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El Valle de los Caídos pierde su nombre

La entrada en vigor de la nueva ley de Memoria Democrática introducirá algunos cambios importantes a nivel jurídico, nominal y simbólico.

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La ley de Memoria Democrática, aprobada hace dos semanas en el Senado y que fue publicada ayer jueves en el BOE, contiene un paquete de medidas entre los que destacan el cambio de nombre del Valle de los Caídos, que pasará a denominarse Valle de Cuelgamuros, una de las premisas en las que desde el gobierno se lleva trabajando desde hace tiempo, con el fin de eliminar cualquier referencia que pudiese ser considerada ofensiva hacia las familias de las víctimas en el período de la dictadura.

En segundo lugar y quizá más importante por la trascendencia jurídica que presenta, se encuentra la eliminación de hasta 33 títulos nobiliarios que se concedieron entre el 1948 y 1978. En consonancia con esta medida se procederá a eliminar entre otros, el Señorío de Meirás, con Grandeza de España, y el Condado de Fenosa. Junto a esto, también se facilitarán los requisitos para poder obtener la nacionalidad española de todos aquellos descendientes cuyos familiares tuvieron que huir del país en calidad de exiliados.

Para ello se creará también una figura jurídica nueva; un Fiscal especializado que investigará y tratará de esclarecer los crímenes contra los Derechos Humanos desde la Guerra Civil hasta la instauración de la democracia en España. Esta Ley se presenta como una continuación del proyecto que en su día iniciara el Gobierno de Zapatero en 2007, resaltando que para España “las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura son lo primero”.

“España se equipara con las democracias más avanzadas que han sufrido dictaduras”.

Félix Bolaños, Ministro de la Presidencia

Según el Gobierno, con la implementación de esta nueva ley “se salda una deuda con las víctimas”. Además, desde Moncloa se afirma que desde hoy “España se equipara con las democracias más avanzadas que han sufrido dictaduras”. Por su parte, el Ministro del Interior, Grande-Marlaska, ha confirmado en Sevilla que ley debe “ser cumplida en sus términos estrictos, y así va a ser”, al ser preguntado sobre si la tumba de Queipo de Llano será retirada de la Basílica de La Macarena. Además, el que fuera Ministro de Justicia ha señalado que la llegada de esta ley permite que “en este país nos podamos mirar a la cara decididamente y saber que los valores democráticos, y aquellos que sufrieron por defender esos valores democráticos en momentos difíciles, encuentran finalmente el reconocimiento necesario”.

El nuevo Valle de Cuelgamuros

Lo que comenzase en 2019 con la exhumación del cuerpo de Franco, tendrá su continuación y final con el cambio definitivo del nombre. Hasta hoy denominado Valle de los Caídos, pasará a llamarse Valle de Cuelgamuros. Pese a que hoy es el primer día en el que la ley ha entrado en vigor, la sustitución de carteles y referencias en los accesos al Valle y sus cercanías ya había comenzado previamente. Esto supone el inicio de un nuevo régimen jurídico que rompe con lo establecido anteriormente y que busca dar un giro de 180º al significado del Valle de los Caídos, en lo que será el fin del control de la comunidad benedictina en este lugar tras varias décadas.

Por este motivo, la familia del que fuese fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera, ha solicitado que los restos de su familiar sean retirados del valle, ya que con este nuevo escenario, el lugar dejará de ser un sitio de enterramiento católico.

Eliminación de 33 títulos nobiliarios

Otro de los puntos más importantes que traerá consigo la nueva legislación radica en borrar cualquier huella que pueda resultar favorable o condecore a familias que apoyaron y tuvieron una importancia capital en la prosperidad e instauración de la dictadura. Con esta medida se eliminarán títulos nobiliarios aprobados entre 1948 y 1978, entre los que se encuentran: la figura de Franco, Carrero Blanco o Calvo Sotelo. Esta eliminación irá acompañada de la supresión de cualquier pensión que estuviese ligada a dicho título.

Finalmente, uno de los mayores quebraderos de cabeza y que ha levantado más polémicas y controversia históricamente, también será abordado. Se trata del cambio de nombre de calles o monumentos. De esta forma, Millán Astray o la División Azul dejarán de dar nombre a calles y avenidas, además de cualquier símbolo o elemento que recuerde o venere la dictadura, a sus mandatarios, participantes o referencias a la sublevación del año 1936.

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