EUROLIGA

Messina y la situación de la Euroliga: “Estoy preocupado”

El entrenador de Catania analiza en Eurohoops el panorama del baloncesto europeo: “Perdimos la ocasión de ser la Liga de Desarrollo de la NBA”.

ANDREJ CUKICEFE

Pocas personalidades del baloncesto europeo tienen la autoridad de Ettore Messina para hablar de la situación de este deporte en el Viejo Continente, con sus conflictos y contradicciones que nunca parecen resolverse, y ahora también con la sombra de la NBA alargándose sobre un panorama en el que Euroliga y FIBA no terminan de entenderse y la primera trata de acercar su generación de ingresos a su indiscutible categoría como competición deportiva.

Messina (65 años) lleva entrenando al primer nivel desde 1989. Ha ganado cuatro Euroligas (dos con al Virtus, dos con el CSKA) y también pasó por la NBA como asistente en Lakers y, durante cinco años, en los Spurs con Gregg Popovich. Desde 2019 dirige a un Milán que no levanta cabeza en la Euroliga pero que sigue, a pesar de que se apilan los chascos y los malos resultados (la temporada pasada fue terrible y esta ha empezado casi de la misma forma en la gran competición continental), confiando en él como piloto de la nave.

El de Catania, que tuvo también un paso muy complicado por el Real Madrid (2009-11), ha hablado con Eurohoops de la situación del baloncesto europeo. Una que no ve con demasiado optimismo: “Estoy preocupado, no querría que volviéramos a 2000, cuando tuvimos dos competiciones”, asegura en referencia a la temporada en la que se solaparon la Suproliga de la Euroliga (ganada por el Maccabi) y la Euroliga de los clubes (que se llevó, precisamente, el Bolonia).

Messina se explica así, en referencia a la Euroliga: “Lo más importante para el futuro del baloncesto, sobre todo, es que haya un plan común con la FIBA y la NBA. Porque ahora, cuando Adam Silver habla de sus planes en Europa, yo me preocupo. Viendo su poder y su fuerza económica, todo lo que han hecho en África… Creo que habría que tener planes en común para el futuro”.

Además, el italiano sorprende cuando habla de lo que para él habría sido una buena solución en el pasado: “Perdimos una oportunidad increíble hace quince años, cuando podríamos habernos convertido en la liga de desarrollo de la NBA. Fue un error, una mala interpretación del futuro. Si hubiéramos podido ser algo como la G League, y no lo digo para hacer de menos, un lugar donde los jugadores de la NBA pudieran trabajar en su desarrollo, no estaríamos en esta situación que tenemos ahora, con el mercado cerrado, en la que es tan difícil fichar jugadores y en la que hay una fuerte preocupación porque nos estamos convirtiendo en una competición vieja, de jugadores muy mayores”.

Así que su apuesta es la sinergia: “Considera a otro tu enemigo, sea la Euroliga, la FIBA o la NBA sería estúpido. Comparados con el resto del mundo, somos un microcosmos. Comparados con el fútbol, somos una cosa muy pequeña. Así que tendríamos que esforzarnos más por tener mejores relaciones, más equilibrio”.

Además, también ha dado su opinión sobre las nuevas normas económicas que ha implantado la Euroliga, una especie de control financiero con ecos del salary cap de la NBA: “El fair play financiero es una cosa, y no se puede comparar con el salary cap, que es algo muy diferente. Antes de llegar ahí, habría que hablar de muchas cosas. El cap es básicamente un fondo en el que se mete todo el dinero que se genera, también el de las televisiones, y se reparte entre todos los equipos de forma equitativa. En Europa no pasa nada así. Puedes poner las normas que quieras, pero la cuestión es si puedes hacer que se cumplan. Por ejemplo, en la NBA si pillan a un propietario que ha ido más allá de lo permitido, se le castiga: ponen multas, quitan rondas de draft… no sé cómo lo hacen, supongo que con unos despachos que trabajan mucho en este tipo de cosas. Pero la Euroliga, ¿qué puede hacer para que no se haga nada por debajo de la mesa?”.

Europa, otro asunto importante, tiene el problema de las distintas realidades fiscales de cada país: “Si hablamos de números, y son los netos, eso significa que en unos países son el doble en total que en otros. Así que partes de una situación injusta. Está bien que se intente hacer algo, que se trate de igualar la competición y que se den más opciones a los equipos con menos posibilidades, porque esa es la esencia del deporte. Pero mejor que pensar tan a lo grande, habría que empezar por las cosas que se pueden comprobar, lo que se puede controlar, o nos quedaremos solo en ideas teóricas”.

En el plano deportivo, Messina también recuerda con Eurohoops como fue trabajar con Kobe Bryant en los Lakers y con Tim Duncan y Gregg Popovich en los Spurs: “Tuve la suerte de experimentar dos liderazgos totalmente distintos en la NBA. Con Popovich, lo más importante era la poca memoria que tenía con los errores de los jugadores.

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