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Reino Unido, al ‘rescate’ de Europa

Las necesidades energéticas han provocado que, desde Europa, se tengan que tomar medidas de emergencia, teniendo que utilizar gas británico tras el corte de suministros ruso.

FABIAN BIMMERREUTERS

Con el corte de suministros ruso y la llegada de las semanas más frías de un invierno que se ha hecho esperar en Europa, pero que ya va camino de temperaturas bajo cero, las alternativas para el viejo continente se centran en los recursos que, desde Reino Unido, puedan llegar para abastecer los duros meses que se presentan en gran parte del centro y sur de Europa.

De esta forma, el gas británico se posiciona como la posibilidad más factible para combatir el frío a través del oleoducto Interconnector a Bélgica, que se trata del más grande entre las dos regiones. De hecho, el flujo de gas está siendo el mayor en esta época desde hace seis años, más en concreto en el mes de diciembre, momento en el que se antoja más necesario el gas para Reino Unido y cuando las exportaciones, por lo general, se detienen.

Pero este año, ante el corte de gas ruso, a Europa no le queda otra que tirar de las reservas británicas del Mar del Norte, Noruega y gas licuado (GNL) desde el sur europeo como sustitutos. Además, un factor que puede adquirir importancia es que, los precios del gas británico han sido los más bajos en Europa durante los últimos meses, motivo por el que muchos comerciantes han decidido seguir exportando sus suministros a Europa.

Reino Unido, al límite

Según ha declarado Mauro Chavez, director de investigación de gas europeo y GNL en Wood Mackenzie, este año se cree que Reino Unido seguirá siendo “un exportador neto de gas, aprovechando su mayor capacidad de regasificación y las importaciones récord de GNL”.

Pese a esto, se avisa de que, igual que cualquier año, los suministros escasearán en algunos momentos en Reino Unido, ya que, tras unos meses más cálidos de lo habitual (según muchos, como consecuencia del cambio climático), durante las próximas semanas el frío extremo se adueñará de Europa y, en especial de Reino Unido, donde se esperan temperaturas especialmente bajas con la llegada de aire frío del ártico, acompañado de heladas durante la noche, como informa la Oficina Meteorológica británica.

Según los cálculos, las reservas británicas podrían abastecer unos nueve días de demanda, una proporción muy pequeña en comparación a los 89 días de las reservas alemanas, por lo que Reino Unido se presenta más vulnerable en caso de un frío extremo prolongado en el tiempo.

“Es difícil saber qué suministros habrá disponibles un día determinado, básicamente porque los suministros flexibles dependen del precio. El patrón de comportamiento históricamente, se vio afectado por muchas incertidumbres de este invierno debido al clima geopolítico”. Estas fueron las declaraciones del operado de red National Grid, ante la cuestión de cómo se podrían gestionar los suministros y si habrá diferencias respecto a años anteriores.

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