Dimite la primera ministra de Suecia: los motivos para hacerlo

La derecha sigue avanzando por Europa y tumba a una de las socialdemocracias por excelencia. Las últimas elecciones en Suecia han acabado con la victoria del bloque más conservador, lo que ha llevado a su primera ministra, Magdalena Andersson, a dejar su cargo. Lo ha hecho oficial durante la jornada del jueves, cuando ha presentado su dimisión al presidente del Parlamento, Andreas Norlen.

Andersson, que también ejerce de líder del Partido Socialdemócrata, tomó esta decisión al conocer el resultado de las elecciones generales del pasado domingo. Por el momento, ha asegurado que no dejará su cargo al frente de la formación, que ahora pasará a liderar la oposición. Y ha dejado la puerta abierta al diálogo con los moderados, capitaneados por Ulf Kristersson:, pues esto que está dispuesta a “cooperar con cualquiera que quiera ser parte de la solución a los problemas que enfrenta Suecia”.

Por su parte, Kristersson ya ha comenzado a tramitar el futuro gobierno, según ha asegurado en un vídeo compartido en su perfil de Instagram. Y, aunque su partido no fue el más votado, parece que será él el que ejerza de Primer ministro durante la próxima legislatura.

Ganó el Partido Socialdemócrata

El resultado de estas últimas elecciones estuvo muy ajustado. Tanto, que tuvieron que esperar hasta que terminaran el recuento durante la jornada del miércoles para tener el resultado. La victoria fue para los socialdemócratas, que lograron convencer a un total de 1,9 millones de electores —logrando alrededor de un 30% de los votos—.

Sin embargo, los 1,2 millones de personas —19,1%— que se decantaron por los Moderados y los 1,3 millones —20,5%— que hicieron lo propio con los Demócratas, el partido más extremista del panorama político sueco, han dado la victoria que necesitaba el bloque de derechas para conformar su propio Gobierno.

Un Gobierno con la extrema derecha

De los 176 escaños que ha logrado el bloque conservador, 73 de ellos estarán ocupados por miembros del partido Demócrata. Esto supone un giro histórico. Nunca antes en la historia de Suecia, su Gobierno había precisado el apoyo de la diestra más extrema.

La ciudadanía sueca no está del todo satisfecha con el nuevo rumbo que ha tomado la política de su país. Es el caso de una estudiante de Estocolmo, Ninnie Tägtström. Ha señalado que, si bien es cierto que “la alternancia me va bien”, se encuentra “inquieta de que los partidos de derecha estén más abiertos a colaborar con el SD y cómo esto pesará en la política”, reconocía en declaraciones a AFP.

En la misma línea se ha manifestado Larry Nilsson, un jubilado de Malmö (sur), que señala que “es una triste señal de nuestro tiempo que se puedan aprovechar del miedo de la gente”, puesto que durante la campaña se han tratado temas como la criminalidad y los ajustes de cuentas entre bandas de personas migrantes, entre otros.