El Leyma Coruña tumba al Madrid con un 3+1 in extremis

El Leyma Coruña vivió una tarde mágica, una de esas que ni el mejor guion cinematográfico puede alcanzar a representar con fidelidad. Un historia de superación con un tiburón, un pez chico y un final muy imprevisto. El recién ascendido, un club que debutaba en la ACB 28 años después de su nacimiento, el sexto equipo gallego en la máxima categoría, tumbó al actual campeón, el Real Madrid, con un 3+1 del alero cubano-estadounidense Yunio Barrueta a falta de dos segundos (86-85). Y lo hizo después de ir todo el duelo a remolque, de verse incluso 14 abajo en el tercer cuarto (40-54) y todavía seis por detrás ya en el último minuto (77-83). Ese tiro milagro y la gran actuación de Brandon Taylor (20 puntos y 4 asistencias), decisivo en los instantes críticos, autor del pase para el triple ganador tras arrastrar a toda la defensa, resultaron determinantes frente a un flojo Madrid. Gran papel igualmente del base letón Ingus Jakovics (18 tantos con 4 triples). El primer triunfo de un recién ascendido frente al vigente campeón en 18 años, desde que el Gipuzkoa venciera en la campaña 2006-07 al Unicaja.

Y pese a todo parecía que el gigante blanco se iba a llevar la victoria, pero Musa marró un lanzamiento lejano y cometió una falta final muy evitable, mientras que Campazzo, en cambio, debió realizar una personal justo antes sobre Taylor para abortar el desenlace. Más allá, los de Chus Mateo solo avanzaron a impulsos de su núcleo principal, con Campazzo asumiendo casi toda la responsabilidad y Llull, Musa y Tavares dándole cobertura. Un desempeño lejos de lo necesario en la ACB, imaginen en Europa. Las ausencias de Hezonja e Ibaka pesaron bastante (y los 11 tiros libres marrados), aunque el Leyma tampoco contaba con Trey Thompkins. Los planes de Diego Epifanio salieron bien.

Pasada la efervescencia de la Supercopa, con dos partidos en menos de 24 horas y un título en juego, tocaba afrontar una transición más pausada de la pretemporada al curso oficial. Y en ese proceso vimos a un Madrid lejísimos de lo que quiere ser, con muchas piezas por integrar y otras que le faltaban. Sin Hezonja (ha perdido varios kilos tras una semana enfermo) y sin Ibaka (baja de última hora por una dolencia de espalda), Ndiaye y Tavares quedaron como la pareja interior de inicio con Garuba como recambio de ambos y Deck (muy lejos de su nivel) para reforzar el ala-pívot. Y ya.

Campazzo arrancó fuerte y mientras que el argentino sujetaba el timón y Tavares andaba por ahí con Musa, el Madrid manejaba la situación: 9-17, minuto 7. Con las rotaciones, los blancos perdieron el control de la escena y la presencia del 2,15 Atoumane Diagne ayudó al Leyma a acelerar el ritmo, a correr con Jakovics de base (y acertado) y con L. J. Figueroa, ex del Ulm de Juan Núñez, sirviendo un par de buenas asistencias. El Leyma resplandecía en pleno eclipse merengue hasta construir un parcial de 21-9 en apenas 7 minutos que le ponía por delante: 30-28. En ese momento de zozobra, vimos al mejor Llull, muy incisivo hacia el aro, 14 puntos en 9 minutos. Con la vuelta del Facu, Musa y Tavares, el Madrid dio otro estirón.

Del +7 del descanso al +14 en la reanudación y lo que amenazaba ruptura pasó veloz a nueva respuesta gallega. El recién ascendido vivía un día de fiesta en el Coliseum, con muchos de los 9.300 aficionados vestidos de naranja, y no se iba a rendir ni al primer ni al segundo contratiempo. Ni al tercero. Así devolvió el revés con otro parcial contundente (23-9) para igualar a 63 tras un 2+1 del gigante Diagne.

Sin aportación de los nuevos

Restaban 9 minutos. Garuba se daba un trompazo duro porque caía a plomo de espaldas, aunque anotaba la canasta (no regresaría al parqué). El Real arriba de nuevo, mantendrían ventajas cortas con sus principales en pista a plena exigencia y sin tregua. Tavares se torcía el tobillo izquierdo al pisar a Lima en un rebote y continuaba en cancha. Chus Mateo echaba toda la leña al fuego (Campazzo, Llull, Musa, Deck, Tavares…) y no le servía, el motor blanco nunca cogió demasiada temperatura. A ese régimen de vueltas lo veía ganado: 77-83 ya en el último minuto con muy escasa aportación de Andrés Feliz, Rathan-Mayes y Garuba, los fichajes.

Brandon Taylor, un base de 1,78 procedente del Manresa, hizo posible la mitad de la victoria: un triple, dos tiros libres y el pase para el 3+1 ganador de Yunio Barrueta, uno de los del bloque del ascenso (continúan ocho jugadores). Taylor se fue hacia dentro, Campazzo al ver que no amenazaba de tres (82-85 era el marcador a segundos de la bocina) no le hizo personal y este sacó un pase rápido y preciso para el triple frontal de Barrueto que entró tras pegar un tablerazo justo después de que Musa le hiciera falta. El tiro libre adicional le daba la opción de hacer historia, no le tembló el pulso... dentro y 86-85. Tiempo muerto de Mateo a dos segundos de la bocina para pintar jugada y sacar en campo de ataque, donde Llull recibió en el triple y se fue hacia dentro, su lanzamiento tocó el aro y luego botó sobre él sin entrar. El fallo de la victoria, el de una gesta histórica para el baloncesto coruñés. Estreno soñado ante el campeón, una tarde de película.

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