CONFLICTOS INTERNACIONALES

Pedro Méndez de Vigo: “¿Si muere un casco azul? No habrá respuesta militar”

El experto en Planificación Estratégica y Relaciones Internacionales y General de Brigada del Ejército de Tierra nos da las claves de la Misión de la ONU.

LLYC

La situación en Oriente Medio no hace si no complicarse tras haberse cumplido el primer año de un conflicto que se ha extendido a Siria e Irán. Entre medias de este fuego cruzado, están los cascos azules de la ONU, en una misión de paz que tiene a 650 militares españoles de la Brigada Aragón desplegados en la zona.

Pero no sólo. El teniente general español Aroldo Lázaro lidera desde 2022 la misión internacional en Líbano, donde dirige a 10.500 soldados de 50 nacionalidades que componen la UNIFIL, tuvo que hacer ayer mismo frente a dos soldados heridos por ataque israelí en al Naqoura, y a un nuevo ataque esta misma mañana contra posiciones claramente identificadas de la ONU.

¿Qué pasará si fallece un casco azul? La respuesta de Naciones Unidas es que no habrá una respuesta militar a eso; y es muy posible que se produzca, por eso se adoptan esas medidas de seguridad.

Pedro Méndez de Vigo

Cuál es la misión principal de UNIFIL

La misión principal de la UNIFIL siempre ha sido, desde marzo de 1978, garantizar la paz en la línea de demarcación fronteriza entre Líbano e Israel, concretamente al sur del río Litani, donde se encuentra la llamada Blue Line o Línea Azul, un espacio de 30 km de ancho.

El mandato de esta misión tiene como objetivo prestar ayuda humanitaria a la población civil en caso de conflicto bélico; garantizar el desplazamiento seguro de potenciales refugiados en caso de que el primero se produzca. Además, tienen que confirmar la retirada de las fuerzas israelíes del sur del Líbano, restaurar la paz y la seguridad internacionales en la región y ayudar al gobierno libanés a garantizar su autoridad efectiva en la zona.

Un acuerdo entre Naciones Unidas, Israel y Líbano que se volvió a poner en marcha de otra manera en el año 2006. Y que desde que Israel ha respondido a los misiles de Hezbolá, las fuerzas de paz de la ONU permanecen en condiciones de seguridad en los búnkeres.

Para entender qué hacemos allí y cómo se puede resolver esta situación, Diario AS se ha puesto en contacto con Pedro Méndez de Vigo, experto en Planificación Estratégica y Relaciones Internacionales, Senior Advisor de LLYC y General de Brigada del Ejército de Tierra, en situación de reserva.

Pregunta - Ahora mismo, ¿sirven de algo las Fuerzas Armadas en Líbano?

Respuesta - Las misiones de este tipo son muy complejas. Esta misión se inició en 1978, y realmente la actual se modificó en 2006 (a través de la resolución 1701, firmada por todas las partes, Israel, Líbano, Naciones Unidas), que se puso en marcha de otra manera. Ahora mismo, dadas las circunstancias actuales, no se pueden cumplir las misiones establecidas en su mandato; pero de ahí a decir vámonos, es algo muy radical.

Primero, porque se mandaría una señal malísima sobre el terreno, que en los momentos cruciales, los cascos azules se marchan. En segundo lugar, sería muy difícil volver a restablecer después la relación. Y, en tercer lugar, es una misión de la ONU, y por tanto, es quien debe decidir y quién debe hacer una evaluación de la situación. Las naciones sólo deben retirarse cuando lo diga la ONU; sino, nadie confiará en nosotros.

Hoy, la misión está dirigida por un militar español, es un proceso selectivo muy largo, complejo, y España llevaba tiempo sin ejercer esta posición que nos da prestigio y credibilidad. Además, el general de brigada Guillermo García del Barrio es quien controla el destacamento de 669 efectivos militares españoles, de la Brigada Aragón, que forma parte de la División Castillejos del Ejército de Tierra. Un contingente que tiene militares de 8 países diferentes, salvadoreños, serbios, y si nosotros nos retiramos, sería una situación que nos haría quedar muy mal.

Sí, la situación ahora es muy difícil, hay que reevaluar qué es lo que se puede hacer, y actuar en consecuencia. No se debe hacer desde Madrid ni desde Londres, sino desde Nueva York, que es donde está la sede de Naciones Unidas, desde el departamento de misiones que evalúa constantemente, con los informes de la zona de operaciones, cómo debe evolucionar el conflicto.

