Mateo: “Vine y me iré, pero espero estar mucho tiempo”

Chus Mateo afronta su segunda Fina Four en dos años como primer técnico, a por su segunda Euroliga seguida, algo que no consigue el club desde 1968, aunque antes ya estuvo en las Final Four de 2015, 2017, 2018, 2019 y 2022 como segundo de Pablo Laso. El técnico dice que la trayectoria le ha dado “una seguridad mayor”, aunque en los personal espera “que no haya cambiado nada”. Y añade: “Vine un día y me iré otro, espero que esté mucho tiempo, eso sí, porque es el club de mi vida. (…) Cuando llegué había ruido de mucha gente alrededor, del entorno, pero seguimos trabajando y eso no va a faltar al margen de que nos puedan dar palmadas en la espalda o nos puedan criticar”. Mateo alabó a sus jugadores, a Poirier y Tavares, y a Campazzo: “Nos ha dado un plus de ferocidad y hambre, que ya teníamos, pero más acentuado, y nos ha ayudado a definir más los roles que nos costó un poco el año pasado, que en algún momento tuvimos dudas para acoplarlos”.

Dos temporadas en el banquillo. “Cuando cogí el equipo podía pensarse que era una quimera que pudiéramos optar a dos Euroligas seguidas, pero tenemos esta oportunidad. A ver si somos capaces de escribir una página muy bonita en la historia del club”.

La llegada de Campazzo. “Los dos equipos mantenemos el mismo estilo, pese a los cambios. Ellos el suyo del año pasado, un bloque muy sólido, de gladiadores. Y nosotros un poco diferente pero con nuestro sello y estilo. Facu nos ha dado un plus de ferocidad y hambre, que ya teníamos, pero más acentuado, y nos ha ayudado a definir más los roles que nos costó un poco el año pasado, que en algún momento tuvimos dudas para acoplarlos. Aquí, en la Final Four, ya solo encuentras equipos campeones”.

Lo que ha cambiado para el técnico en estos dos años. “Como entrenador la trayectoria te da una seguridad mayor, experiencias que te ayudan a moldearte, qué es posible hacer y qué no en el juego, en los campeonatos. A nivel personal espero que no haya cambiado nada, vine un día y me iré otro, espero que esté mucho tiempo, eso sí, porque es el club de mi vida”.

Estilo griego. “El Olympiacos es un equipo inquebrantable en defensa. Nosotros somos un equipo fluide alegre, que juega a más posesiones que ellos, por lo que tratarán de que no sea así. Intentarán que el juego se ralentice para que no encontremos las ventajas”.

Bartzokas. “Los equipos los hacen las personas. Es el que ha dado la impronta, la personalidad al club. No se dan nunca por vencidos. Un espejo en el que mirarme como técnico, y un caballero”.

Manejar las emociones en una gran cita. “La naturalidad no es fácil con la expectación que hay siempre. Queremos hacer algo grande, escribir una página grande en la historia del club”.

La defensa, clave. “Si hablamos de defensa y solo miramos los puntos encajados, quizá la eliminatoria ante el Baskonia sea un poco engañosa porque ellos siempre llevan el partido a muchas posesiones. Eso significa que los partidos van por un lado o por otro, ya te digo que ante el Olympiacos no vamos a llegar a 100 puntos. La defensa va a estar presente si queremos ganar, también el rebote y el ataque”.

El juego interior. “Fall, Milutinov, Wright, Petrusev… Sikma tienen jugadores para dar y tomar en esas posiciones y nos compiten muy bien. No vamos a descubrirles ahora, son jugadores que, además, generan juego. Fall es un gran pasador, Milutinov un fantástico finalizador…”.

Poirier y Tavares. “Tienen una relación extraordinaria entre ellos, veo cómo se ayudan en cada entrenamiento. Cada uno tiene su espacio y han sabido aprovecharlo. Poirier viene de una año excepcional y a Edy no lo vamos a descubrir ahora. Me alegro por los dos, que son extraordinarias personas. Ojalá lo hagan fenomenal y ganemos”.

Doblete Champions y Euroliga, como en 2018. “Ojalá pudiéramos repetirlo. Ver a Ancelotti es una maravilla, verlo cómo dirige al equipo. Es el mejor entrenador posible. Cuando nos vemos hablamos mucho de todo, de baloncesto y de fútbol”.

Dos títulos seguidos. “Para cualquiera entrenador es muy difícil ganar dos Euroligas seguidas, cuando llegué había ruido alrededor de mucha gente, del entorno, pero seguimos trabajando y eso no va a faltar al margen de que nos puedan dar palmadas en la espalda o nos puedan criticar. Este reto de ganar dos Euroligas es lo que nos va a mover, nos va a empujar a que movamos más rápido las piernas. La historia está escrita, se lograron dos títulos consecutivos en 1967 y 68, y queremos volver a hacerlo”.

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