Va a un supermercado en Japón y se queda perpleja con el precio de la fruta: “No tengo palabras”
En Japón, la fruta es todo un lujo. Sus precios asombran a los turistas.
Para muchos visitantes europeos, entrar en un supermercado japonés puede ser una experiencia tan curiosa como impactante. Mientras que en España una caja de manzanas cuesta apenas unos pocos euros, en Japón los precios alcanzan cifras sorprendentes: diez euros por manzanas, ocho por ciruelas o incluso treinta por un racimo de uvas.
En el país asiático, la fruta no se considera un alimento cotidiano, sino un producto de lujo que simboliza estética, perfección y respeto. En Japón, regalar fruta de alta calidad es un gesto de cortesía y gratitud reservado para ocasiones especiales como bodas o visitas importantes.
El elevado precio responde a un proceso de producción muy cuidado. Los agricultores japoneses protegen cada detalle del cultivo: podan los árboles a mano, realizan la polinización manualmente y recogen los frutos uno a uno para evitar imperfecciones.
Melones de 150 euros
En las grandes ciudades como Tokio existen tiendas especializadas, auténticas boutiques de fruta, como Sembikiya o Shinjuku Takano, donde los melones pueden alcanzar precios de hasta 150 euros y los racimos de uvas rondan los 80.
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A estos factores se suman las limitaciones geográficas y económicas del país. Japón cuenta con escasas tierras agrícolas y unos costos de producción muy elevados, lo que impide la agricultura a gran escala. En Japón, comer fruta es casi un acto ceremonial: un encuentro entre el arte, la naturaleza y la cultura.
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