Los efectos secundarios de un trasplante capilar

El paso del tiempo no hace mella solo en el físico de las personas, con problemas que crecen a medida que incrementamos el número de velas en la tarta de nuestro cumpleaños. La genética, o la mala suerte, pueden hacer que más que no tengamos un pelo de tontos, no tengamos un pelo directamente. La calvicie, un enemigo silencioso que amenaza con hacer acto de presencia cuando menos lo esperamos.

Pero aunque no sea lo más habitual, ni una opción por la que opten quienes empiezan a tener un pelo más débil y en menor cantidad, hay solución. A grandes males, grandes remedios. Y estos, como los últimos hits en el mundo de las telenovelas, suelen venir de Turquía. Desde hace unos años se ha incrementado la demanda de trasplantes capilares, lo que ha provocado la apertura de varios centros en nuestro país. Entre ellos, el de Cristiano Ronaldo.

Una cirugía que no es casi invasiva con nuestro cuero cabelludo y a la que han acudido algunas estrellas del fútbol en la última década. Pero, como recuerdan desde Sanitas, conviene saber que se trata de una cirugía que se realiza con anestesia local. Gran parte de quienes han acudido a esta técnica, muy madura y segura, están contentas con el resultado obtenido. Pero conviene recordar que, no obstante, hay una serie de efectos secundarios. La mayoría de ellos son temporales y deberían marcharse tras el periodo de recuperación.

Efectos secundarios más comunes

El primero de ellos, y el más evidente, es una ligera pérdida de la sensibilidad en la zona de las cicatrices. Una sensación que no dura mucho, pues desaparece entre las tres y cuatro semanas sin necesidad de que el paciente tome ningún medicamento o similar. En algunos casos pueden producirse también edemas faciales.

El paciente, a pesar de ver cómo su cara se hincha, no debe preocuparse, pues es un síntoma que desaparece en dos o tres días, así como los dolores asociados a estos edemas. En cualquier caso, es recomendable dormir durante las primeras noches con la cabeza hacia arriba y ligeramente incorporado, para evitar que esto ocurra. Para reducir la inflamación, es posible que el cirujano recete antiinflamatorios.

Un efecto por el que pasan todos los que se someten a este tipo de cirugía es la formación de costras. Los folículos implantados, al tener que cicatrizar, supone que se formen estas costras, que generalmente vienen acompañadas por picores. Pero cuidado con intentar quitarlas, pues con ello podemos retirar también los pelos. En unos días, este efecto debería empezar a desaparecer.

En el caso de ver que algunos de los folículos implantados se empiezan a caer, no debe cundir el pánico. Lo normal es que vuelvan a crecer de nuevo en las próximas semanas. “En ningún caso debe ser una señal de alarma y suponer un shock para el paciente, ya que saldrán nuevos cabellos a partir de los tres meses y las raíces se habrán fortalecido”, tranquilizan desde Sanitas.