El Valencia tira del producto nacional
Puerto, Pradilla y Arostegui, claves para derrotar a un Bilbao Basket al que se le hizo muy largo el partido.
Entre el cumpleaños de Josep Puerto y el del Bilbao Basket, se impusieron las velas del primero. El prometedor jugador valenciano, que alcanza hoy las 26 primaveras, montó la fiesta junto con su compadre Pradilla, otro que tal baila, y López-Arostegui, un cría cuervos vizcaíno que comió los ojos a sus paisanos. Pedro Martínez maneja un plantel fabuloso, con jugadores de muchas nacionalidades que tienen un nivel Euroliga, pero esta vez fueron los de aquí los que sobresalieron. Montero se lo perdió por un esguince. El producto nacional arañó el protagonismo. El Surne llegó ayer a 25 años de vida y no lo ha podido acompañar con una alegría similar. Sí ha arrancado esta jornada la sonrisa de Ponsarnau, recibido con enorme cariñó por parte de la Fonteta, que recuerda su etapa allí, y emocionado por ese calor de la grada. Pero si en Miribilla impone respeto, pierde muchísima pujanza a domicilio. El brutal control del rebote defensivo sostuvo al Valencia en sus momentos malos. Sólo se dejó coger ocho rechaces en su tablero. El cuadro visitante fue valiente, tuvo a tiro a su rival, pero no llegó a ponerse por delante y acabó por ceder cuando los taronja encontraron la inspiración y ellos la fueron perdiendo. Lo mismo que pasó en Miribilla: un valiente cadáver.
El Valencia regresó a su pista casi un mes después, no aparecía por allí desde el 9 de febrero. Espanta las dudas generadas por la Copa antes de entrar en la fase decisiva de la temporada en la Eurocup, con el Cluj-Napoca a la vista. Los bilbaínos querían agarrar las buenas sensaciones de cara a la batalla de Turquía, ya que defenderán un +12 ante el Tofas Bursa en los cuartos de la Europe Cup. La diferencia final es exagerada para lo que se vio. Como en la primera vuelta, los ‘hombres de negro’ intentan ir a pecho descubierto, pero no les da para estas gestas, deberían atrancar mucho más el juego, los detalles como el rebote. Metieron ritmo al partido y forzaron imprecisiones de uno de los equipos más dados a transitar a tumba abierta, pero no hubo ni emoción al final. El descenso sigue amenazando.
El choque arrancó con ambos equipos más acertados en defensa que en ataque y apenas se vio una canasta en cada lado en los tres primeros minutos. Los de Pedro Martínez empezaron a correr gracias al rebote defensivo, aunque los porcentajes en el tiro de tres eran malísimos y les impedían abrir hueco. Con el choque algo atascado, la aparición de Rubén Domínguez iluminó al Bilbao con tres tiros lejanos seguidos. El exterior, ya definitivamente en el papel de escolta, sufría cuando le cogían la espalda. Las dudas que pudo crear en los locales las disipó con otras tres acciones un Puerto que empezaba a dejar claro su talento. Juego poco incisivo en general: al final del primer acto, 19-14 y un solo tiro libre lanzado, a cargo de De Ridder, el mejor de los vascos, en un 2+1.
El Valencia volvió a acelerar pero su falta de cuidado con la pelota le llevó a acumular pérdidas y dio tiempo al Bilbao a reencontrar su juego. El equipo de Ponsarnau echaba de menos a Dragic y su reciente fichaje Cazalon, esta vez un tanto desconectado, pero apretó el marcador y solo la aparición de López-Arostegui, con jugadas de mucha clase, permitió al Valencia llegar al descanso con una pequeña ventaja: 42-37. El Valencia puede estar desacertado, pero no se escapa ni un milímetro del guion. al descanso había lanzado 19 triples, casi uno por minuto, por 15 de su rival.
El paso por el vestuario sentó bien al Bilbao. Con una buena circulación, desarmó una defensa local con problemas en el uno contra uno. También leyeron bien los ‘hombres de negro’ la defensa con la que el Valencia trató de secar a Domínguez y a Pantzar y alimentaron a Jones. El cuadro local siguió acumulando pérdidas y, le castigaron, de nuevo el marcador se ajustó hasta que los visitantes tuvieron a tiro a su rival. Esta vez fue un triple de Sestina el que le salvó en el peor momento pero fue el dominio del rebote defensivo y el regreso a la pista de López-Arostegui el que, esta vez con la ayuda de Jovic, dio calma a los locales para entrar al último parcial con una mayor renta (63-54). El getxotarra culminó una gran jugada ante Pantzar con canasta y falta.
