El jaque mate del Real Madrid

Un solo movimiento y triplete ACB (Supercopa, Copa, Liga). Un golpe maestro, aunque fuera uno solo, para el jaque mate de un Real Madrid que ha recuperado la Copa y la Liga (eran de Unicaja y Barcelona) y solo se quedó con el sabor amargo de la derrota en la final de la Euroliga, un patinazo contra el Panathinaikos que dejó a los blancos sin pleno de títulos.

Ese movimiento, trascendental, fue el regreso del Facu Campazzo, única alta en una plantilla en la que repitieron hasta trece jugadores del campeón en Kaunas y de la que salieron Williams-Goss (Olympiacos), Cornelie (Mónaco), Hanga (Estrella Roja) y Anthony Randolph. Solo el primero, y sin grandes alardes, ha tenido un papel importante en la Euroliga 2023-24. Campazzo, en cambio, ha sido fundamental en un Madrid que cojeó la temporada pasada en el puesto de base. No se ha llevado el MVP de la fase regular (fue para Mike James) pero sí entró en el Mejor Quinteto (con Mario Hezonja y Edy Tavares en el Segundo) y, mientras sí ganaba el MVP en Liga Endesa, ha promediado en Europa 11,5 puntos, 6,6 asistencias y 16,8 de valoración. En el top 10 en valoración (octavo), asistencias (segundo) y robos (sexto, 1,3). En la final de la Euroliga, se cargó de personales y tuvo un día muy gris, pero el resto de su temporada ha sido sobresaliente.

Campazzo (33 años) se marchó a la NBA en noviembre de 2020, después de empezar curso con el Real Madrid mientras se cerraban los flecos del viaje a América. Cuando se quedó definitivamente sin oportunidades en los Mavericks, donde buscaba acomodo después de no poder asentarse en Denver Nuggets, el Madrid parecía un destino obvio pero, mientras se negociaban las condiciones económicas y el encaje, acabó en el Estrella Roja, equipo por el que fichó en diciembre de 2022 sin que por ello se aplacaran los rumores que señalaban a un futuro meses después, como acabó sucediendo, en Madrid. El Estrella Roja le había hecho una oferta de dos años (1,8 millones y 2,5 el segundo) con cláusula de salida después del primero. Esa fue la puerta al Real Madrid, que antes no había usado la ventana de diez días que tenía para igualar, ya que suyos eran sus derechos en Europa, la oferta serbia.

El Madrid, que ya era campeón de Europa, no necesitaba más. Un año antes había apostado por Sergio Rodríguez, Mario Hezonja, Dzanan Musa y Petr Cornelie. Y en la temporada 2021-22 arrancó con Thomas Heurtel, Guerschon Yabusele. Adam Hanga y Nigel Williams-Goss. Además, durante la temporada sí recuperó desde la NBA a Gabriel Deck, una ruta distinta a la de Campazzo y similar a la de Vincent Poirier, que llegó en abril de 2021, meses antes de lo previsto por la grave lesión de Anthony Randolph y las salidas hacia la NBA de Campazzo y Deck.

Pero el pasado verano el Madrid no tocó nada más. Solo un fichaje, pero uno de máximo nivel. Justo antes de comenzar la Euroliga, las encuestas de los medios especializados europeos daban como favorito por aclamación al equipo blanco, que iba a contar en el eje Campazzo-Tavares, probablemente los mejores del continente en la columna vertebral base-pívot. Para EuroHoops, el Real Madrid era favorito para repetir título. También para Sportando, y los directores deportivos elegían en Basket News a Campazzo como el gran fichaje del verano, y al argentino y a Tavares como los dos que elegirían para poner en marcha un equipo de cero.

Fue, desde luego, cuestión de calidad y no de cantidad. El Madrid se reforzó donde más lo necesitaba y lo hizo con el mejor jugador posible, la mejor opción que había en el mercado y un tipo de carácter ganador y comprometido con el equipo en el que ya había estado y al que quería volver a toda costa. Jaque mate.

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