El Madrid se da un homenaje

Ganar en casa en la Euroliga y hacerlo bien era una tarea pendiente del Madrid, que no había tenido demasiadas jornadas plácidas en el WiZink Center (acumulaba tres derrotas en los siete encuentros previos ante su afición). El Asvel Villeurbanne era un rival propicio por aquello de los antecedentes, pero no hay pez chico en la competición. El resultado se abultó en el último cuarto (92-73), aunque cerca del cierre del tercero la escuadra francesa puso el intermitente de adelantar y llegó a viajar solo ocho por detrás. Volvieron con éxito Rudy y Deck (Causeur se quedó fuera), y Poirier fue el señor de los números (19 puntos, 14 en el acto final; 6 rebotes y 25 de valoración) para darle un buen descanso a Tavares (solo 11 minutos en pista), que había pasado una semana difícil por la fiebre. Rudy estuvo en los dos mejores tramos defensivos del equipo (+20 con él) y Deck salió y clavó 10 tantos en 6 minutos. Bien Llull atrás y en la gestión colectiva y bien Musa con un inicio poderoso. Habrá otras noches de más exigencia; esta resultó apropiada para que el Madrid le deseara felices fiestas a su gente.

Por lo que sea, y vamos más allá de la diferencia de potencial entre los dos equipos, al Asvel se le atraganta el Madrid. Apenas una victoria ante los blancos en lo que va de siglo y fue hace casi 20 años en el viejo Saporta (febrero de 2003) con un bonito duelo entre Dragan Tarlac (24 puntos) y Robert Gulyas (18). Chus Mateo era entonces ayudante de Javier Imbroda. Y por lo que sea tampoco esta vez los franceses estuvieron cerca de la gesta, pese a su gran momento que los ha llevado a tumbar al Barça en el Palau y a remontarle al Olympiacos 21 puntos para encadenar tres victorias.

Lo mejor de los de TJ Parker es que resistieron el ritmo alto del primer cuarto, lo que les permitió rebajar una desventaja de ocho tantos hasta el 25-22 del cierre del periodo, en el que regresaba a escena Rudy Fernández a falta de 44 segundos tres meses después de la lesión en la muñeca derecha (Musa llevaba entonces 11 de sus 15). Mateo aceleraba la rotación, ponía rápido en cancha a Llull, que venía de disputar solo dos minutos en Tenerife, luego metía al Chacho y daba más presencia a Poirier. Y con Rudy en ese quinteto y pronto con Deck, también de vuelta tras un par de semanas, vimos muy buenos momentos defensivos con un parcial que se estiró hasta un 17-3 tras una diablura de Sergio Rodríguez: conexión con el argentino para un 2+1 (42-25).

El Real perdió algo de fuelle de ahí al descanso y lo recuperó en la reanudación, cuando parecía dejarse los deberes hechos: 58-42, minuto 24. En medio cuarto, sin embargo, entre Noua y una defensa zonal previa cosieron la mitad de la brecha: 67-59. También echó una mano el pequeño y eléctrico Jackson-Cartwright (De Colo extravió seis balones y Fall se hizo un esguince).

Quedaba el acto de la verdad, en el que volvía Rudy y el Asvel se colaba de nuevo de cabeza en un agujero negro ofensivo, colapso total, mérito de los merengues, que se desataron hasta el 81-59 tras un 11-0. El primer acierto visitante tardó 4:50. No había ni lugar ni argumentos ni fuerzas ni contexto para la épica francesa. Sí quedaba espacio para el genio creativo, el del Chacho, Rudy y Llull, que se combinaron en una acción entre ellos múltiples veces, tras bote y sin él, para que El Increíble acabara descerrajando un triple esquinado. Un plácido y festivo final por la contundencia del triunfo y los adornos en varias jugadas con Poirier gustándose. La próxima parada europea, el jueves 29 en Vitoria.