El Valencia vivía tranquilo con su poderío reboteador. Y luego empezó a cazar balones en el aro enemigo. Concentró personal en el centro de la zona y los bilbaínos, atraídos por esa táctica, tuvieron malos porcentajes y permitían el castigo a la carrera. Pradilla se fue a 12 rechaces, un auténtico Carpanta. Dos triples de Ojeleye abrieron brecha ante un rival al que le empezó a pesar el esfuerzo de estos días. Los locales aceleraron y empezaron a ver el triunfo más cercano. A su optimismo se unió el primer ‘challenge’ ganado por su técnico, Pedro Martínez, esta campaña tras 23 solicitados. El único que estaba a cero en esas reclamaciones. En su banquillo se celebró casi como un triunfo. El +19 final era el techo en cuanto a diferencia. Marí pudo jugar su segundo partido del curso.
Pedro Martínez: “El resultado es el que es pero hemos sufrido”
Pedro Martínez aseguró tras la victoria ante el Surne Bilbao Basket que pese a ganar por casi veinte puntos (89-70), sufrieron para hacerlo y destacó la buena labor de su rival. “Los 19 puntos no son justos ni injustos, es el resultado. Hemos entrado en los últimos tres minutos con el partido decidido pero es verdad que hemos sufrido, no ha sido cómodo para nosotros y el Bilbao ha hecho muchas cosas bien. Ha dominado el ritmo y nos ha forzado muchas perdidas”, señaló.
“Hay partidos que se complican, porque el rival juega bien pero hemos perdido demasiados balones no forzados y nos han castigado mucho con canastas fáciles. Hemos de pensar que esto pasa, nos sirve para los próximos partidos para seguir creciendo. El sufrimiento y pasar malos momentos forma parte de la temporada y de la vida y hay que superarlos y no quedarte anclado”. añadió.
Se mostró satisfecho por haber ganado la primera revisión arbitral de la temporada tras más de veinte ‘challenge’ perdidos y dijo que invitaría “a unas pizzas”. “Los entrenadores somos un desastre y yo, más desastre aún, pero en la ACB porque en la Eurocopa no me va tan mal. Me consuela que mis compañeros también lo son”, deslizó. El técnico explicó que habían dicho a los jugadores que ganar “era la mejor preparación” para el cruce de cuartos de final a partido único que el equipo jugará en la Fonteta este miércoles ante el Cluj-Napoca pero dijo que no hicieron “nada” para preparar esa choque sino para coger confianza.
“No hemos hecho nada pensando en el siguiente partido, todo iba encaminado a ganar al Bilbao y bastante faena hemos tenido pero nos da confianza. Ahora hay que recuperarse y lunes y martes hacer el mejor trabajo posible para llegar bien al miércoles”, apuntó. El técnico dijo que deben asumir que “es un partido especial” porque el que pierda quedará eliminado y advirtió que eso les generará miedo y deberán gestionarlo.
“Si pierdes quedas eliminados pero es lo que hay. Podría decir que hay que jugar sin miedo, pero es que da miedo, ellos y nosotros y seguramente nosotros más por jugar en la Fonteta y porque hemos hecho una mejor fase regular. Tendremos miedo peor lo que hay que hacer es hacer las cosas bien con miedo por las posibilidad de que te eliminen. Hay que asumirlo. Se puede jugar bien con miedo, porque es algo que no se elige”, concluyó.
Ponsarnau: La inspiración ha decidido”
Ponsarnau aseguró que la inspiración en la segunda parte fue lo que inclinó este sábado el partido en la Fonteta, pero lamentó que los últimos minutos de su equipo propiciaran que fuera una derrota tan abultada. “Nuestras opciones estaban en competir en energía y hemos intentado alargar al equipo para poder aguantar. Nos han creado problemas con el rebote pero menos que la última vez. También nos ha ayudado no hacer pérdidas. Pero cuando ellos han encontrado la inspiración y nosotros no, se ha roto el partido con un resultado que no era el que tocaba”, lamentó.
“El acierto de Josep Puerto y el no acierto nuestro ha sido el que ha marcado la distancia. Con el desacierto nos hemos hundido un poco en los últimos tres minutos”, lamentó el técnico, que recordó también que en el tercer cuarto tuvieron “algunos ataques para cambiar la iniciativa del marcador” y no los aprovecharon. Preguntado por el que fuera su equipo y su futuro en la Eurocopa, en la que el miércoles juga un cruce eliminatoria a un partido con el Cluj-Napoca, Ponsarnau dijo que “está muy bien entrenado y tiene talento para afrontar los partidos que se puedan complicar cuando las cosas no salen”.
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“Tiene rebote y triple y condicionan mucho. La eliminatoria a un partido es máxima presión pero si hay un equipo y entrenadores preparados es Valencia”, apuntó. El entrenador ilerdense fue recibido por la Fonteta con una larga ovación en un regreso más a la que fue su casa. “He sentido emoción y satisfacción de que el trabajo que hicimos fue bueno, quizás nos hubiese gustado que fuese muy, muy bueno, pero fue bueno y tengo la sensación de que es lo que reconoce la gente. Lo dimos todo y nos faltó poco para conseguir cosas muy grandes”, señaló el técnico, que conquistó la Eurocup con el Valencia.
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