Cuando el esfuerzo encuentra la recompensa

Le ha costado a este Barça, pero por fin ha logrado sumar dos victorias seguidas. Y no fue precisamente fácil, porque ante Milán los azulgranas sudaron sangre. Tras una primera parte correcta en defensa y mala en ataque, los de Peñarroya supieron mantener el listón defensivo y, por fin, anotar con cierta soltura. No fue un partido bonito, no fue un partido espectacular, pero el esfuerzo encontró su recompensa tras un final ajustadísimo que cayó del lado azulgrana. Satoransky, Punter, Clyburn, Shengelia y Vesely, el quinteto que arrancó y acabó el partido, dio el nivel requerido para ganar un partido de Euroliga.

La primera parte de los azulgranas fue, cuanto menos, heterodoxa. Salió mal el Barça a la pista (0-7) pese a plantear Peñarroya un quinteto titularísimo con el claro objetivo de mejorar en defensa. Y lo lograron a medias, con intensidad y manos, pero todavía con algunos desajustes. Lo que no fue normal, o por lo menos a lo que no nos tiene acostumbrados el equipo de Peñarroya, fue el ataque. No tiraron un triple hasta los cinco minutos. Las seis primeras posesiones, tres tiros de dos fallados y tres pérdidas. Los azulgranas se encallaron en estático, sin opciones claras en el cinco contra cinco. Primero Shields y luego Dunston castigaron a Clyburn y Willy (14-19).

Siempre por delante en el marcador, Milán se sintió excesivamente cómodo en el inicio del segundo parcial. Brooks tomó el relevo anotador, diez puntos sin fallo, condenando al Barça a vivir de las segundas opciones tras el rebote ofensivo. Con problemas para cerrarlo atrás, los azulgranas corrieron el riesgo de alejarse demasiado (30-41). Dos triples al límite del descanso limaron las diferencias y mejoraron las sensaciones azulgranas.

La intensidad azulgrana mejoró tras el descanso en ambos lados de la pista, acercándose notablemente en el marcador (46-47), sin llegar sin embargo a rebasar a su rival. Buenos minutos de Bolmaro, que jugó muy joven un Palau que le recibió con tímidos aplausos, pero también de Clyburn, Punter y Satoransky. Desde el triple, como no, llegó la primera ventaja azulgrana de todo el partido (57-56). Y también desde la solidez defensiva.

Entrando por delante en el último cuarto (64-61) al Barça solo le hacía falta mantener el volumen y acierto de tres para ganar el partido. O, dicho de otra manera, mantener su producción ofensiva habitual. Cale ayudó en defensa, pero Milán resistió. A tres del final, empate a 69.

La victoria se quedó en casa, no sin un susto mayúsculo. Un triple de Brooks a 25 segundos de acabar ajustó el resultado (73-72) y Shengelia a punto estuvo de perder la siguiente posesión. Shields tuvo un triple para ganar, pero tiró muy forzado tras una buena defensa azulgrana.

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