CONFLICTOS INTERNACIONALES

Alta tensión entre Ucrania y Hungría

Kiev denunció que Budapest tiene bajo cautiverio a once prisioneros después de que fuesen entregados por la Iglesia Ortodoxa rusa.

BERNADETT SZABOREUTERS

La alta tensión entre Ucrania y Hungría ha vuelto a ser patente. Esta vez, por la entrega por parte de la Iglesia Ortodoxa rusa de once prisioneros, que son soldados ucranianos originarios de la minoría húngara de la Transcarpatia, actualmente bajo cautiverio de Budapest.

Desde el lado ruso, aseguraron que este intercambio realizado el pasado 8 de junio formaba parte de la “cooperación entre iglesias”. El comisionado de Derechos Humanos del Parlamento ucraniano, Dmitro Lubinets, denunció las condiciones en las que se encontraban estos prisioneros. “Están aislados, tienen un círculo limitado de comunicación, les han quitado sus teléfonos móviles”. Sin embargo, no ha sido el único en pronunciarse al respecto.

El ministro de Asuntos Exteriores ucranio, Dmitro Kuleba, criticó con dureza al Primer Ministro húngaro, Viktor Orban, por su especial interés en reforzar su figura política en el marco de esta operación. “Había un objetivo simple: Orban tenía que mostrar a los húngaros tanto en Hungría como fuera de Hungría que él es su único defensor. Toda esta operación se implementó en los intereses políticos de una persona”, declaró. También se mostraron críticos desde Bruselas.

Fue la Comisión Europea quién reclamó explicaciones a Budapest por la forma en que gestionó la operación. “Es muy importante que las autoridades húngaras implicadas y activas en el caso expliquen a sus socios ucranianos qué ha ocurrido, cómo, qué papel ha tenido Hungría, quién estuvo implicado y quién no, y cómo se gestionó”, dijo el portavoz jefe para Asuntos Exteriores, Peter Stano.

Asimismo, Lubinets declaró que no entendía la postura húngara, y denunció que a los diplomáticos ucranios " no se les ha permitido visitar a los prisioneros”, acusando de esta manera a Hungría de “violar la legislación internacional de manera abierta y deliberada”. Desde Hungría su ministro de Exteriores, Péter Szijártó, aclaró que el Gobierno húngaro “no participó en este intercambio” y que estos ciudadanos “son libres de moverse en Hungría y de hacer lo que quieran”.

Un movimiento que evidencia las nulas relaciones entre Kiev y Budapest, así como la excelente sintonía entre Orban y Putin. También cabe destacar la fiel creencia de Orban por el irredentismo húngaro, es decir, el movimiento nacionalista que apela a la ‘Gran Hungría’ que incluía algunos territorios que, a día de hoy, pertenecen a otros Estados, como es el caso de Rumanía, Polonia, Eslovaquia, Serbia, Ucrania, Austria, Croacia y Eslovenia.

Postura de Hungría desde el inicio de la invasión

A eso, se le suma la postura adoptada por el Ejecutivo húngaro en el conflicto bélico. Sin ir más lejos, este año bloqueó los fondos de la UE por valor de 500 millones de euros para suministrar armas que ayuden a Ucrania. Asimismo, en varias ocasiones se mostró contrario a las sanciones aplicadas a Rusia. En la OTAN, por ejemplo, decidió separar los procesos de ratificación de Suecia y Finlandia a la Alianza.

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