EUROLIGA

Máxima presión por el play in

El Baskonia no termina de dar el paso definitivo y están contra las cuerdas el Milán de Messina y Mirotic, el Bayern de Laso y el Partizán de Obradovic.

El final de la fase regular de la Euroliga ha traído drama clasificatorio y muchos partidos de máxima trascendencia en cada jornada. En el eje de la antepenúltima tanda de encuentros (jornada 32), se nota el picante que ha añadido el play in que, al estilo de la NBA, se ha introducido esta temporada y que alarga la pelea más allá de los ocho puestos de playoffs tradicionales: noveno y décimo lucharán (con séptimo y octavo) por los dos últimos billetes para cuartos de final.

Contribuye un atasco histórico en la clasificación: con el Real Madrid como un islote feliz (25-6 antes de jugar hoy contra el Estrella Roja), lo de detrás es un manicomio. Mónaco, Barcelona y Panathinaikos tienen 11 derrotas y Olympiacos y Fenerbahçe, 12. Luchan por los puestos (hasta el cuarto) que dan una ventaja de campo en cuartos que suele ser absolutamente fundamental para abrir las puertas de la Final Four. El Maccabi está en play in pero (13 derrotas) tiene a tiro escapar. Y mientras que la Virtus (14) será uno de los fijos en la repesca, por detrás la lucha por las últimas plazas que evitan la eliminación es tremenda: el Baskonia tiene 16 derrotas y el Efes, 17. Ahora mismo, noveno y décimo. Pero con 18 partidos perdidos hay cuatro equipos: Zalgiris, Milán, Partizán y Valencia. El Bayern, con 19, está prácticamente fuera pero le queda un hilo de vida. Eliminados por matemáticas solo están Estrella Roja, Asvel y Alba Berlín.

En juego dos plazas para la repesca

Semejante congestión hace que seguramente vaya a haber que mirar más allá de los duelos particulares que deciden los empates entre dos equipos. Si hay más con el mismo balance cuando acabe la fase regular, el primer criterio de desempate será el número de partidos ganados en los duelos entre esos equipos empatados. Si por esa vía acaba habiendo equipos que siguen igualados, se miran los averages particulares entre ellos.

Si se centra la vista en la parte baja de la pelea, la de los que no quieren acabar ya fuera de la competición cuando se cierre la jornada 34, hay que fijarse en el calendario:

Baskonia: Real Madrid (fuera) y Virtus Bolonia (fuera)

Efes: Fenerbahçe (fuera) y Estrella Roja (casa)

Zalgiris: Mónaco (fuera) y Real Madrid (casa)

Milán: Virtus (casa) y Maccabi (fuera)

Partizán: Alba (fuera) y Valencia (casa)

Valencia: Lyon (casa) y Partizán (fuera)

Bayern: Panathinaikos (casa) y Mónaco (fuera)

El Baskonia tenía el billete para el play in en la mano pero se le está complicando. Ha enlazado tres derrotas seguidas y todavía tendrá que remar con, además, un calendario difícil con dos salidas, a Madrid y Bolonia. El Zalgiris (Mónaco y Real Madrid) también lo tiene complicado por rivales en un panorama que parece más halagüeño para un Partizán que ha perdido cuatro de sus últimos cinco partidos y está en riesgo serio de eliminación tras, además, dejarse remontar en el último cuarto de su duelo de ayer contra el Olympiacos, en Belgrado. Pero nadie lo tiene peor que el Bayern, a dos partidos del décimo y, tras no poder con el Barça en su pista, un cierre de pesadilla (Panathinaikos y Mónaco) para acabar la fase regular.

Con las diferencias tan mínimas, habrá que esperar a los desempates múltiples para que se vaya despejando un panorama que, pensando en las dos últimas plazas, sonríe al Baskonia por balance, aunque su colchón se puede acabar del todo en el WiZink la próxima semana, y a un Efes al alza que ha ganado sus tres últimos partidos y se ha aferrado a sus opciones de estar en la repesca.

La jornada 32 ha sido nefasta para el Valencia, que sumó contra el Maccabi su sexta derrota en siete partidos y ve como sus opciones penden de un hilo, y para Partizán, Milán y Bayern. De ellos, nadie tiene más presión que los italianos, un proyecto pensado para estar en la Final Four y que añadió el pasado verano a Nikola Mirotic para dar un salto de calidad que fuera definitivo. En la línea de sufrimiento que ha marcado su temporada, el equipo de Ettore Messina se hundió en la segunda parte en Kaunas y estropeó su increíble ejercicio de supervivencia de la pasada semana de jornada doble, en la que ganó a Mónaco (a domicilio) y Fenerbahçe. El Zalgiris, que se jugaba su última vida, fue mucho mejor en el último cuarto y se mantuvo en la carrera a costa de poner una zancadilla que puede ser definitiva al Milán, un transatlántico que no para de zozobrar.

“La pelea por el rebote de ataque nos destruyó y no pudimos frenar a sus exteriores, no los contuvimos ni en defensa individual ni en los cambios con los interiores. Faltó cohesión. En ataque, perdimos la paciencia que habíamos tenido en la primera parte. Pasamos de impedirles correr y penetrar a darles muchas oportunidades después del descanso”, analizó un Messina que, con un pie fuera, afronta ahora un derbi italiano muy caliente contra la Virtus. La eliminación sin llegar siquiera al play in sería un palo muy duro para él, para el proyecto… y para un Mirotic que volvió a ser el mejor de su equipo (19 puntos, 7 rebotes) aunque tampoco tuvo respuestas en el fatídico último cuarto.

El Partizán se ahoga porque no ha conseguido, a pesar de la experta mano de Zeljko Obradovic, conjuntar a un equipo muy renovado sobre la marcha, algo que sí logró la pasada temporada, cuando se quedó a un pasito de la Final Four cuando desperdició un 0-2 a favor contra el Real Madrid. Si no entra ni en el play in se acordará del último cuarto horrible (10-28) contra un Olympiacos al que ganaba 59-46 ya a nueve minutos del final (el partido acabó 69-74). El calendario, en todo caso, permite soñar todavía a los serbios.

El Bayern no pudo culminar con remontada su reacción de la segunda parte en un partido que acabó perdiendo contra el Barça y que hizo que sus opciones pasaran de pocas a mínimas. Casi eliminado, el primer año de Pablo Laso en el club se va a cerrar con mal sabor de boca en Europa. El equipo bávaro no era uno de los favoritos para estar en la Final Four pero la aparición del play in, y con él un mayor espacio competitivo, hace que vaya a quedar mala sensación si finalmente no está, como parece cantado, entre los diez mejores. Sylvain Francisco no ha terminado bien la temporada, a Carsen Edwards le tocó la de arena y Bolmaro ni siquiera anotó contra su exequipo. Muy poca aportación exterior para un Bayern que necesita más potencia para ser un verdadero aspirante a estar entre los mejores de Europa.

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