El Unicaja se mete en la final sin pívots pero con un plan

El Unicaja jugará otra final, a por su primera Supercopa para completar el pleno en sus vitrinas de títulos nacionales, tras una sufridísima victoria ante el UCAM Murcia (74-79). Ha aprendido a ganar con este proyecto que dirige Ibon Navarro en el banquillo, el del plan, y no quiere frenar. Espera el Madrid este domingo (19:00, M+).

Antes de seguir con lo mollar y para ponernos en situación, hacía 25 años que un gran evento ACB (el All Star de 1998) no visitaba Murcia y 27 desde el último torneo (la Copa de 1996), así que pueden intuir el grado de agitación de la grada murciana, de su mejorado Palacio de Deportes, que calentó con su apoyo inicial a Campazzo, un ex, y explotó luego con los suyos, con un UCAM que soñaba con aprovechar el papel de anfitrión y colarse en su primera final en la élite. Ansiaba hacer historia. Lo intentó, apretó… no lo logró porque topó con el Unicaja, un pedazo equipo, desvalido en el juego interior, cierto; pero más armado que ningún otro, con solo una incorporación (Kameron Taylor por Brizuela) y todos los mecanismos grupales a pleno rendimiento, al contrario que el UCAM de los ocho fichajes, que echó en falta algo más de sus dos americanos, Troy Caupain y Dustin Sleva, las dos únicas altas que no conocían la ACB.

El UCAM dominó el rebote y tuvo mejores porcentajes de dos, con Radovic y Moussa Diagné castigando por dentro, frente a un adversario al que le faltaban sus tres cincos (Kravish, Sima y Lima con Diop de temporero). Sin embargo, esos mecanismos defensivos del Unicaja ya aprendidos le dieron un extra decisivo, porque pusieron en aprietos a los locales y le permitieron hasta 16 recuperaciones. Ahí voló Tyson Carter, canastas fáciles en una noche difícil. Ibon Navarro veía cómo Will Thomas, Ejim y Osetkowski completaban una labor impagable en ausencia de los grandes y cómo Djedovic volvía a ejercer de termómetro colectivo con sus triples.

El UCAM resistió el empellón verde del tercer cuarto y una canasta anulada a los de Sito Alonso en el minuto 31 por solo una décima, tras revisarse en el Instant Replay el final de los 24 segundos de posesión, frenó su efervescente ascenso. Minuto y medio después, el Unicaja se había ido 10 arriba, que fueron 12 enseguida (62-74). Y hasta a eso casi se sobrepone. Entró vivo al último minuto, Dylan Ennis, a buen nivel, marró uno de los dos tiros libre (74-77) y Sleva tuvo luego un triple para empatar. Agua. El Unicaja, contra viento y marea, no deja de avanzar.