Victoria con susto ante el Panathinaikos

Se las prometía muy felices el Barça ante el Panathinaikos tras un primer cuarto excelente, con un acierto estratosférico desde el triple y una defensa de garantías. Pero la irregularidad que atraviesa durante los partidos el conjunto de Jasikevicius volvió a aparecer y por poco les cuesta un disgusto. Liderados por Bacon, prácticamente el único argumento de los griegos, llegaron a ponerse a un solo punto a tres para el final. Pero en un acto de justicia poética, los dos mejores del Barça, decantaron el partido. Satoransky y Vesely, los pilares que sostuvieron al equipo durante 40 minutos, fueron también los autores de las dos canastas que aseguraron el triunfo.

La teórica superioridad del Barça se vio plasmada sobre el parquet de una forma apabullante. Intensidad, defensa y acierto. Al final, una fórmula que te asegura el éxito en baloncesto. Los azulgranas saltaron a la pista como ante el Mónaco, concentrados, con la energía justa y mucho hambre. Defendieron de forma excelente, tanto a Bacon como al conjunto de Panathinaikos. Como muestra dos posesiones consecutivas de los griegos que acabaron la primera sin pasar de pista en ocho segundos y la segunda agotando la posesión entera. Y luego el acierto. Sobre todo exterior y sobre todo en tiros liberados. Ocho de diez en tiros de tres con Mirotic y Laprovittola de protagonistas (28-12). Sólo algunos errores del argentino en el pase y unos minutos discretos de Tobey dieron algo de aire a Panathinaikos.

El vendaval ofensivo del Barça amainó en el segundo cuarto. Los porcentajes de acierto bajaron, algo lógico, pero también la selección de tiro fue peor. Panathinaikos se fue rehaciendo poco a poco, sumando desde el tiro libre y cargando de faltas a una defensa azulgrana ya no tan efectiva. Además, encestaron los primeros triples. El Barça notó las rotaciones y sin Mirotic o Satoransky en pista les costó más. No perdieron la renta del primer cuarto, pero sí que mermó. Siguieron jugando en ataque sin prácticamente oposición, pero recibieron más puntos. Las transiciones ofensivas, acabadas en triple o penetración, siguieron causando muchos problemas a Panathinaikos.

Los puntos de Gudaitis (47-39) obligaron a Jasikevicius a parar el partido entrado ya el tercer cuarto. Las pérdidas penalizaron a los azulgranas, fruto de malas decisiones y una mayor insistencia defensiva de Panathinaikos. Vesely, con la inestimable colaboración de Satoransky, paró el golpe. Bacon por fin logró hacer daño al Barça, tanto que eliminó a Tobey, pero el acierto exterior y el excelente rendimiento de Mirotic y Kalinic mantuvieron al Barça en una situación cómoda pero ni mucho menos definitiva (62-51). Los azulgranas jugaron un tercer cuarto bastante irregular.

Los problemas empezaron a crecerle al Barça a diez minutos para el final. Panathinaikos se limitó a jugar para Bacon, a que definiera él todos los ataques, y el norteamericano empezó a sumar de forma consistente. Y, cuando falló, Papagiannis se encargó de recoger el rebote y resolver la papeleta. Para colmo de males, Bacon cargó de faltas a los interiores azulgranas que tampoco encontraban el camino en ataque. Demasiadas acciones individuales, poco juego colectivo, para entrar en el tramo decisivo ya virtualmente empatados (69-68 a tres minutos del final). Un triple de Satoransky dio aire al Barça, pero fue otra vez la defensa la que les brindó la victoria. Panathinaikos tiró poco y mal y, sobre todo, no encontró a Bacon.