Por supuesto, entre los planes de contingencia, el gobierno de España ha fletado aviones para tratar de evacuar a los españoles y sus familiares, civiles y funcionarios, pero no los cascos azules. Las decisiones como ésta no se toman unilateralmente. No significa que no se haga un plan de contingencia, que estemos preparados por lo que pueda pasar, pero no se debe tomar ninguna decisión si no es acordada con Naciones Unidas.

P -¿Es verdad que podría complicarse tanto el escenario?

R - Si la misión no se puede cumplir, hay que modificar el mandato. Debe haber una resolución de Naciones Unidas. Hay que esperar, esta situación no va a durar indefinidamente. En las próximas semana se va a dilucidar y se verá qué se puede hacer.

Se adopte la decisión que se adopte, debe ser acordada en el seno de Naciones Unidas y con aquellos países con los que estamos participando. Si no, no nos lo perdonarían nuestros aliados.

Pedro Méndez de Vigo

P -Las noticias que nos llegan es que los cascos azules están gran parte del tiempo en los búnker.

R -Las fuerzas armadas ahora están en una situación voluble y compleja y deben tomar las máximas precauciones. No son objetivo de ninguna de las partes, por eso se toman esas precauciones extremas. Y eso tiene que cambiar, si no, surgirán muchas interrogantes. De momento hay que esperar.

P -¿Hasta cuándo hay que esperar?

R - Ahora mismo, en la situación actual, no se podría hacer un repliegue. Tendría más efectos contraproducentes. Si se hiciera, habría que hablar con el gobierno libanés e israelí. Cuando Israel ha entrado en Líbano, ha informado, por eso Naciones Unidas se ha replegado. Pero esto no va a durar mucho tiempo.

En este caso, la fuerza de interposición lo es en determinadas circunstancias y pactado con las partes. La situación cambió enormemente el 7 de octubre. La constitución teórica del mandato es una cosa y las circunstancias han cambiado radicalmente.

Un relevo de contingente es un momento crítico. Los que se van, están deseando llegar a casa; y los que llegan, no están adaptados. Es muy malo hacerlo en una situación muy conflictiva como la actual, donde Israel bombardea a Hezbolá. Los militares que llevan 6 meses deben esperar.

P -¿Qué pasará si fallece un casco azul?

R - La respuesta de Naciones Unidas es que no habrá una respuesta militar a eso; y es muy posible que se produzca, por eso se adoptan esas medidas de seguridad. Ha ocurrido otras ocasiones, hay unos riesgos, son escenarios de un enorme riesgo, nunca se sabe cuando puede explotar la cosa.

España tiene mucha experiencia en los Balcanes, por ejemplo. Al principio, el riesgo era enorme. Todos los contingentes tuvieron bajas, y a medida que se fue estabilizando la zona y en gran medida gracias al esfuerzo de los cascos azules sobre el terreno, las bajas fueron disminuyendo, hasta que ahora mismo que sigue gente desplegada, es rarísimo que pase algo; cuando sucede es un accidente fortuito. Es algo que va en el riesgo de la misión.

Cuando se constituyó la fuerza de paz en 2006 se realizó cuando había finalizado la confrontación entre las FDI y Hezbolá, llegaron a unos acuerdos como la Blue Line, un símbolo de frontera, y para que no hubiera una permanente fricción en la frontera, creamos la fuerza de interposición.

La misión de Naciones Unidas se ha quedado en medio. No vamos a tomar ninguna decisión drástica. La situación se va a estabilizar, o bien se replanteará, o bien podría terminar y que las fuerzas se replieguen. Se adopte la decisión que se adopte, debe ser acordada en el seno de Naciones Unidas y con aquellos países con los que estamos participando. Si no, no nos lo perdonarían nuestros aliados.

P -¿Qué haría si usted estuviera allí?

R - Hay que evitar que se produzcan daños. Hay que mantener el contacto con una parte y con otra, ayudar a la población que es fundamental, evacuar a hospitales si fuera necesario y mantener el contacto con las FDI. Pedir contención, actuar con la mayor moderación posible y evitar todos los daños colaterales que se puedan, que se llegue a una tregua, un alto el fuego.

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