Sloukas se la juega a Tavares

Una canasta de Kostas Sloukas, otro genio griego, este de Salónica, a tres segundos de la bocina (87-89) mantiene arriba del todo e invicto al Olympiacos. Empiezan fuerte los de Bartzokas y meten de paso en balance negativo al Madrid (1-2 en tres jornadas), que lleva dos traspiés en dos finales en el alambre. Esta vez le restaban apenas tres segundos después del tiempo muerto definitivo. En el Palau, la semana pasada, apostó por ganar con un intento triple de Llull, ahora Chus Mateo optó por forzar la prórroga: hubo pase al poste a Tavares, pero con Moustapha Fall, de 2,18, delante, nada resultó sencillo.

Sloukas había hecho volar en la acción previa a Tavares con una bonita finta antes de concluir la entrada, su sexto punto en el último minuto y medio (acabó con 14 y 7 asistencias). Más todavía sumó Vezenkov y muy bien estuvieron en determinadas fases Walkup, Larentzakis, McKissic y Bolomboy. Defensa más sólida negando la zona a un Madrid competitivo siempre, aunque inconsistente atrás por momentos. En ataque, solo sumó una canasta de dos más que de tres (15 a 14) con acierto parecido y cediendo el rebote, así que lo tocó sufrir y… perdió. Nuevos destellos de Cornelie, aparición final de Llull, y Musa certero en el recibir y tirar, sin bote. Insuficiente frente a semejante adversario.

Con la primera doble jornada del curso se da la salida lanzada a la Euroliga y, si el que te visita es el Olympiacos, al que solo la inspiración de Micic apartó de la pasada final, el arranque es a toda pastilla. Los de El Pireo llegaban invictos tras arañar un triunfo en su estreno en el Palau. Una declaración de intenciones de primera magnitud. Bartzokas venía a jugar sus cartas, muchas y variadas, en la vuelta del WiZink Center a Europa seis meses después. Ante la buena defensa de salida sobre Vezenkov, era Walkup el que generaba ventajas con sus acercamientos al aro con el gigante Moustapha Fall como pilar importante para limitar a Tavares en tablero propio y castigarlo en el ajeno.

La defensa blanca fue inconstante, controló bien el perímetro, pero cedió alguna canasta fácil de más tras algún despiste y permitió segundas opciones, le costó cerrar el rebote como exige el contrincante que tenía enfrente. Hubo voluntad de correr con el Chacho al mando y de pasar (13 asistencias al descanso, 5 del tinerfeño, y 23 y 8 al cierre). Un inicio fuerte con un quinteto muy físico con Hezonja y Deck en las alas y Yabusele y Poirier por dentro; sin embargo, con el balón le faltó contundencia y el Olympiacos se rehízo: del 15-11 al 16-20 con las rotaciones en su apogeo. Musa entraba, clavaba dos triples sin bote (terminó con cuatro de esa factura), sumaba dos faltas y volvía a sentarse.

La aparición de Cornelie

Los de Chus Mateo disfrutaron de su mejor tramo con un quinteto atípico con Chacho, Abalde, Hezonja, Cornelie y Poirier. Tres de los fichajes. El ala-pívot francés, nos referimos a Cornelie, volvió a demostrar que puede aportar, cada vez algo más acoplado y con más confianza en su muy buen tiro lateral. Enchufó un triple y repitió, pero yendo de dentro hacia fuera botando de espaldas hasta alcanzar la línea y lanzar. Eso es seguridad en su mano. Al 37-29 volvieron a responder los griegos, ahora con sus principales: Sloukas y Vezenkov. El búlgaro, ex del Barça, acumula números de MVP de la Euroliga: 23 puntos, 12 rebotes y 29 de valoración esta vez, el pan nuestro de cada día.

La reanudación no cambió el escenario, a ráfagas de uno y de otro, con el Olympiacos corriendo bien con un crecido McKissic, alero muy atlético, también en las penetraciones incluso frente a Tavares. Los movimientos circulares de los de Bartzokas cerca del aro, su bloqueo y continuación, encontraban siempre un resquicio en el muro local y su porcentaje de dos rebasaba el 60%. Grietas que castigaban al Real, que en la otra zona no hallaba los mismos espacios, aunque se abrazaba al pase y al triple (terminó en 14 de 32, 44%).

El comienzo del acto final parecía traer cosas buenas para el Madrid, de nuevo con Cornelie y Poirier dentro y con Llull acertado: 76-70. Y de nuevo subidón heleno, pesaba la aparición de Larentzakis (9 de 15 en el triple en tres jornadas), de Bolomboy, la lectura de Sloukas en las penetraciones... Seis puntos del base de Salónica en el último minuto y medio, respondido en dos ocasiones por Llull, mandaron la victoria directa al puerto de El Pireo. Porque no hubo una tercera respuesta. Con tres segundos, el balón fue a Tavares, que intentó la prórroga de medio gancho aunque contra Fall y algo lejos. La carretera pica hacia arriba.