Sociedad

Se cae por las escaleras, la comunidad de propietarios alega ‘embriaguez’ y la Justicia da la razón al vecino con un millón de euros

El Juzgado de Primera Instancia nº 9 de Palma ha condenado a la comunidad de vecinos y a la aseguradora a indemnizar al vecino por lesiones y daños sufridos.

Yellow Dog Productions | DiarioAS
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Indemnización astronómica a un hombre que se cayó por las escaleras en 2016 en el edificio donde residía en Calvià (Mallorca). La comunidad de vecinos y su aseguradora han sido condenadas por el Juzgado de Primera Instancia nº9 de Palma a pagar 1.182.181 euros al accidentado.

A esta cantidad, se suman los intereses por las lesiones derivadas de la caída por las escaleras. Los hechos tuvieron lugar nueve años atrás, cuando el varón resultó herido de gravedad al precipitarse por unas escaleras que fueron modificadas por la comunidad sin licencia municipal.

Y es que la barandilla de un tramo de la escalera fue retirada. Además, las luces de la zona donde tuvo lugar el accidente se encontraban apagadas debido a la fundición de sus bombillas. Una situación que provocó a la víctima secuelas permanentes y la condición de dependiente hasta la actualidad, al quedar postrado en una silla de ruedas.

Recurso de la comunidad

En su defensa, la comunidad de propietarios expuso que el joven se encontraba bajo los efectos del alcohol en el momento del accidente. Sin embargo, la justicia desestimó su recurso, alegando que no había evidencias de que su estado de embriaguez influyera en el siniestro, de modo que culpó a la propiedad del siniestro.

Sentencia firme

La sentencia recogió la “irresponsabilidad” de los propietarios del edificio en la carencia de medidas de seguridad. “Una escalera en las condiciones descritas constituye una fuente de peligro y resulta totalmente previsible que pueda generar un daño y provocar una caída, lo que determina la responsabilidad de la comunidad de propietarios”, estipula el informe pericial.

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La justificación de la sanción se basa en los múltiples gastos que la familia del joven ha tenido que afrontar para adaptar la vivienda a su condición de dependiente, en los daños morales y físicos, y en el hecho de tener que asumir el cuidado permanente de la víctima.

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