ACTUALIDAD

El hallazgo de CSIC en Badajoz que da un vuelco la cultura prerromana

Son cinco relieves antropomorfos datados en el siglo V a.C.: dos de mujeres coronadas bastante bien conservadas, otra de un guerrero y otras dos figuras con menos piezas de momento.

SAMUEL SÁNCHEZ / CSIC

Los primeros rostros humanos de la cultura tartésica se han descubierto en Extremadura. El hallazgo, presentado en el yacimiento, es el más importante de la quinta campaña de excavaciones que arrancó el pasado mes de febrero y es uno de los más relevantes desde que se inició la investigación en 2015.

Se trata de cinco relieves antropomorfos datados en el siglo V antes de Cristo, de tamaño natural, y que no dan solo un nuevo vuelco a la investigación de Tarteso, sino que exhiben por primera vez unos rostros que podrían parecerse a los de sus habitantes.

A finales de este mes concluirá esta quinta campaña de excavación del proyecto Construyendo Tarteso, que forma parte del Plan Nacional I+D+i del Ministerio de Ciencia e Innovación y que cuenta con la financiación de la Secretaría General de Ciencia de la Junta de Extremadura, la Diputación de Badajoz y la Fundación Palarq.

“Es la primera vez que le ponemos un rostro”

Esther Rodríguez, perteneciente al equipo del Instituto de Arqueología de Mérida, ha reconocido también en rueda de prensa que este hallazgo cambia la lectura que se ha hecho hasta ahora desde la historia del arte. “Asimilábamos sus divinidades a piedras sagradas. Es la primera vez que le ponemos un rostro y la primera vez que vemos, por ejemplo, cómo portaban su orfebrería. Supone un profundo cambio de paradigma”, ha indicado esta experta.

Y es que, hasta ahora, esta civilización se pensaba que era anicónica por representar la divinidad solo a través de motivos vegetales o animales. Con todo ello, se cree que las piezas formaban parte de un relieve, “y como es tradicional en el mundo clásico, cuentan una historia que aún no podemos contar”, ha revelado Sebastián Celestino, director de la investigación.

Descripción de los fragmentos

Más concretamente, los fragmentos de las cinco cabezas han sido descritos de la siguiente manera: dos de mujeres coronadas bastante bien conservadas, otra de un guerrero y otras dos figuras con menos piezas de momento, pero que se considera que pertenecen a un hombre y una mujer.

Todas ellas fueron encontradas dispersas en una de las habitaciones de un enorme edificio de dos plantas de 2.500 años de antigüedad del yacimiento de Casas de Turuñuelo que los arqueólogos del CSIC han desenterrado y que sigue arrojando luz sobre una civilización donde ha primado la escasez de restos materiales que permitieran su estudio.

¿En qué se centrará ahora la investigación?

Esta habitación podría tener un uso público en este santuario, pudiendo ser a la vez centro económico y político. Pese a ello, el hecho de haber encontrado estas piezas complica la interpretación sobre el uso del edificio, que siempre se ha considerado que era relevante pero no como espacio religioso.

Los investigadores del CSIC buscan ahora el resto del cuerpo de estos relieves, que considera que podrían encontrarse enterrados en el mismo yacimiento. “Nos permitiría saber qué tipo de vestuario empleaban, que hasta ahora no está tampoco caracterizado”, ha concluido Rodríguez.

Lo más visto

Más noticias