La Penya quiere su Copa

Hacía 39 años que la Copa no se jugaba en Badalona y los verdinegros no levantan el trofeo desde 2008 pero todo puede cambiar en este 2023. La Penya, como demostró ante el Baskonia, quiere esta Copa. Arrancó mal, continuó mejor y acabó jugando como nunca. Doblegó a un rival impotente, minimizado, que una vez perdió la delantera en el marcador fue a merced de un rival y una afición que sueñan con esta Copa. Feliz, Parra, Tomic, Brodziansky, Guy, Ellenson… todos sumaron en una de las mejores victorias que se recuerdan en Badalona en los últimos tiempos.

La Penya no salió bien al partido. Un punto revolucionada pero sobre todo sin el acierto requerido para mantenerse cerca de Baskonia. Fallaron los primeros ocho tiros de campo y, para cuando entraron, ya iban 4-17. Ni Guy pudo con Howard ni Tomic con Enoch en ataque. La defensa tampoco fue la mejor. Giedraitis campó a sus anchas (11 puntos en poco más de siete minutos) aunque, por lo menos, cerraron el rebote defensivo.

Baskonia, pese a la clara ventaja, tampoco es que firmara un inicio fulgurante. Giedraitis estuvo acertado y en general superaron al Joventut, pero probablemente no con la contundencia que reflejaba el marcador. Y cuando la Penya empezó a anotar, las cosas se apretaron. Primero Ribas, luego Parra, para firmar un parcial de 0-10 que devolvió el partido a un marcador que reflejaba una ventaja más real de Baskonia (14-19).

El apagón ofensivo de los de Vitoria continuó ya empezado el segundo cuarto, pero entre las pérdidas de la Penya y los puntos fáciles desde la pintura volvieron a sumar. Demasiadas facilidades defensivas de los verdinegros, que sin embargo también vieron con más claridad el camino al aro. El desacierto de Guy siguió costándole caro al Joventut pero los excelentes minutos de Feliz, +15 con él en pista, empataron el partido (32-32). La sensación, sin embargo, siempre fue que Baskonia podía meter una marcha más, defender mejor y tirar con más acierto. Y cuando lo hizo volvió a abrir hueco (35-42).

Como muchas veces sucede en el deporte profesional, especialmente en partidos apretados, la diferencia estuvo en los detalles. Y estos, tras el descanso, cayeron del lado de la Penya. Los triples de Parra, la defensa sobre Howard, la técnica a Peñarroya… Todo contribuyó para poner por delante al Joventut por primera vez en el partido (46-44) y para crear en el pabellón un ambiente espectacular. La contrapartida, los puntos de Howard. Inédito en la primera mitad, ahora sí empezó a anotar. Un alivio para Baskonia, que sin embargo no fue suficiente. Fueron los últimos minutos del tercer cuarto los mejores del Joventut, jugando al límite de su potencial, en comunión total con la grada, sobrepasando a Baskonia (68-57).

Howard inauguró el último período con un triple, pero es lo último que hizo de provecho en el partido. Guy le forzó la quinta falta en una penetración con nueve minutos aún por jugar. El ‘momentum’ de la Penya continuó con un Brodziansky inmenso que elevó la ventaja hasta el 77-64. Cierto es que todavía quedaba mucho, pero la ventaja era sólida y las sensaciones excelentes. Y un partido así, con un público como el que abarrotó el Olímpic, no se le podía escapar al Joventut. Y no lo hizo. Con la ventaja rondando los 14 puntos Baskonia hizo una última intentona a base de triples, más por obligación que por convencimiento, que ni siquiera llegó a inquietar a la Penya.