Triunfo sonado del UCAM ante un Madrid con cinco bajas

El UCAM se llevó una victoria de las que se celebran con el puño bien apretado, de las que suman adeptos para un proyecto en crecimiento que tan bien comenzó el curso, pero que con la lesión de Birgander se había atascado (cuatro derrotas en las seis jornadas anteriores). Hubo nervios, imprecisiones y bastantes fallos. Los locales desperdiciaron una desventaja de 15 puntos (44-29, minuto 22) y tuvieron que sobreponerse a la clásica remontada del Madrid, que dominaba 52-56 a falta de 8 minutos después de un parcial de 8-27. Grandes momentos de Campazzo, antaño héroe murciano.

El UCAM, pese a vencer finalmente por 12 (73-61), abrazó el éxito en los últimos 54 segundos (61-61 entonces) con una canasta crucial de Rodions Kurucs al poste, dos revisiones en vídeo arbitrales, una antideportiva y tres técnicas (una descalificante) para los blancos, más 8 puntos de Hakanson. El base sueco embocó una bandeja sin oposición y seis tiros libres por las técnicas, dos a Causeur, la segunda descalificante (lo que supone dos libres, no uno, y posesión), y otra a Campazzo. El Madrid, en cuadro por las bajas, se sintió perjudicado en esos segundos finales y no controló las protestas con la suerte ya echada.

La primera revisión arbitral en vídeo la vimos a 54 segundos de la bocina y le dio el balón al UCAM en un fuera de banda. En la repetición parece que es Deck el último en tocar, aunque no queda absolutamente claro, así que también prima la señalización inicial. Con 63-61 tras el acierto de Kurucs, y un balón perdido entre Campazzo y Deck (este cayó al suelo y le preguntó al árbitro si no había sido falta), Chus Mateo ordenó personal rápida a Howard Sant-Roos. La hizo Hezonja y Sito Alonso solicitó la revisión para subir el grado de la penalización: antideportiva porque el croata no fue al balón, según los colegiados. Tampoco quedó muy claro. Rigurosa. El problema en estas acciones es que el criterio cambia en situaciones parecidas, lo que genera bastante confusión. Sant-Roos marró los dos libres, pero el UCAM volvía a sacar (63-61). La diferencia es que ahora lo hacía en campo de ataque y solo tenía 14 segundos de posesión, no 24 como antes, por lo que el Madrid disponía de tiempo para defender y jugarse la última, le restarían unos 10 segundos; sin embargo, cometió de nuevo falta rápida, esta vez a Hakanson, que no falló. Hezonja subió el balón (65-61) y se la robaron con el croata reclamando un toque en la mano. Hakanson la embocó solo y ahí se finiquitó un palpitante cara a cara. Luego se produjo el aluvión de protestas, las técnicas, la descalificante y el cierre definitivo sin que nada fuera más allá.

Dylan Ennis y Dustin Sleva desempeñaron un gran papel en el triunfo, también Kurucs con su actividad y esa canasta decisiva, y Todorovic por su ventaja en centímetros sin Tavares ni Poirier.

Los blancos se habían presentado en cuadro. El calendario que tantos critican, pero que nadie hace nada para racionalizarlo, dejó a los de Chus Mateo, después de dos dobles jornadas europeas encadenadas y cinco prórrogas, seis partidos (265 minutos) en doce días, muy mermados para visitar al UCAM Murcia, que no jugaba desde hacía ocho días, aunque contaba con la baja de su MVP, el pívot Birgander, y con Caupain tocado. El Madrid había perdido el jueves pasado ante el Valencia en la Euroliga a Llull y Tavares, que estarán ausentes varias semanas. Y también a Musa, con un golpe en el hombro. Rudy ya era baja (la espalda, se entrenó el sábado por primera vez), igual que Poirier (molestias en un gemelo). A cambio volvía Deck (problemas en un pie) tras un mes (diez partidos) fuera y un solo entrenamiento. En resumen, nueve integrantes del primer equipo, de ellos uno salido de lesión, Alocén que anda aún adaptándose a su regreso y ningún pívot puro. Los canteranos Ismaila Diagne (2,14 m y 17 años) y Hugo González (1,98 y 17) completaron la convocatoria de 11 jugadores.

Las cartas marcadas y una gran remontada

De salida, con las cartas sobre la mesa, quedaban claras las bazas de unos y otros. El UCAM debía meterle ritmo, energía y hacer daño en la pintura, en ataque y en el rebote. A cambio, el Real podía replicar con un quinteto muy perimetral, con cinco tiradores y varios jugadores intercambiables detrás, con movilidad frente a la falta de centímetros. Ennis subió revoluciones, como Kurucs, la defensa de los de Sito Alonso era muy activa. Y Sleva, un cuatro de gran mano, al que le ha costado arrancar en una liga nueva, ponía los puntos. El porcentaje en triples de ambos resultaba paupérrimo. La falta de los clásicos referentes merengues en un ataque que comienza habitualmente con un balón dentro, al poste, llevó a varios jugadores a forzar más de la cuenta en el bote y en el posterior pase, lo que provocó un aluvión de pérdidas. En esa situación de agobio vimos a Campazzo en el primer cuarto (mal primera parte, -2 de valoración, y gran segunda hasta que se sentó para darse un respiro, porque no volvió igual en los últimos 129 segundos) y más tarde al Chacho y a Causeur. Al descanso, nueve recuperaciones murcianas, una vía de anotación local fundamental. De hecho, el primer cuarto lo cerraron con 7 de 8 en lanzamientos de dos. El Madrid marraba 10 de sus 11 primeros triples y del 19-18 se pasaba a un 34-20 con la presencia por dentro de Ndiaye e Ismaila.

En la reanudación, la brecha tocó los 15 (44-29) y se intuía un jaque en toda regla, pero, como casi siempre, reacción heroica, más si cabe este domingo por las circunstancias, esas bajas y la fatiga acumulada. Los triples, que no entraban, empezaron a llover caídos del cielo, hasta 6 (de 12) en el tercer acto (Hezonja, Causeur…), y el Real, además, tomaba el control del rebote. Gran labor para cerrarlo de Deck, Hezonja, Yabusele… incluso del Facu, que lideró la remontada. Un 2-11 en dos minutos que se estiró al citado 8-27: 52-56.

El triunfo soñado, con todas las entradas vendidas desde hacía días, parecía escapársele por la gatera. El mérito del UCAM fue recomponerse, saber hacerlo, adaptarse a las dificultades y aumentar su intensidad. Todorovic hizo daño bajo canasta con sus 2,08 y Ennis clavó un tiro complicadísimo ante Deck y luego un triple. El parcial de los nueve primeros minutos del cuarto periodo era muy exiguo: 9-10. Todo se decidiría en el último minuto ya narrado, en el que los 36 segundos finales reflejaron un marcador de 12-0. El UCAM se reimpulsa, gran éxito; el Madrid mira por el retrovisor al Unicaja, que encadena 14 victorias y se coloca a solo una. La Liga.

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