El Milán de Mirotic destroza al Valencia Basket

Nikola Mirotic trituró el sueño del Valencia Basket de firmar el mejor inicio de su historia en Euroliga (tras la derrota, 5-2). El ala-pívot, hoy ejerciendo de alero alto, sumó 19 puntos y le bastó con un inmaculado primer cuarto (14 puntos, por los 12 con los que finalizaron los taronja) para sentenciar un partido en el que los de Mumbrú naufragaron ante la ausencia de un director de orquesta, con Chris Jones en Valencia lesionado y con Stefan Jovic entre algodones (83-52). Con Harper al mando, el equipo firmó una noche para el olvido en la competición, alcanzando los 50 puntos únicamente por un chispazo de Nate Reuvers en el tramo final. Una derrota que no empaña el gran inicio, pero que obliga a reflexionar.

Mirotic hizo suyo el primer cuarto sorprendiendo ejerciendo de tres, como alero alto, sacando ventaja de su 2′08. Inmaculado el arranque del ala-pívot que guio a los de Messina sumando 14 puntos sin fallo, cuando el Valencia Basket finalizó los primeros minutos con tan sólo 12 puntos en su casillero. Nada más que añadir. Jovic, duda hasta el último momento, hizo un esfuerzo partiendo de inicio ante la falta de Chris Jones y la baja de Boubacar Toure, pero con el Milán yéndose con amplia ventaja en el marcador, Mumbrú decidió reservar al serbio para mejores días. Así, entró Harper como director de orquesta, más asiduo como escolta pese a su corta estatura, y lo cierto es que comenzó agitando el ataque producto de su velocidad, pero cuando le tocó tomar las riendas del ataque se fue diluyendo, como el resto del equipo. Arrasado por el ex de Madrid y Barça, sin fallo en el tiro y añadiendo cuatro rebotes y un tapón a su estadística personal.

Ya con las rotaciones, sin Mirotic en pista, secundarios como Faccadori, Tonut y Ricci, que ya le entraban los triples hasta a tablero, hacían acto de presencia para aumentar la ventaja hasta los 19 puntos. Especialmente Faccadori, que sacaba ventaja de su duelo individual con Harper, al que supera en altura por más de diez centímetros. En esas apareció Ferrando, al que el partido le obligaba a dar un paso al frente, con una asistencia y metiendo desde la línea para romper la sequía en ataque. Sin embargo, poco después, un airball deshinchó el globo. Ahí apareció un golpe de orgullo de los que se esperaba más. Inglis robó y mató con dureza para sacar la falta y marcar un camino de rebeldía al que se sumó Brandon Davies, errático frente a su equipo, pero que se soltó tras estrenarse en el partido desde la línea: única solución hasta que Ojeleye, tras picar piedra poco a poco, restó la distancia hasta los diez puntos con un triple para asomar la cabeza en el partido. Fue un espejismo.

Mirotic, que cerró el primer acto con un triple, siguió con lo suyo tras el paso por vestuarios aumentando la ventaja de nuevo la ventaja, junto a Melli castigando de nuevo el rebote (9 ofensivos para los locales) y un matazo de Poythress devolvían al Valencia Basket a la realidad, obligando a frenar el partido a Mumbrú por tercera ocasión. Sin dirección por parte de los taronja, el partido era un ida y vuelta constante frente a un equipo crecido en lo individual por las facilidades del equipo valenciano, que no encontraba soluciones en ataque más allá que correr por la pista al ritmo de Harper. En ocho puntos se quedaron los taronja en el peor cuarto del partido, en el que hubo un triple de López-Arostegui y poco más. La distancia se fue hasta unos 25 puntos que sonrojaban a un equipo que soñaba con su mejor inicio en la competición en la previa.

Ya con el partido resuelto, Harper y Davies, venido a menos en su vuelta a Milán y que se dejaba puntos hasta desde los libres, donde se mostraba especialmente atinado en la competición, trataban de maquillar su estadística personal, porque la del equipo ya no tenía remedio. Messina ya solo pedía acabar con cabeza el partido, sin sobresaltos, mientras Robertson se iba al banquillo con cinco faltas con solo un tiro en su mochila. Él, máximo anotador de la Liga Endesa el pasado curso, se suponía que venía para aportar puntos desde el perímetro. Nate Reuvers llevaba a Valencia Basket a los 50 puntos... a falta de tres minutos para acabar el partido. Tan sólo el interior americano, ejerciendo más de pívot por la falta de Boubacar, rebañó los últimos minutos para sumarse algunos puntos en un nuevo naufragio en el Mediolanum Forum.

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