Madrid y Panathinaikos, destinos unidos: de la final al mercado

El Real Madrid está en la pelea definitiva para ganar la Euroliga. Se la va a jugar contra un Panathinaikos que lleva advirtiendo desde que en verano anunció a bombo y platillo que cambiaba de paradigma: mucho más dinero, volvía la ilusión. Han sesteado por momentos, pero han alcanzado el partido que todo el mundo quiere jugar y advierten de nuevo de que esto es sólo el principio.

Veremos este domingo (20:00 horas, Movistar+) un enfrentamiento que nunca antes se había visto en esta etapa de la temporada. No en una final, que tampoco, es que ni siquiera habían chocado en una Final Four. El PAO de las 6 Copas de Europa, y sobre todo el de las tres en cuatro años (2007-2009-2011), está de nuevo en el podio y ya sólo quiere subir al escalón más alto.

El Real Madrid se medirá con el aspirante a megaequipo para los próximos años. Para ello contrataron a Ergin Ataman, protagonista del doblete con el Efes que los blancos quieren certificar en el Uber Arena. Sea o no un farol, así es la propuesta de los griegos. Tras una década penando en las posiciones medias y bajas de la tabla, la furia verde de Atenas ha salido otra vez a la capa superficial.

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Los griegos se clasificaron como segundos para la serie de cuartos, en la que tuvieron que estirarse para pasar frente al Maccabi. Ahora van a por el primero, un Madrid de récord que sumó en la fase regular un total de 27 triunfos y completó su acceso a semifinales sin derrota alguna ante el Baskonia. Que se reviertan esos puestos es tarea compleja, pero Panathinaikos sueña.

La seña de identidad de la familia Giannakopoulos, en la que ahora Dimitrios interpreta el papel de líder en la parcela deportiva, es innegable: el PAO debe ser un grande de Europa. Lo han logrado en distintas fases. Últimamente vivían alejados de ese perfil y en la campaña 2023/24 han revivido. El dueño del club de baloncesto es nieto del fundador de Vianex, un imperio farmacéutico de donde ha venido la fortuna que ahora se amasa sin cortapisa. El presupuesto ronda los 35 millones de euros, de nuevo en el segundo puesto de la Euroliga, tras lo que se incentivó en el mercado estival. Es un proyecto a largo plazo.

Los verdes han regresado a una Final Four y no lo han hecho para ser subcampeones. Hablamos de un club que sólo es superado por Madrid y Moscú e igualado por el Maccabi de Tel Aviv en entorchados europeos. Ese 11 que pintan el historial del Real es el número por el que trabajarán; para que no se mueva. De nuevo son una referencia en Europa, Ataman lo promete.

¿Cómo se ha construido este Panathinaikos?

La inyección de euros para que los gerentes del PAO pudieran fichar calidad no acabó en 2023. Aquello fue una ráfaga de disparos para ver qué pájaro caía. Giannakopoulos declaró que había realizado ofertas por jugadores como Nikola Mirotic, Facu Campazzo, Walter Tavares o Willy Hernangómez (el rechazo que más le dolió), acercamientos a Jan Vesely, Tornike Shengelia o Mario Hezonja (un sentimiento que sigue latente)... El mandatario ha infundido un miedo a otros clubes del mercado, de los de alto poder adquisitivo, que no existía un año atrás. Va a por lo que pueda, a por lo que le dejen. Obviamente había que empezar la casa por los cimientos y ése era el puesto de entrenador: el laureado Ergin Ataman abandera el proyecto tras el éxito en Anadolu Efes. La piedra angular en la cancha es nacional y se llama Kostas Sloukas; su ficha ronda los tres millones netos por cada uno de los tres años que firmó para marcharse del Olympiacos, eterno rival. En las oficinas consiguieron otros hitos: quitarle al Partizán de Obradovic al pívot Mathias Lessort, clave el curso anterior; fichajes con experiencia en el alto nivel como Luca Vildoza o Kostas Antetokounmpo, retener al tirador Marius Grigonis, probar con melones por abrir codiciados en España como Kyle Guy o Olek Balcerowski; tener relevo en el base con Jerian Grant... Se mantiene la columna vertebral griega con protagonistas como Papapetrou, Mitoglou o los antes nombrados Sloukas y Anteto. Y uno de los remates fue la incorporación, repleta de ilusión por las dos partes, del español Juancho Hernangómez, directo de la NBA, para su primera experiencia en Euroliga por 4,5 millones (2 años). Fueran verdad los otros ofrecimientos, la plantilla le quedó de categoría. Y llamó a Kendrick Nunn recién empezada la temporada y el ex de Heat o Lakers ha terminado siendo una pieza capital a la que renovar el contrato. Cuando se caliente el mercado, Dimitris echará de nuevo la caña. El Madrid también lo sabe: Hezonja, que jugó y disfrutó allí; Tavares, cuya renovación no está cerrada del todo; Poirier, esperando ver con qué propuestas cuenta. Cuidado con ellos, no se irán sin un premio. El precedente más cercano entre los dos clubes data del 29 de febrero, donde el PAO arrolló a los blancos en el Palacio por 86-97. Destinos unidos, como se ve, no sólo por la final de Berlín.

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