El Louvre se lleva a la Mona Lisa al sótano: estas son las razones

El retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, más conocido como La Gioconda o Mona Lisa, es el reclamo por excelencia del Museo del Louvre de París (Francia). Cada año, millones de turistas acuden al museo francés para contemplar el cuadro más famoso del mundo, obra de Leonardo da Vinci.

Una obra codiciada que ha sufrido diversos ataques a lo largo de su historia. De hecho, esta pieza fue robada en el año 1911 a manos del ladrón italiano Vincenzo Peruggia. Transcurridos dos años de su robo, en diciembre de 1913, se recuperó tras la captura de Peruggia, cuyo único fin era devolver la obra a Italia, su lugar de origen.

Sobre los ataques a la obra, en mayo de 2022, uno de los visitantes del Louvre lanzó una tarta contra el cristal que protege el lienzo. Un suceso que obligó a las autoridades policiales a intervenir de inmediato para detener al atacante. Sin ir más lejos, el pasado mes de enero, dos activistas climáticas arrojaron sopa contra la protección. Lo hicieron bajo la premisa de promover “el derecho a una alimentación sana y sostenible”.

A estos sucesos, se suman las quejas aportadas por los visitantes por la dificultad para apreciar la obra en pocos segundos y en un espacio muy reducido, debido a la aglomeración que se produce. El director del museo, Laurence des Cars, comprendió el descontento ante esta última situación. “Sentimos que no estamos haciendo nuestro trabajo correctamente”.

Asimismo, el director del museo calificó la obra como “la más decepcionante del mundo”. La razón de este calicativo, se debe al hecho de que sea una experiencia breve contemplar la pintura, después de hacer una larga cola para poder ver el cuadro. “La experiencia de nuestros visitantes no está a la altura”.

Trasladada al sótano del museo

Por ello, la dirección del Louvre optó por retirar la obra de su ubicación actual, y trasladarla a una sala mucho más amplia ubicada en el sótano del museo. Con este movimiento, desde el museo alegaron que la obra podría ser contemplada con mayor comodidad, e incluso podría ganar “cierto esplendor”.

Según manifestó a Le Figaro el comisario jefe de pintura italiana del siglo XVI, Vincent Delieuvin, se había pensado “desde hace mucho tiempo”. Expuso que la intención de Leonardo da Vinci era la de “establecer una relación cara a cara entre el cuadro y la persona que lo contemplaba”.

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