Descubren nuevos detalles sobre el rescate de los restos del sumergible Titan
El proceso duró alrededor de hora y media. La misión de búsqueda incluyó la participación de diez embarcaciones, apoyadas por tres aviones C-130 del ejército de Estados Unidos, boyas sonoras de Canadá y el Odysseus.
Después de varios días de agonía, el pasado jueves se confirmó la implosión del Titan, un sumergible experimental que descendía hasta el fondo del océano Atlántico para visitar los restos del Titanic, y el consiguiente fallecimiento de sus cinco ocupantes.
Una semana después de confirmarse la tragedia, el Titan continúa siendo noticia. Y es que recientemente han llegado al puerto de San Juan de Terranova, en Canadá, los restos recuperados del sumergible, entre ellos la proa, el ojo de buey y lo que parecía ser la maquinaria situada en la parte trasera del vehículo.
No fue una tarea sencilla
Cuando Edward Cassano y sus compañeros llegaron a la remota extensión de océano donde se había perdido el sumergible Titan, rápidamente se dieron cuenta de que tendrían que hacer lo que otros expertos en aguas profundas ya habían intentado sin éxito: encontrar el submarino perdido. Ahora bien, no fue una tarea sencilla.
Con esta mentalidad, se pusieron a trabajar desplegando su propio vehículo operado por control remoto, el Odysseus, desde un barco con un ‘cordón umbilical’ gigante, al cual bajaron al fondo del océano. En total, el proceso duró alrededor de hora y media.
“Estamos experimentando mucha emoción”
Instantes después de que Odysseus llegara al fondo marino, sus cámaras de alta definición enviaron imágenes de escombros que, sin duda, eran lo único que quedaba del Titan. Y es que sus esperanzas de rescatar a los cinco tripulantes del sumergible se habían desvanecido.
“Tengo que disculparme. Estamos experimentando mucha emoción”, exhibió Cassano con la voz quebrada en la conferencia de prensa celebrada en la sede suburbana de Buffalo de su empresa, Pelagic Research Services, al describir el momento en el que encontraron los escombros.
Apoyo de diez embarcaciones y aviones
Por si esto fuera poco, la misión de búsqueda incluyó la participación de diez embarcaciones, apoyadas por tres aviones C-130 del ejército de Estados Unidos, para peinar una superficie de 20.000 kilómetros cuadrados y una profundidad de casi cuatro kilómetros, mientras desde el aire aviones surcaban el cielo en busca de cualquier rastro visible o invisible.
Durante el operativo, la Guardia Costera asumió la coordinación mientras que el ejército canadiense colaboró con boyas sonoras. En los compases finales de la búsqueda, se sumó el robot Victor 6000 por parte del Gobierno de Francia, un sistema teleoperado modular de aguas profundas.
La opinión de Cassano sobre la expedición
Uno de los barcos que se encontraban en el lugar era Deep Energy, que normalmente coloca tuberías y cables en aguas profundas. Este, a su vez, desplegó un sumergible, pero solo pudo alcanzar una profundidad de 2.700 metros, mientras que los restos del Titan se encontraban a unos 3.800 metros bajo el agua.
Cuando fue preguntado sobre qué pensaba del viaje del Titan para concluir su intervención, Cassano aseguró que, basándose en su propia experiencia con una empresa que se enfoca en la investigación de aguas profundas, considera que la tripulación estaba motivada por “una pasión y alegría por la exploración”.