SOCIEDAD

¿Qué significa ‘contestar a la gallega’ y por qué decimos que se contesta preguntando?

En España cada Comunidad Autónoma tiene sus tradiciones, sus costumbres, su cultura, sus expresiones e incluso sus tópicos que diferencian unas de otras

Turismo de Galicia

España es un país de un territorio muy amplio, con un gran número de habitantes, lo que le hace adquirir una gran riqueza cultural, no sólo gracias a las personas inmigrantes que aportan diferentes costumbres y formas de ser, sino entre las propias Comunidades Autónomas que constituyen el país, entre las que existen muchas diferencias.

A nivel de tradiciones, costumbres, a nivel gastronómico, en la lengua y en las expresiones... Son muchas las particularidades que a cada Comunidad Autónoma y en algunos casos a cada provincia las hacen algo diferentes a las demás, y que a la hora de ponerlas en común construyen una buena parte de la riqueza cultural de España.

Como no podía ser de otra forma, España no se salva de los tópicos y las habladurías, unas más ciertas que otras, en referencia a nuestras tradiciones y nuestra forma de ser: podemos ser el país más fiestero del mundo, ver corridas de toros a diario, no perdonar una siesta, tropezarnos con un bar a cada paso que damos o alimentarnos sólo a base de tapas, siempre según los ojos desde los que se mire.

Y por supuesto, las Comunidades Autónomas también son víctimas de estos mitos, teniendo cada una de ellas los suyos propios. Por ejemplo Galicia, una de las comunidades con más habitantes, más rica culturalmente, con un gran peso social y político... y sobre la que se ha contruido un mito referido a los ciudadanos gallegos.

¿Qué significa ‘contestar a la gallega’?

En España, como en todos los países, se han construido históricamente cieros mitos sociales que afectan a diferentes sectores de la población. Uno de los más famosos del país es el de ‘contestar a la gallega’. Esta expresión tan utilizada en muchas partes del país significa, básicamente, contestar a una pregunta con otra pregunta.

Esta forma de hablar se le ha atribuido históricamente a los gallegos, a los que muchas veces se ha tachado de no querer mojarse, de ahí el por qué de contestar a una pregunta con otra pregunta, sin dar una respuesta clara y convincente. Como cualquier tópico, se ha construido con el paso del tiempo, aunque en muchas ocasiones el mito supera a la realidad.

La indecisión de los gallegos con sus contestaciones con preguntas va de la mano con otros tópicos sobre diferentes comunidades en España, como pueden ser la exageración de los andaluces, la parsimonia de los canarios, el elevado tono de voz de los aragoneses, la soberbia de los madrileños o la tacañería de los catalanes. Es cuestión de los nativos de cada territorio el darse por aludido por ellos, o no.

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