Euroliga | Fenerbahce 77 - Panathinaikos 81

Ataman: “10.000 maleducados del Fenerbahçe insultaron a mi madre de 87 años”

El PAO rompe la racha del campeón, que había ganado los últimos seis partidos, con un último cuarto espectacular. La afición turca la tomó con el técnico.

ERDEM SAHIN
Nacido en Madrid en 1987. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Entró en AS en 2010 en la sección de fútbol. En 2014 pasó a formar parte de AStv, en donde ejerció como redactor y montador. Ya en 2018 recaló en su actual ubicación, la sección de baloncesto, donde escribe de ACB, Euroliga, NBA, Selección española...
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Partido grande el que se jugaba esta tarde en el Ulker Sports and Event Hall de Estambul entre el Fenerbaçe y el Panathinaikos. El actual campeón y el gran favorito al título, como en los dos últimos años. Por un lado llegaba el equipo dirigido por Sarunas Jasikevicius, que desde que perdió en Madrid de forma sonrojante el 30 de octubre tocando fondo, no había vuelto a conocer la derrota. Seis partidos y seis victorias le contemplaban. Por su parte, los de Ergin Ataman no llegaban en su mejor momento, después de caer en sus dos últimos duelos en uno de esos tramos de temporada en los que parecen apagar el motor de la máquina infernal que tienen entre manos y se convierten en un equipo terrenal. Pero la tendencia cambió y fue el PAO el que se llevó el gato al agua (77-81).

El partido transcurrió con bastante igualdad en la primera mitad, de la que el Panathinaikos salió por delante pero por poco (37-41). Los turcos, que ya de por sí no tienen la mejor rotación interior de la competición, notaron mucho la baja de Mikael Jantunen. Pero en el tercer cuarto todo cambió. La parición de Nicolo Melli, el mejor interior de los turcos esta temporada y que hasta ese momento había pasado desapercibido, le dio otra dimensión a su equipo. El italiano enlazó dos triples bastante seguidos y su amenaza obligó a salir fuera a sus defensores, lo que abrió caminos hacia el aro. Wade Baldwin, un maestro de las penetraciones, y Bonzie Colson empezaron a hacer caja. Pero fue sobre todo Talen Horton-Tucker, autoproclamado mejor jugador de Europa, quien marcó las diferencia. Algo, por cierto, que no está siendo demasiado habitual. El escolta estuvo negado desde la línea de tres (0/4), pero forzó hasta el límite penetrando contra todo y contra todos y sacó petróleo en infinidad de ocasiones. Metió 7 de 9 en tiros de dos y logró 8 puntos sin fallo desde la personal. Resultado: 22 puntos para 22 de valoración.

El Fenerbahçe ganó ese cuarto 20-9 y empezó los últimos 10 minutos 7 arriba. Pero ahí apareció el talento del PAO. Kendrick Nunn, que ya estaba siendo el mejor de los suyos, volvió al ataque hasta terminar el partido con 25 tantos. Y Kostas Sloukas puso su cerebro y frialdad al servicio griego cuando más falta hacía llegando a las 7 asistencias. Los de Ataman metieron 31 puntos en el último cuarto, una salvajada. El Fenerbahçe jugó a disparar cuanto más mejor y en ese juego su rival tenía más balas. “Estuvimos un poco fuera de control en la primera mitad. Tuvimos demasiadas pérdidas de balón en la segunda mitad. Tuvimos 22 pérdidas de balón. Le facilitamos un poco la victoria al oponente”, analizaba Jasikevicius después del partido.

Por supuesto, muchos focos estaban puestos en Ataman y la afición del Fenerbahçe. La relación nunca ha sido buena entre ambos. Hay una larga historia de desencuentros ya desde los tiempos en los que el entrenador dirigió con muchísimo éxito al Anadolu Efes. Y cada vez que les visita el recibimiento es de lo menos amistoso. Hoy volvieron a oírse insultos e improperios de todo tipo al técnico, que quiso referirse a ello en la entrevista postpartido: “El Fenerbahçe se puso 9 o 10 puntos arriba y perdimos el control del partido. En ese periodo, todos los turcos, 10.000 aficionados del Fenerbahçe, empezaron a cantar en turco, con fuerza y ​​sin educación, contra mi madre, de 87 años. Así que Dios nos ayudó. Los jugadores empezaron a encestar, a defender agresivamente, y Dios nos ayudó; dimos la respuesta en la cancha una vez más. Estoy muy disgustado. Estoy muy disgustado de que esta gente sin educación cantara esta canción contra mi madre, y creo que la Euroliga debe tomar medidas, alguien que entienda el idioma del equipo local en ese tipo de cancha. Esto no es justo en el baloncesto. Jugamos al baloncesto, estoy orgulloso de ser entrenador de la selección turca, estoy orgulloso de lo que estoy logrando aquí. Pero estas 10.000 personas carecen de educación”.

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