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La sequía en el Danubio hace visibles buques de guerra nazis hundidos

Algunos de los barcos todavía tienen las torretas, se ven los puentes de mando, mástiles rotos y cascos retorcidos, mientras que otros yacen sumergidos bajo bancos de arena.

FEDJA GRULOVICREUTERS

La sequía abrasadora que está asolando Europa ha revelado los cascos de docenas de buques de guerra alemanes que se sumergieron durante la Segunda Guerra Mundial cerca de la ciudad portuaria fluvial serbia de Prahovo.

Los barcos se encontraban entre los cientos hundidos a lo largo del río Danubio por la flota del Mar Negro de la Alemania nazi en 1944 cuando se retiraban del avance de las fuerzas soviéticas.

De hecho, esos barcos hundidos siguen obstaculizando el tráfico fluvial cuando baja el nivel del agua. Pero este año la sequía dejó al descubierto más de 20 cascos de barcos, muchos de los cuales todavía contienen toneladas de municiones y explosivos y representan un peligro para el transporte marítimo.

Durante gran parte del río, algunos de los barcos todavía tienen casi intactas las torretas, los puentes de mando, otros los mástiles rotos y los cascos están retorcidos, aunque la gran mayoría se encuentran sumergidos en bancos de arena.

En marzo de este año el gobierno de Serbia quiso quitar ya los cascos y realizar la retirada de municiones y explosivos, un proyecto que podría costar 29 millones de euros.

Pero arreglarlo es fundamental, ya que las crecientes dificultades para los barcos de transporte tendrán un impacto en el transporte vital de carbón del país, que representa dos tercios de la producción eléctrica de Serbia.

Además del carbón, la energía de Serbia también está amenazada, empeorando aún más su crisis energética, ya que el flujo de agua en el sistema hidroeléctrico de Serbia se redujo a la mitad en los últimos dos meses, tal y como detalla Balkan Green Energy News.

Las reservas hidroeléctricas han estado alcanzando mínimos históricos desde entonces, ya que las precipitaciones también fueron extremadamente débiles. La situación es similar en los ríos y las unidades hidroeléctricas del resto de Europa, donde Italia se encuentra entre los países más afectados. Se traduce en menos energía hidroeléctrica en todas partes, lo que eleva los precios.

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