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SOCIEDAD

Los motivos de la demanda a OceanGate por el Titan en 2018: “Peligro potencial para los pasajeros”

Lochridge afirmó que casi no se habían realizado pruebas no tripuladas de la nave, el sistema de alarma solo sonaba milisegundos antes de una implosión y el ojo de buey solo soportaba una presión de 1.300 metros.

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Los motivos de la demanda a OceanGate por el Titan en 2018: “Peligro potencial para los pasajeros”
OceanGate Expeditions

El fabricante del submarino Titan que implosionó la semana pasada durante una inmersión para visitar los restos del ‘Titanic’, OceanGate Expeditions, fue objeto de demandas en 2018 por parte de un exempleado sobre la seguridad de la embarcación, según documentos judiciales consultados por CBS MoneyWatch.

Más concretamente, OceanGate despidió al empleado David Lochridge después de que expresara su inquietud sobre la seguridad del Titan. Ese mismo año, la empresa demandó al exempleado haciendo referencia a que había incumplido con sus contrato de trabajo al revelar información confidencial a la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional en el momento en el que presentó la denuncia ante la agencia.

El objetivo de Lochridge

En respuesta a la demanda de OceanGate, Lochridge alegó en una presentación judicial en 2018 que había sido despedido injustamente y que sus acciones tenían un único objetivo: garantizar la seguridad de los pasajeros en el submarino. Con todo ello, propuso abiertamente a la compañía que realizara pruebas sobre el casco del barco.

Según el documento, el exempleado indicó de manera contundente que la empresa podría “exponer a los pasajeros a un peligro extremo potencial en un sumergible experimental”, ya que los clientes “no estarían al tanto” de este diseño y de la falta de pruebas no destructivas (un tipo de análisis que utiliza materiales para determinar su integridad y confiabilidad).

Problemas de seguridad

Este piloto de submarino alegó varios problemas de seguridad: casi no se habían realizado pruebas no tripuladas de la nave, el sistema de alarma solo sonaba milisegundos antes de una implosión y el ojo de buey solo estaba certificado para soportar una presión de 1.300 metros, a pesar de que OceanGate planeaba llevar el sumergible a 4.000 metros bajo el agua.

Por si esto fuera poco, varios compañeros enviaron una carta a OceanGate expresando reservas sobre la seguridad del submarino, señalando que el enfoque “experimental” pudiera tener resultados potencialmente “catastróficos” que podrían afectar a la industria.

La postura de OceanGate

Lejos de abordar esas preocupaciones, OceanGate despidió de inmediato a Lochridge. Según la sentencia judicial, la empresa supuestamente le dio “aproximadamente 10 minutos para despejar inmediatamente su escritorio y salir de las instalaciones”.

De acuerdo a la información proporcionada por el New York Times, OceanGate aseveró que parecía que “Lochridge estaba intentando ser despedido” y que había rechazado algunos datos de la empresa cuando realizaba su investigación (la demanda se resolvió posteriormente). Además, la entidad se negó a ofrecer declaraciones sobre las críticas recibidas por parte de Lochridge y los líderes de la industria.

Tragedia reciente

El transatlántico de lujo ‘Titanic’ se encuentra a unos 600 kilómetros de la costa de Newfoundland, en Canadá, a una profundidad de 3.800 metros bajo la superficie marina. Su naufragio se produjo en 1912 y se saldó con más de 1.500 fallecidos, aunque los restos del pecio no fueron localizados hasta 1985.

En la actualidad, visitar sus restos está disponible para todos aquellos curiosos, aficionados a la historia y apasionados de la exploración oceanográfica. De hecho, OceanGate organiza expediciones para sumergirse a varios metros de profundidad y disfrutar del ‘Titanic’. En una de estas exploraciones al sitio, Stockton Rush, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood, Hamish Harding y Paul-Henri Nargeolet perdieron la vida.