Lorenzo Brown mantiene enderezado al exiliado Maccabi

Al doblete contra Barça (23) y Madrid (28) en cinco días el Maccabi de Tel Aviv va a llegar con buenas sensaciones. Después de torear la complejísima situación por la que atraviesan, deportistas en un contexto de guerra con la estructura exiliada a otro país, van adaptándose a su nueva realidad. La Euroliga no perdona bajones sea cual sea la excusa y a ello han atendido bien los de Kattash, que frente al Fenerbahçe han sumado su quinto triunfo de los ocho posibles (el del Real es el encuentro que les queda aplazado).

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El conjunto israelí venció en esta novena jornada a los turcos por un ajustado 78-73. Los de Itoudis (que volvió a mandar a Calathes al rincón de pensar, no jugó minutos) no tuvieron respuesta en la segunda mitad en un partido de tono flojo que podían haber peleado sólo con un poco más de acierto. Los 18 de Wilbekin y Biberovic, cada uno en su casilla, y los 16 de Hayes-Davis quedaron en nada comparado con lo que tuvieron enfrente: James Webb, ex de Valencia Basket, valoró 18 créditos y los honores en la tablilla de anotación fueron para el estadounidense nacionalizado español Lorenzo Brown. Fue otro jugador local, también exACB, Wade Baldwin (que va cogiendo ritmo después de empezar la temporada con una lesión de espalda) fue el que aseguró el triunfo en la línea de personal. Scottie Wilbekin erró a falta de once segundos el triple que pudo forzar la prórroga.

Lorenzo

El precedente en Euroliga para Brown no era nada halagüeño. En el anterior compromiso, ante el Olympiacos, había firmado su peor actuación, que coronó con un 0/7 en triples. Este jueves metió tres de los también siete que lanzó, añadiendo también 1/2 en tiros de uno y 4/5 en tiros de dos. La estadística la rellenó con 2 rebotes, 2 asistencias, 2 robos y, para compensar, 4 pérdidas en sus 27 minutos.

Lorenzo Brown, a sus 33 años, goza de un contrato lucrativo firmado el año pasado y que va hasta 2026; el ganador del EuroBasket 2022 con la Selección Española había empezado la temporada europea como un tiro de nuevo, con 15,6 puntos de media en las seis primeras citas. Esta nueva gran actuación le resitúa en el plano en el que se ha acostumbrado, el del liderazgo de uno de los clásicos de este torneo europeo.

Maccabi

El combinado amarillo ha encontrado una nueva casa en el Aleksandar Nikolic Hall, el pabellón en el que habitualmente juega sus partidos el Estrella Roja. Es la Sala Pionir, para los más clásicos. Precisamente fue el Partizán, acérrimo rival de los estrellados, el que ofreció Belgrado como hogar casa temporal para el Maccabi hasta que por seguridad se pueda volver a jugar en Israel. Cuando -después del ataque de Hamás- Israel inició su letal ofensiva sobre la Franja de Gaza el club sacó a sus jugadores extranjeros del país y los mandó a Chipre, que se especuló que sería ese hogar antes de que los belgradenses les echaran una mano. No fue casual el gesto del Partizán, ya que durante la Guerra de Yugoslavia ese club estuvo exiliado para poder disputar la Copa de Europa (la cual ganó en 1992 tras haber disputado la fase previa en Fuenlabrada, ciudad con la que terminó hermanada).