Willy se divierte contra el Zaragoza, a la espera de Ricky

Quizás sea por el largo parón del Zaragoza, quizás por el ritmo del Barça tras un durísimo duelo contra el Mónaco o simplemente por la diferencia de potencial entre los dos equipos, pero el Barça-Zaragoza se decidió rápido. No en el marcador, aguantaron los visitantes hasta el descanso, pero sí sobre el parqué. El Barça jugó a placer prácticamente durante todo el duelo, dando minutos a los menos habituales desde el inicio y encumbrando a un Willy al que le sientan de maravilla este tipo de partidos. 23 puntos 14 rebotes y 43 de valoración en poco más de 20 minutos. Una barbaridad el ex-NBA, muy superior a los interiores de Zaragoza.

El quinteto titular del Barça ya dio pistas de que este iba a ser un partido donde los menos habituales iban a gozar de oportunidades. De hecho, hasta la convocatoria. Ricky se quedó fuera del ‘roster’ y entraron de inicio hombres como Parra o Jokubaitis. Pero quien marcó la diferencia fue Willy Hernangómez. Ante este tipo de rivales, sin desmerecer al Zaragoza, el español es un ciclón. 12 puntos y 3 rebotes en poco menos de ocho minutos en pista, pero sobre todo quedó la sensación que la defensa de Zaragoza era incapaz de pararle. Kravic lo sufrió especialmente (18-14).

El gran problema para el Zaragoza fue que los huecos en su plan de partido fueron grandes y en todas las parcelas. Sufrieron mucho por dentro, pero también por fuera. Y taparlo todo, ante un rival como el Barça, es harto complicado. Probaron varias defensas distintas en un intento de pararle los pies a los azulgranas pero el efecto fue el contrario. El Barça estiró el marcador (50-34) ante la inoperancia de Zaragoza por fuera. Uno de diez en triples, otro clavo en su tumba. El Barça, dosificando a los jugadores más determinantes, transitó tranquilo por los dos primeros cuartos.

También por los dos últimos. Quizás el partido no estaba completamente decidido al descanso, pero las sensaciones eran clarísimas y la dinámica imparable. El Barça jugó demasiado cómodo, Zaragoza muy desacertado, y eso solo tenía una conclusión posible, que es evidentemente la que se dio. Willy firmó una de sus mejores actuaciones individuales de la temporada y Brizuela estuvo infalible desde el triple (cuatro de cuarto en pocos minutos). En otras palabras, un vendaval al que se unió Paulí que acabó por hundir el barco del Zaragoza.