó con un triple de Vanja Marinkovic pero, en la siguiente jugada, cometió falta sobre Andrews cuando lanzaba de tres. Al tiro libre y empate inicial. En el minuto 6, el choque iba 11-12 pero el acierto desde el triple de Mannion, Dani Díez y Miller-McIntyre estiró un poco la goma (15-21, min. 8). El primer cuarto terminó con un 19-23 que luego se corrigió con la televisión y quedó en un 19-22.

Cuando el choque señalaba un 21-24, los dos equipos llevaban un 100 % desde los tiros libres (10/10 para los locales y 1/1 para el conjunto de Ivanovic). El Joventut endosó un parcial de 10-2 a su rival porque defendía con fiereza y cerraba bien su rebote (14-1 corrido considerando el final del cuarto anterior). Luego, en ataque, Tomic y Andrews hacían daño. Pero las cosas volvieron a apretarse con el empate a 31 y, de hecho, los vascos se fueron al descanso 1 punto arriba.

El que destapó el tarro de las esencias en la tercera entrega fue Guillem Vives. Defendía, provocaba personales en ataque, reboteaba, asistía y metía de dos y de tres (47-43, min. 26). Al Joventut le entraban los triples y Andrews se marchaba a los últimos diez minutos con 18 puntos en su cuenta particular. El parcial de ese tercer acto fue de 24-16 y la Penya se colocó en la decena de diferencia con el 53-43.

Del 63-54 se pasó al empate a 63 porque los alaveses defendían duro y dominaban el rebote. Luego, encontraban opciones ofensivas con cierta facilidad. Matt Costello, que estaba con buen tono, se torció el tobillo y se marchó al banquillo (69-70). El parcial de 0-9 se quedó en espejismo cuando los catalanes jugaron mejor sus opciones definitivas y volvieron a llevar al Baskonia a la desesperación. Como en la temporada pasada.

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