Adiós a Xavier Rathan-Mayes, el artillero sin suerte

El Real Madrid anunció la salida de Xavier Rathan-Mayes. El escolta canadiense (31 años y 1,91 m) se marcha tras solo una temporada en un conjunto blanco en el que no ha cumplido ni con las expectativas ni con el papel deseado: llegó como un gran anotador, un artillero de amplio calibre, pero nunca encontró ritmo, explosividad. Su camino, en definitiva. Al norteamericano le restaba todavía un curso más de contrato con el equipo madridista, que tiene ya cerrado un acuerdo para sumar, en esa rotación de escoltas y aleros, al italiano Gabriele Procida (23 años).

“El Real Madrid quiere mostrarle su agradecimiento y su cariño por esta temporada en la que ha defendido nuestra camiseta y se ha proclamado campeón de Liga. El Real Madrid les desea todo lo mejor a él y a su familia en esta nueva etapa de su vida”, reza el comunicado del club. Su próximo destino apunta al Bayern Múnich alemán.

Rathan-Mayes aterrizó el pasado mes de julio en la capital. Fue una adquisición sorprendente y valiente. El canadiense no tenía mucho cartel en Europa, llegaba desde Rusia, de un BC Enisey de Krasnoyarsk con el que promedió 25,4 puntos (44% en tiros de campo, 35% en triples) y 4,5 asistencias. Además, batió el récord de tantos en una temporada en la liga rusa. Lo tenía el inolvidable Keith Langford (851), al que superó con una actuación de 30 puntos frente al CSKA.

Una presentación que animaba. Que llamaba la atención… aunque todo se quedó en el pasado porque el norteamericano no se liberó nunca. Su presentación, en las semifinales de la Supercopa Endesa frente al Barcelona, levantó ciertas expectativas, más por su labor defensiva sobre la estrella azulgrana Kevin Punter que por su acierto en el lanzamiento.

Fue un espejismo. Rathan-Mayes perdió peso en los planes de Chus Mateo, ya exentrenador del Madrid, con el paso de las semanas y los meses. Incluso, desapareció completamente de la rotación y no jugó ni un minuto en las últimas siete jornadas de la Euroliga.

Disputó 03:08 frente al Bayern Múnich en el segundo partido del play in. En el primero, contra el París, estuvo ausente. Jugó sus últimos 3:11 en la máxima competición continental ante el Olympiacos en el primer partido de cuartos. Promedió 5,3 puntos, 0,9 rebotes y 1,4 asistencias para 3,9 de valoración.

Números similares a los que hizo en la Liga Endesa: 4,7 tantos, 1 captura y 1,3 pases de canasta para 3,3 créditos. Pero a diferencia de en la Euroliga, el escolta sí completó los últimos partidos de la fase regular. En los cuartos y en las semifinales del playoff no participó y en la final su presencia fue testimonial ante el Unicaja, lastrado por su falta de acierto, sus errores y despistes defensivos, y la confianza en otros jugadores que dieron un paso al frente en el tramo final de la temporada.

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