El papa Francisco, hospitalizado: será operado de una dolencia intestinal
La Santa Sede ha informado a través de un comunicado de que el Sumo Pontífice sufre una “hernia incisional” que hace urgente una intervención quirúrgica.
Ya en 2021 los millones de fieles de la iglesia católica en todo el mundo contuvieron el aliento por la salud del Papa Francisco. Un problema potencialmente grave en el colon provocó que el líder de la curia tuviera que ser intervenido de urgencia en el Hospital Universitario de Roma. Por fortuna, la operación se desarrolló sin problemas irresolubles y, tras 10 días ingresado, Bergoglio pudo volver a desempeñar sus funciones espirituales e institucionales.
Pero no duró demasiado la tranquilidad de los devotos. El pasado marzo, la salud del Sumo Pontífice volvía a resentirse sonoramente. En este caso fueron los pulmones los que traicionaron. Tuvo que ser ingresado de urgencia a causa de una pulmonía aguda. Aunque, una vez más, consiguió el argentino sobreponerse a la adversidad y los obstáculos desplegados por su propio cuerpo.
Una tercera vez tendrán que mantenerse expectantes sus seguidores. La Santa Sede ha emitido un comunicado en el que se explica que los resultados del último TAC realizado al Obispo de Roma no son positivos, y que los profesionales han señalado que debe ser operado de nuevo y con la máxima urgencia. Según el texto del Vaticano, el problema sería una hernia incisional que acarrearía riesgo de obstrucción intestinal.
Salud frágil
Además, se ha señalado que a la intervención quirúrgica le seguirá un periodo de ingreso posoperatorio en el hospital para seguir con cuidado su proceso de recuperación. La estancia en la institución sanitaria podría durar “varios días”, igual que en 2021. El Papa tiene ya una avanzada edad -86 años-, lo que hace proliferar cada vez más los rumores sobre su salud cuando no hace ni un año que Benedicto XVI fue depositado en el féretro.
A sus problemas pulmonares e intestinales se suman sus graves molestias en la rodilla derecha, algo que ha afectado visiblemente a su movilidad, que se ha deteriorado mucho en los últimos años, obligándole incluso a tener que hacer uso de ayudas externas como el bastón o la silla de ruedas para poder desplazarse. Con este historial de crecientes achaques, los feligreses rezan por que, a pesar de su manifiesta fragilidad, el primer Papa gaucho tenga aún muchos años de pontificado por delante.