BOSTON CELTICS

Jaylen Brown y su futuro en los Celtics

La estrella de los Celtics, uno de los pilares básicos de los aspirantes al anillo, realiza unas ambiguas declaraciones sobre su futuro en el equipo verde.

MADDIE MEYERAFP

Los Celtics van bien: segundos de la Conferencia Este, han llegado a las 50 victorias por segunda temporada consecutiva y aspiran al anillo. Ese mismo que tuvieron a escasas dos victorias el año pasado en unas Finales en las que acabaron sucumbiendo al poder de Stephen Curry y a la última gran dinastía de la historia, la de los Warriors. De todo eso se recuperaron los Celtics, que también dejaron atrás el escándalo de Ime Udoka y dieron la bienvenida a un Joe Mazzulla que pasó rápidamente de interino a entrenador jefe. Eso es lo que han hecho estos Celtics, ese proyecto gestado por Danny Ainge y que les ha mantenido competitivos de forma prácticamente ininterrumpida desde hace ya más de un lustro: sobrevivieron a la llegada y salida de Kyrie Irving, a las series extenuantes en playoffs, al paso por los banquillos de Brad Stevens y en los despachos de Danny Ainge. No pudieron con LeBron James, pero siguieron allí tras su marcha a los Lakers, en la Conferencia Oeste. Y siguen vivos, al pie del cañón, luchando por un anillo que han conquistado una vez desde 1986 (en 2008) y que buscan volver a conquistar para desempatar en esa guerra eterna que mantienen con los Lakers.

El denominador común de este proyecto, su columna vertebral, ha consistido en la permanencia eterna de tres jugadores: Marcus Smart, Jaylen Brown y Jayson Tatum. Llegaron a la NBA a través del draft, en 2014, 2016 y 2017 respectivamente. Y se han mantenido impertérritos, firmes como rocas al paso de entrenadores, directivos, estrellas y compañeros. Sobreviviendo a todo, a errores y a horrores, a desgracias y desavenencias. A oportunidades perdidas y anillos vistos tan cerca y, a la vez, tan lejos. Y siguen siendo el pilar fundamental del equipo: Smart como estrella defensiva y representación máxima de la cultura, en consonancia siempre con el público y con una actitud que siempre ha sido inherente a la ciudad de Boston, encantada de idolatrar a sus grandes héroes. Tatum como estrella; y Brown como su otra estrella, un poco por detrás de la principal pero con un talento generacional indiscutible.

Ahora, la permanencia de Jaylen Brown en el proyecto parece estar en el aire. El jugador de 26 años acaba contrato en 2024, cuando se embolsará los últimos 30 millones del contrato de 4 años por 106 millones que firmó en 2019. Y será agente libre, con capacidad total para elegir cualquier tipo de destino. Pero él no asegura que vaya a seguir en Boston: en un artículo en el portal CBS Sports, el alero deja en el aire su continuidad en los Celtics: “No lo sé. Mientras me necesiten. No depende de mí”, dijo Brown. “Veremos lo que sienten por mí con el tiempo y lo que siento por ellos con el tiempo. Con suerte, sea lo que sea, tenga sentido. Pero me quedaré donde me quieran. Me quedaré donde me necesiten y me traten de forma correcta”, asegura. La extensión del contrato rookie que firmó fue a la baja y Jaylen puede optar perfectamente a un máximo en otra entidad, algo que podría hacer que se plantee un cambio de aires de cara al futuro. Brown también habla de un sector de los aficionados de los Celtics extremadamente crítico y pone en duda que vaya en la misma dirección que la organización.

La situación que vive Jaylen Brown no puede sorprender. Ha sido su nombre el que ha estado involucrado en muchas conversaciones de traspaso, debido principalmente a los deseos de muchas franquicias por hacerse con los servicios de un Kevin Durant que finalmente ha recalado en Arizona y juega para los Suns. Sin embargo, ni a Brown ni a su entorno les debió de gustar en demasía que su jugador fuera traspasable, algo de lo que se habló tanto en verano como en el último mercado de traspasos. Brown promedia 26,7 puntos (tope de su carrera), 9 rebotes (tope de su carrera) y más de 3 asistencias por duelo y las labores de distribución son la única pega en un estilo maduro, perfeccionado y muy sólido en los dos lados de la pista. Se va a un 49% en tiros de campo (otra vez, tope de su carrera), con un 34% en triples y por encima del 77% en tiros libres (tope de su carrera). Es mejor jugador que nunca, pero pide de forma soterrada algo que todo el mundo escucha a voces: que le valoren. Eso es lo que solicita una estrella que, en caso de ser agente libre en 2024 y si no ocurre ninguna desgracia por el camino, será uno de los baloncestistas más cotizados de la NBA. No es para menos.

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