Cornelie: “Mi padre tiene 52 años, no puede correr y sigue jugando”
Petr Cornelie, una de las incorporaciones del Real Madrid esta temporada, se sincera sobre su fichaje y habla de una vida dedicada al básquet.
Una de las incorporaciones este último verano del Real Madrid ha sido Petr Cornelie (27 años). Quizá el menos conocido de todos los que han llegado al equipo blanco (en comparación con Sergio Rodríguez, Dzanan Musa y Mario Hezonja...), es un jugador relativamente joven que el año pasado jugó en la G-League y que ha pasado por los Nuggets de la NBA. Escaso protagonismo, pero buenos minutos con el Madrid de Chus Mateo, con el que va ganando protagonismo en un equipo lleno de grandes nombres que tiene como gran objetivo la Euroliga y que, sin embargo, no termina de arrancar.
El francés, internacional con su país en los Juegos Olímpicos de Tokio, en los que se colgó la medalla de plata tras caer en la final ante Estados Unidos, a hablado con la Euroliga en una entrevista colgada en la página web de la máxima competición continental. En ella, el ala-pívot se sincera sobre su fichaje, habla del peso de la familia (toda ella dedicada tradiconalmente al baloncesto) en su carrera y repasa algunos puntos sobre él mismo y la relación con sus padres.
“He estado en el gimnasio toda mi vida. Un chico jover no puede hacer otra cosa si quiere aprender a jugar al baloncesto”. Cornelie se dedicó antes al balonmano o al bádminton, pero finalmente se decantó por el deporte que actualmente practica, algo que hace desde los 8 años y gracias a la gran influencia que ha recibido de sus padres. “Mi padre sigue jugando. Tiene como 52 años y sigue en activo. No puede correr muy bien, sus rodillas están dañadas, pero sigue jugando porque ama este deporte. Le encanta verme jugar a este nivel. Y mi madre también está muy, muy orgullosa. Sé que les encanta el baloncesto europeo incluso más que la NBA. Así que les encanta verme en el Real Madrid”, asegura el francés, que lamentó que Martian y Pavla (el nombre de sus padres) no pudieran viajar a verle a Tokio por culpa del coronavirus y sus restricciones.
Cornelie también ha dicho que no sólo hablan de baloncesto en las reuniones familiares. “Cada vez sale el gran tema, sin duda. Pero tratamos de hablar de muchas cosas, también diferentes. Creo que mis padres son realmente cultos y están interesados en muchas cosas. Así que tratan de decir, ' Vale, el baloncesto es una cosa, pero también hay que tener la mente abierta a todo y tratar de ser una mejor persona sabiendo muchas cosas’”, explica Cornelie, que reafirma la importancia que tienen sus progenitores en su carrera. “No podría ser el jugador de baloncesto que soy y en el que quiero convertirme si ellos no estuvieran allí”, sentencia.