El terremoto Mirotic sacude la final

El final del curso ya está aquí. Otra vez, Barça-Madrid, dicen algunos con cierto empacho. ¡Qué duelo!, celebran otros. El de más nivel de toda Europa, porque no hay dos contendientes mejores del mismo país. Como tampoco hay liga como la ACB. Cara a cara entre el favorito para ganar la Euroliga cuando comenzó en octubre y el que la ha celebrado en mayo, el duelo de la semifinal continental repetido en formato playoff al mejor de cinco, un cierre extendido nueve meses después de que todo comenzara en Sevilla con la Supercopa. Entonces ganó el Madrid en el estreno de Chus Mateo, como ganó en Kaunas la Undécima, y, en medio, en la fase regular liguera y europea, 3-1 para el Barça, así que ambos abren esta noche la final de la Liga Endesa con un 3-3 en los duelos particulares, aunque la necesidad de revancha viaja en la mochila azulgrana, agitada por un terremoto de gran magnitud con la filtración ayer del despido de su estrella, Nikola Mirotic, cuando acabe la temporada.

El club le comunicó hace tres semanas, como ha adelantado TV3, que no iba a seguir en el Barcelona y el jugador, en una entrevista en Mundo Deportivo, lo confirma y asegura que nadie de la entidad le ha pedido en los dos últimos años que se rebaje el salario. El club ha contraatacado desmintiendo lo anterior, y afirma que sí han hablado, pero que Mirotic se ha negado a una reducción del contrato. Y añade que no hay rescisión al tiempo que le achaca duramente anteponer sus intereses personales a los del club y sus compañeros. La realidad es que no hay acuerdo de desvinculación y este será millonario, como mínimo, por ley, de 7 a 8 millones de euros según su salario y las cuatro campañas que llevaba en Barcelona, aunque la cantidad podría ser mucho más elevada si así lo decidiera un juez por despido improcedente, puesto que le quedan dos años más de contrato por un total de más de 20 millones. Guerra absoluta.

En pleno seísmo con Mirotic en el epicentro, el jugador ha mostrado un nivel elevado pese a conocer la decisión del Barça (14,3 puntos y 15,7 de valoración en los seis partidos del playoff). Incluso quizá juegue liberado sabiendo que no hay porvenir. Volverá a ser, seguro, una de las amenazas para el Madrid, que, sin Deck, tiene la opción de recurrir a Ndiaye como en la Final Four. En las últimas convocatorias, el canterano se ha quedado fuera y ha entrado Randolph.

En el Barça, mientras que lidian con el caso Mirotic, se han quejado a la ACB por el arbitraje de manera preventiva, poniendo en el foco las faltas de ataque en los bloqueos. ¿La intención? Presionar para que carguen con personales a Tavares, el pívot más determinante de Europa y el mejor jugador de lo que va de playoff (23,8 de valoración media y +13,7 con él en pista). El segundo también es merengue: Musa (21,2 y +9).

Los dos equipos llegan muy bien, cohesionados. El Madrid con una pieza clave, de las que resuelven temporadas, en forma: Sergio Rodríguez. El Barça, tirando de rotación para ganar en energía, así compensó el furor físico del Unicaja, y haciendo a más jugadores partícipes (hasta siete promedian 7,3 puntos o más). Y lanzando de maravilla: 11,5 triples con un fantástico 45%. El Real solo el 32%, aunque 36,7 rebotes y 111 de valoración. Una gran Liga, una final espléndida.