El Madrid sigue de fiesta

El UCAM Murcia nunca había ganado en Madrid, y se fue sin hacerlo, aunque compitió durante dos cuartos y medio, hasta que el Real hizo saltar el duelo por los aires con Campazzo, Musa y Tavares, con un talento que lo empujó suavemente a apilar 39 puntos en los 10 minutos del tercer periodo hasta el 106-92 final, la mayor anotación del curso, por tercera vez por encima de los 100 sin contar el amistoso frente a Dallas. Sufrió de inicio para retomar en la segunda parte el modo festivo, el de su baloncesto. Campazzo (14 puntos, 10 asistencias y 23 de valoración) pone a los blancos en otra dimensión, esta vez con el mejor Tavares a su lado, ya muy recuperado físicamente tras su problema de salud (18 con 5 mates más 8 rebotes y 2 tapones). Causeur (13 y +18 con él en cancha) repitió el buen desempeño de Turquía, Yabusele no se apaga, Hezonja obró buenas cosas, Deck asoma y Musa lo hizo en el momento vital, mientras que el Chacho regaló otras 5 asistencias. En el UCAM, Hakanson (10), Ennis (15) y Birgander (16) lideraron pese a que los mejores momentos llegaron con Moussa Diagne. Lo único feo del choque, el cierre de la primera parte con Sito Alonso protestando después de una acción en la que Diagne trató de engañar a los árbitros y Llull acabó diciéndole algo al técnico visitante y tocándole la cabeza en un gesto que sobró.

La fiesta con Doncic y los Mavericks del martes pasado se alargó 48 horas, hasta la noche del jueves en Estambul, donde el Madrid volvió a completar una actuación magnífica, pero este domingo, en el tercer esfuerzo de la semana, se apreció de salida el bajón de energía. El UCAM, que para bastantes entrenadores de la ACB es uno de los clubes que mejor se ha reforzado en verano, había preparado a conciencia el duelo y se notó. Magnífica puesta en escena aprovechando las carencias blancas de inicio. La entrada de Moussa Diagne mediado el primer cuarto, un pívot fichado por el Barça en 2015, con solo 21 años, y que después vivió un calvario de lesiones, terminó de catapultar al equipo murciano. Bien en lo físico, encadenó un puñado de acciones de gran mérito ante Tavares y luego frente a Poirier. Hasta cuatro canastas consecutivas para abrir hueco: 14-22, minuto 8.

Hubo lío antes del descanso

En el arranque del segundo cuarto, el Madrid pegó un estirón y se puso al día (22-22). Aparecían el Chacho y Causeur y, en seguida, Deck dando muestras de su recuperación de la lesión muscular aplicando velocidad como cuatro y con un buen mate. Respondió bien el UCAM, con temple, con su conexión sueca: Hakanson y Birgander (más Wilhelm Falk en el banquillo). Pulso igualado cuando se acercaba el descanso, y en la última acción, el lío. El balón le llega a Tavares, que encesta bajo el aro con Moussa Diagne cayéndose al suelo y doliéndose del mentón. Los árbitros no pitan nada, canasta válida a falta de tres décimas, pero se solicita la revisión por acto de violencia, por si Edy había golpeado a Moussa. Tras varias repeticiones, en una toma se aprecia que no hay ningún contacto en la barbilla, por lo que los árbitros le señalan técnica al pívot del UCAM por simulación. Sito Alonso reacciona mandando a los jugadores del banquillo al vestuario, amagaron con irse y se quedaron (recuerden, solo tres décimas para terminar la primera parte), y, después de que Campazzo anote el tiro libre de la técnica (42-37), todos enfilan hacia el túnel. En ese momento, Llull se acerca al entrenador del UCAM, le dice algo y le toca dos veces por detrás la cabeza con la palma de la mano, un error del capitán blanco. Sito se altera y se dirige al base que se va, Musa lo frena y entre varios evitan que la cosa pase a mayores.

El descanso sirvió para enfriar los ánimos, el UCAM comenzó fuerte (42-41), aunque la pegada merengue lo dejó sin opción de réplica. El Real salió con la intención de dejar de sufrir y recuperó las sensaciones que le hicieron volar en el Sinan Erdem turco. Campazzo arrancó la moto con tres aciertos seguidos encarando el aro, Tavares cogió su estela para recibir y Musa asomó cuando tocaba en otra actuación seria. Entre los tres, 19 puntos en cinco minutos, y al final del cuarto ¡39 tantos! del equipo (39-25) para desbordar la resistencia murciana. Dos detalles antes de que concluyera el acto. Primero, la visión de Sergio Rodríguez y su capacidad de cambiar una decisión sobre la marcha. Restaban unos segundos y el base quería ajustar la posesión con el poco tiempo del reloj general, le hacía el gesto a Poirier de que se parara en un corte y al instante se percataba de que se iba a quedar solo, en una décima cambiaba la decisión para el alley-oop del galo. Segundo, la resolución de Causeur, que aprovechó un tapón de Yabusele para galopar y encestar un triplazo en carrera sobre la bocina. El escolta añadía otra canasta en la bienvenida al periodo definitivo, lo que elevaba el +21 en el marcador: 83-61. El Madrid había cerrado el tercer cuarto con 11 de 13 en tiros de dos, 4 de 5 en triples, 5 tiros libres sin fallo y 8 asistencias, incontenible.

De ahí al bocinazo, poco más que apuntar en un duelo que se desató en ritmo en la segunda parte con un resultado parcial de 64-55. Buenas acciones de Hezonja y minutos para el canterano Hugo González en ausencia de Rudy. Chus Mateo y su escuadra lucen una tarjeta impecable: cinco de cinco en la Liga, nueve victorias sin mácula en el curso más el triunfo ante los Mavericks. Buen septiembre y, de momento, mejor octubre, aunque llegan curvas en forma de doble jornada de la Euroliga. El Zalgiris se presenta el martes en el Palacio y el Armani Milán de Messina y Mirotic, el jueves. Más madera.

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