El Barça recupera su mejor versión

Debía realizar el Barça una defensa impecable para no sufrir en Mónaco y eso es exactamente lo que hicieron los hombres de Jasikevicius. En uno de los mejores partidos de la temporada, los azulgranas ataron en corto a un Mónaco acostumbrado a sobrepasar los 80 puntos al que le faltaron recursos y acierto. Mike James, desaparecido al inicio y con malos porcentajes, solo pudo empujar al final en una embestida inútil cuando el partido ya estaba decidido. El Barça jugó 30 minutos de libro y controló bien el encuentro en las posesiones decisivas, su talón de aquiles. Brilló Mirotic con más intensidad que el resto de sus compañeros, pero la victoria ante el Mónaco fue una obra colectiva.

Una asistencia es todo lo que el Barcelona permitió a Mike James en el primer cuarto, que el norteamericano jugó de forma íntegra. Un buen resumen de lo que fueron los primeros minutos del partido que enfrentó a Mónaco y Barça, donde las defensas reinaron sobre los ataques. La insistencia de Satoransky y las ayudas de Laprovittola anularon a la estrella local (James falló los cuatro tiros que intentó) pero perdieron la pista a Motiejunas, máximo anotador de los monegascos en el arranque. La primera ventaja reseñable la construyeron Mirotic y Higgins desde el triple (8-13) ante los evidentes problemas de Laprovittola para organizar el ataque en estático.

Y es que eso es exactamente lo que le faltó a los azulgranas en la primera mitad: un ataque más clarividente. También acierto, pues ante la buena defensa del Mónaco abusaron del triple. 12 tiros exteriores en 15 minutos, solo nueve de dos, para un Barça que no estuvo especialmente atinado. El tanteo, ante dos defensas impetuosas, era lógicamente bajo: 22-25 a tres minutos para el descanso en un partido que se desarrolló muy rápido. Casi no hubo interrupciones y solo se tiró un tiro libre. La buena noticia para los intereses azulgranas tras 20 minutos era que Mike James seguía sin aparecer; la mala, que Motiejunas seguía siendo un problema. Mirotic, con un triple muy lejano y sobre la bocina, con un triple tan inverosímil como soberbio, mandó el partido al descanso con una ligera ventaja azulgrana (29-34).

La ventaja pasó de ligera a más que notable (31-48) porque el Barça lo hizo todo bien en el inicio del tercer cuarto. Siguió defendiendo de forma excelente, controlando completamente el rebote defensivo y, ahora sí, acertando desde fuera. Y no solo Mirotic, sino también Laprovittola, Sanli o Satoransky. Pero Mike James, de menos a más, empezó a entrar en partido. Penetraciones frenadas con falta, un triple y sobre todo la sensación de que el norteamericano era la única arma del Barça para tumbar al Mónaco. Un arma, sin embargo, que de nada sirvió para frenar el vendaval de los azulgranas desde el 6′75 (45-60).

La gran flaqueza del Barça esta temporada, quizás uno de los defectos que más ha destacado siempre Jasikevicius, es la falta de instinto asesino. No dejar escapar partidos que tenían ganados, no levantar el pie del cuello de un rival moribundo. Y ante el Mónaco, con 15 arriba a diez del final, tenían una oportunidad de oro para demostrar y demostrarse que han aprendido de los errores.

Y pese a algunas dudas en el inicio del cuarto, lo hicieron. Tiró Okobo un triple liberado para ponerse a siete, pero entre Kalinic y el rebote ofensivo calmaron las aguas (53-66). Pocos puntos del Barça, pero también pocos del Mónaco. Un Mike James contra el mundo que acabó bien para los azulgranas (63-69).