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Los motivos por los que no debes dar de comer a las palomas

La acumulación de restos de alimentos en las vías urbanas puede llegar a constituir un problema sanitario serio y afectar de manera abrupta al bienestar de la sociedad.

David Zorrakino Europa Press

Parece un gesto inofensivo pero dar de comer a las palomas supone ciertos riesgos para la salud, ya que estos animales transportan enfermedades como la histoplasmosis, la salmonelosis y la criptococosis, que se añaden a las transmitidas por cucarachas, ratas y otros insectos.

Las palomas son portadoras de parásitos externos como chinches y garrapatas y de enfermedades contagiosas, ya que hacerlo provoca el aumento incontrolado de su población y otros inconvenientes debidos a los excrementos y nidificaciones en la zona.

Plagas

La problemática con las palomas puede llegar a considerarse incluso como plaga en algunos casos, cuando producen un perjuicio económico como daños en las estructuras, suciedades o molestias a los vecinos. Las edificaciones pueden verse afectadas por palomas debido a la presencia o aglomeración excesiva de estas aves en el entorno inmediato. En la inmensa mayoría de los casos, esto es debido a uno o a varios de los factores siguientes:

  • Alimentación de palomas en espacios públicos inmediatos. Las palomas no necesitan ser alimentadas, hacerlo está expresamente prohibido por la vigente Ordenanza Municipal de Protección y Tenencia de Animales, art. 11.4. Esta circunstancia debería ser puesta en conocimiento de la Policía Municipal , indicando lugar y hora aproximada de los hechos.
  • Proximidad de edificaciones ruinosas, abandonadas, deshabitadas o simplemente mal conservadas donde las palomas hayan anidado. Esta circunstancia debería ser notificada a la UTCV. Los técnicos de Madrid salud procederán a realizar las inspecciones o comprobaciones pertinentes.

Está prohibido en España

Además del daño para el mobiliario urbano y el patrimonio arquitectónico que genera la presencia masiva de palomas, los restos de comida que se lanzan en la vía pública suponen un atractivo para otro tipo de plaga como las hormigas o las cucarachas.

En España está prohibido dar de comer a las palomas. Los Ayuntamientos, alegando daño a los edificios, monumentos, problemas de sanidad o quejas vecinales, comenzaron a aplicar la medida de multar a aquellos que las alimentaran.

La primera ciudad en introducir esta medida fue Barcelona con el objetivo de controlar la población de palomas existente. Otras ciudades que se unieron a ella fueron: Zaragoza, Castellón, Sevilla y Málaga. Por su riqueza en materia orgánica, los restos de comida son un buen soporte para el desarrollo de microorganismos y de plagas.

Advertencias y recomendaciones

“El número de colonias de gatos callejeros o de plagas de palomas comunes se ha visto incrementado de manera abismal en los últimos años, en gran medida debido al alimento que ciudadanos, no autorizados, les ofrecen”, explica la directora general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), Milagros Fernández de Lezeta.

Y es que la acumulación de restos de alimentos en las vías urbanas puede llegar a constituir un problema sanitario serio y afectar de manera abrupta al bienestar de la sociedad. Para hacer frente a las plagas urbanas, la prevención es la mejor de las medias para controlar su aparición.

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