Victoria por KO del Madrid

Hay partidos de época y partidos de hiel. El del Zunder Palencia, en su estreno histórico en el WiZink Center, fue una mezcla de ambos. Por un lado, la celebración de viajar a Madrid, a casa del campeón de Europa por primera vez tras su debut en la Liga, y hacerlo con el apoyo de los aficionados palentinos en la grada que elevaron el aforo hasta los 9.106 espectadores. Añadan si quieren la reacción del tercer cuarto, ese 1-11 de parcial en cuatro minutos que le permitió edulcorar algo la derrota (91-68). Por otro, el contraste descarnado entre un equipo y otro, la brecha entre ambas plantillas que vimos de salida.

El Madrid venía de ganar el Clásico el jueves, no ha hecho otra cosa esta temporada (14 victorias seguidas ya), pero con un juego regular y los apuros del final después de ir 14 arriba y fallar 20 de los 22 triples que lanzó. Así que se plantó este domingo en la calle Goya con cierto propósito de corrección y lo pagó de lleno el equipo dirigido por Marco Justo. Los blancos crujieron en la arrancada a su rival con acierto en el tiro y pudiendo correr, una combinación letal que se tradujo en el 28-7 del minuto 8 tras el noveno tanto de Musa. Ahí estuvo lo mollar de la amplia grieta. Al descanso la estiraron a un +27 (52-25) y a 31 en la reanudación (59-28) antes de la reacción visitante. Para entonces, Eli Ndiaye había sumado buenos momentos y el júnior Hugo González había pisado la cancha.

El Palencia redujo la distancia a un menos dañino 60-39 y se impuso en ese tercer cuarto (15-18) y repitió en el último (24-25) pese a su pobre mañana en el triple (5 de 27, 18%). Algo apreciamos del talento del holandés Van der Vuurst, de la experiencia de Benite, del corazón de Chumi Ortega, de Pasecniks y del prometedor pívot de 2,10 m y 19 años Ousmane Ndiaye.

El Madrid cerró su séptima victoria liguera (la ventaja media supera los 15 puntos por jornada) con acciones espectaculares de Hezonja (16 tantos) y Poirier. Causeur fue titular tras no participar frente al Barça y Rudy se quedó fuera para que Hugo González jugara un cuarto. Tavares sigue trabajando para recuperar su mejor forma (8+13 rebotes y +18 con él en pista en 23 minutos). Mientras, Yabusele volvió a ser baja por una hiperextensión en la rodilla izquierda. Después de aplazarse el duelo contra el Maccabi, a los blancos les queda una semana por delante hasta el próximo compromiso, el domingo en Granada. Siete días para recargar pilas y entrenarse.

El récord: 31-0 en la 2013-14

Chus Mateo, su cuerpo técnico y los jugadores merengues trabajan para alcanzar su pico cuando se resuelvan los títulos, como siempre en un club poderoso. Esta campaña los roles están muy definidos de inicio y se ve a un grupo fuerte y bastante solidario, clave para los grandes desafíos. Pero más allá de los trofeos y dado el buen juego y los resultados, y que aún no haya perdido, la trayectoria del equipo y su continuidad permiten hacer comparaciones. Uno de los mejores Madrid de la era Laso (no por sus conquistas y quizá tampoco por solidez, sí el más entretenido de ver, el que conectó de manera plena con la grada) fue el de la campaña 2013-14, el de los récords, que se estrelló en mayo y junio en la final de la Euroliga con el Maccabi y en la ACB con el Barça.

El Real venció entonces en sus 31 primeros partidos del curso. No hincó la rodilla hasta el 23 de enero de 2014 en Moscú (31-0) y se mantuvo invicto en la Liga durante 27 jornadas, hasta el 27 de abril de ese mismo año cuando tropezó con el Valencia. El formato actual de la Euroliga, de todos contra todos, hace difícil emular aquella gesta, aunque la cuenta esta abierta: 14-0 en lo que va de campaña (15-0 sumando el triunfo ante los Mavs) y 7-0 en la Liga. Lo más importante, ya saben, siempre llega en primavera. Pero ¡ay el camino!, lo que entretiene.

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