Qué es la dolarización de la economía de Milei, la estrategia que acabó en ‘corralito’ con Menem en 2002
El actual presidente propuso cambiar el peso por el dólar para combatir la inflación. ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
En Argentina la moneda nacional es el peso, pero la que se utiliza en las calles es el dólar estadounidense. Las grandes transacciones se hacen en dólares. Nadie quiere el peso por su devaluación. Por ello, cuando todavía era candidato a la presidencia, Javier Milei propuso dolarizar el país para solucionar la inflación de Argentina —ahora es del 160,9%—. Es decir, sustituir el peso por el dólar, abandonar la moneda nacional para adoptar el ‘billete verde’ como única divisa.
Hay varias formas de dolarización. La informal se produce cuando un gran volumen de transacciones se hacen en dólares, es decir, lo que ya está ocurriendo en Argentina: los ciudadanos y empresas adquieren dólares para protegerse económicamente. La otra, la formal, se produce cuando el Estado adopta el dólar como moneda principal. Milei propuso ‘formalizar’ lo que ya ocurría en las calles de Argentina y abandonar la moneda local, volátil, para acoger, con los brazos abiertos al dólar, una divisa fiable y estable.
Lo curioso es que no se trata de algo nuevo para Argentina. Hace tan solo 32 años, el país emprendió el Plan de Convertibilidad, que consistía en equiparar las monedas: un dólar valía un peso. El objetivo era acabar con la hiperinflación y estabilizar los precios, algo que se logró a corto plazo. Sin embargo, se produce una crisis bancaria en 1995 que aumenta el temor entre los ciudadanos, que comienzan a retirar depósitos bancarios por miedo. No hay problema en que lo hagan en pesos, pues es la moneda nacional y el Banco Central la controla. Pero si los argentinos retiraban sus ahorros en dólares, que no deja de ser una moneda extranjera, el Banco Central tendría que recurrir a sus reservas.
Por temor a perder sus ahorros, muchos argentinos los retiraron de los bancos, los cambiaron a dólares y los mandaron a lugares más seguros. Así aumentó el valor del dólar y así lo perdió el peso. Por ello, Argentina decretó restricciones para retirar el dinero depositado en los bancos el 1 de diciembre de 2001, medida que recibió el nombre de ‘corralito’: se congelaron los depósitos de los ciudadanos, se eliminó el Plan de Convertibilidad y se devaluó el peso. Fue un evento traumático para la historia de Argentina, pero la situación es tal que la medida vuelve a estar sobre la mesa.
Ventajas y desventajas de la dolarización
Al tratarse de una moneda más competitiva, los dólares pueden impulsar el crecimiento económico del país y reduce la salida de capitales y depreciación de activos y ahorros, según El Orden Mundial. Además, disminuye el riesgo de devaluación de la moneda y decrecen la prima de riesgo de la deuda estatal y su tasa de interés.
Sin embargo, cuando se dolariza, el Banco Central pierde la soberanía monetaria (no puede controlar la moneda, pues viene del exterior), lo que dificulta nuevas políticas monetarias, por ejemplo, para controlar la inflación. Tampoco se puede intentar evitar situaciones de desajustes de precios o inyectar liquidez a los bancos comerciales.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha advertido este mismo jueves a Argentina sobre la posible dolarización de la economía. Para el ruso, esto supone “una pérdida importante de soberanía”, e insistió en que una “estricta vinculación de la moneda nacional al dólar amenaza con graves consecuencias socioeconómicas”, según recoge Clarín.
Dolarizar un país con éxito es posible. Ha ocurrido en Ecuador, El Salvador o Panamá, aunque con situaciones diferentes a las de Argentina, donde sobran pesos y escasean los dólares. Milei aseguró que para iniciar una dolarización, se necesitarían al menos 30.000 millones de dólares de una inversión extranjera. Llevar a cabo esta medida, según dijo Milei en agosto de este año, no se podrá hacer “en un día”. Tras ganar las elecciones, aseguró que la dolarización tendrá que atrasarse al menos hasta finales de 2024. A 14 de diciembre de 2023, un dólar equivale a 800 pesos argentinos.