La familia de Miguel Ángel Martín achaca su muerte a una negligencia
El conocido entrenador falleció a finales del año pasado. Un cáncer se esgrimió como causa de la muerte, pero la familia lo desmiente. Tenía 73 años.
Miguel Ángel Martín falleció el pasado 30 de noviembre a los 73 años de edad. ‘El Cura’, como se le conocía cariñosamente después de que Nacho Azofra le pusiera ese apodo, es un histórico del baloncesto español que entrenó a Real Madrid, Estudiantes y Granada, en la máxima categoría, y también a Murcia, Universidad Complutense y un Alcázar de San Juan en el que cerró su legendaria trayectoria en los banquillos en 2009.
Su etapa más recordada fue sin duda la del Estudiantes, club al que llegó en 1984, dentro del organigrama de la cantera colegial. En 1988 se hizo del primer equipo, que dirigió hasta 1994. Con él debutaron inolvidables como el citado Azofra, Alberto Herreros, Pablo y Gonzalo Martínez, Alfonso Reyes, Iñaki de Miguel... Él fue también el que dio paso a Ricky Winslow en sustitución de otro estadounidense de leyenda, David Russell. Con el Estu ganó la Copa del Rey de Granada en 1992, año en el que llevó al club también a la Final Four de la Euroliga. Pepu Hernández creció a su lado y le sustituyó en 1994, doce años antes de ser el seleccionador que llevó a España a ganar el Mundial de 2006.
Ahora, más de un mes de su fallecimiento, la familia de Miguel Ángel Martín, ha querido emitir un comunicado con el que pretende aclarar cuál fue la causa de su muerte, ya que se informó de forma equivocada que esta había llegado como consecuencia de un cáncer. Sin embargo, los allegados del recordado entrenador aseguran que la desencadenante de su muerte fue la mala praxis del Hospital Quirón de Pozuelo, donde ingresó en junio para una intervención de próstata que se consideraba rutinaria. Sin embargo, en esta operación se le seccionó por error una parte del intestino. Después de abandonar la UCI y cuando ya estaba en planta, empezó a encontrarse mal, momento en el que, según la versión de su familia, no fue atendido de la forma adecuada. Finalmente, un cirujano detectó un shock séptico que exigió una nueva intervención de urgencia, más de un mes en la UCI y un proceso que condujo a un cambio de hospital, con traslado a la Fundación Jiménez Díaz, y una sexta operación (después de cinco realizadas en Quirón Pozuelo) que no puedo evitar el fallecimiento aproximadamente un mes después.
Los familiares han iniciado los trámites legales de reclamación ante el Hospital Quirón Pozuelo, con el que AS intentó sin éxito ponerse en contacto, y el doctor que realizó la primera intervención. Pero quieren dejar claro que la causa de la muerte no fue un cáncer sino lo que consideran una negligencia de máxima gravedad que no quieren que se pueda repetir con otros pacientes. De hecho, aseguran que se reunieron con el hospital y que recibieron disculpas y una asunción de responsabilidad que después quedó en papel mojado, tanto en lo que respecta a los fallos de la primera intervención como, sobre todo, a lo que consideran una inexplicable falta de atención durante unas 14 horas que desencadenó el fallo multiorgánico al que siguieron las sucesivas operaciones, el cambio de centro por la falta de confianza en el Quirón Pozuelo y, finalmente, el fallecimiento.
Este es el comunicado completo:
“La familia de Miguel Angel Martín, conocido por su carismática carrera como entrenador de los equipos de Baloncesto del Estudiantes y del Real Madrid, queremos manifestar que las informaciones que han salido en la prensa sobre su fallecimiento, a causa de un cáncer o por causas naturales, son absolutamente falsas.
Miguel Ángel ingresó el 24 de junio de 2022 en el Hospital Quirón Pozuelo, para una operación programada de próstata por el especialista el Dr. Jesús Cisneros Ledo con el robot Da Vincci. Intervención que, aún con los riesgos propios de una cirugía de esas características, era prácticamente rutinaria. Al término de la operación, practicada en la tarde de ese día, el citado urólogo que le intervino nos informa de que al extraer la próstata, por error, se ha seccionado parte del intestino pero que ‘se había cosido la parte dañada y que todo está bien’.
Tras la estancia en la UCI, el 25 de junio le suben a su habitación en planta del Hospital y sobre las 7 de la tarde empieza a encontrarse muy mal, motivo por lo que se avisa a las enfermeras para que llame a un médico, y a pesar de la insistencia no es hasta las 4 de la mañana cuando acude una doctora, la cual, sin tan siquiera explorar a Miguel Angel, se limita a decirnos que le harán una analítica. Después de 14 horas sin ningún tipo de atención médica es cuando viene su cirujano que detecta que presenta un ‘shock’ séptico y un fallo multiorgánico motivo por el cual debe ser operado nuevamente de urgencia y tras esta intervención debe pasar mas de un mes en la UCI del citado centro hospitalario.
Desgraciadamente, la falta de atención médica del Hospital Quirón Pozuelo no termina ahí. El 19 de agosto de 2022 Miguel Ángel vuelve a encontrarse mal y se suceden los avisos de la familia para que alguien pueda atenderle, afirmando los sanitarios de turno que debía ser un problema postural. No es hasta la mañana siguiente en la que un médico de la UCI informa que tiene de nuevo otro ‘shock’ séptico y fallo multiorgánico llegando a afirmarnos: ‘No me puedo creer que le hayan dejado llegar a esta situación’.
Tras un mes en la UCI y en una situación muy grave, la Dirección Médica de Quirón Pozuelo concede una reunión con la familia el 7 de septiembre donde pide disculpas y reconoce los fallos acontecidos con Miguel Ángel.
A partir de ahí, y por una evidente pérdida de confianza con el Hospital Quirón de Pozuelo, solicitamos el traslado a la Fundación Jiménez Díaz que se produce el día 19 de septiembre. En este nuevo centro hubo que operarle por sexta vez (las cinco anteriores fueron en Quirón Pozuelo), ya que según nos informaron hubo que reparar de nuevo la zona intestinal que dio lugar a la primera septicemia. Tras esta operación, y al no poder reparar el daño causado, lamentablemente falleció aproximadamente un mes después.
Ante esta situación la familia acude al despacho de abogados especializado en reclamaciones por responsabilidad civil profesional dirigido por D. Manuel Castellanos Piccirilli, quien se comunica con la dirección del Hospital la cual rehúsa ahora toda responsabilidad, eludiendo la misma comunicando que el especialista en urología, el Dr. Cisneros Ledo, actuó ‘bajo su exclusiva responsabilidad profesional y organizativa, sin integrar la plantilla de personal de la Clínica’.
Por todos estos motivos, nos vemos en la obligación de salir al paso de algunas informaciones erróneas vertidas en los medios y hacer público los hechos que rodearon el desgraciado fallecimiento de Miguel Ángel y estamos tomando las medidas legales para que casos como el de mi marido no vuelvan a suceder”.